S.F.
Las
Navidades son fechas ya de por sí ruidosas: villancicos, petardos,
panderetas, tambores y el tráfico intenso someten a los oídos de jóvenes
y mayores a una sobrecarga. El nivel de ruido debería ser además, algo a
tener muy en cuenta a la hora de elegir los regalos para los más
pequeños. Los especialistas médicos coinciden en que niveles por encima de 80 dB puede ser perjudiciales para el oído de los niños.
La entidad benéfica «CLAVE atención a la deficiencia auditiva»
alerta sobre las lesiones irreversibles que pueden causar estos
regalos en la audición de los más pequeños. Por ello apela a la
responsabilidad de los padres a la hora de la compra y a que controlen
el uso responsable de los juguetes. Los niños se acercan los juguetes a la cara y no manejan los controles de volumen
aunque el juguete lo permita. Esto los convierte en muy vulnerables
ante posibles lesiones auditivas cuando los productos superan los
niveles de sonido recomendados.
CLAVE recomienda a los padres el uso de aplicaciones gratuitas para medir el nivel de decibelios
que producen los juguetes o que consulten el listado que cada año
elabora la asociación norteamericana Sight and Hearing que autoriza a
CLAVE a colgar en su web.
Este año, han detectado niveles peligrosos en productos de marcas muy
conocidas. Una figura de luchador que emite frases y sonidos que
alcanzan los 104,4dB encabeza la lista, que también incluye varios
modelos de coches a control remoto con luces y sonido o una figura de
dinosaurio recomendada para niños de preescolar con ojos que destellan y
cuyo poderoso rugido alcanza los 97.5dB.
Recomendaciones
CLAVE aconseja a los padres que presten mucha atención a que
todos los juguetes que adquieran cumplan la normativa europea y lleven
la marca CE. Recomienda además, elegir aquellos artículos con
control de volumen y tomar medidas como quitar las baterías o colocar
cinta adhesiva en los altavoces para amortiguar el volumen. Es
necesario enseñar a los niños a no llevarse los juguetes ruidosos a la
oreja mientras juegan, como medida de prevención y para favorecer
hábitos de escucha saludables. Los daños auditivos durante los primeros
años, pueden desembocar en problemas más graves y tener efectos
negativos sobre el aprendizaje y el correcto desarrollo del niño.
ABC, 29/12/2016
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