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Por qué los sustitutos del azúcar te están engordando más de lo que piensas

NOELIA CONRADO
Es el nuevo tabaco del siglo XXI. Así han bautizado numerosos profesionales de la salud al azúcar, el cual, aseguran, es una de las causas principales de la obesidad, que ya se ha convertido en un grave problema de salud pública: la población mundial obesa alcanza los 641 millones de personas. La OMS es tajante, no deben consumirs
e más de 50 gramos al día, o lo que es lo mismo, más de 12 cucharaditas.
Conscientes del valor calórico de esta sustancia cristalina, solemos optar por añadir un par de gotas de sacarina al café en vez de la habitual dosis de azúcar; recurrimos a otros productos para endulzar nuestros platos y bebidas pensando que es la opción más light, sin embargo, existe la posibilidad de que estas sustancias bajas en calorías también engorden. Así lo afirma un nuevo estudio publicado en la revista 'Plos One' que pone de manifiesto que el consumo de edulcorantes de bajo contenido calórico está asociado a un mayor peso y prevalencia e incidencia en la obesidad abdominal.
Cuando una persona decide ponerse a dieta la consigna es clara: el tarro del azúcar se deja en el fondo del armario y los edulcorantes pasan a ser su sustituto natural, no obstante, esta herramienta podría no ser eficaz para controlar el peso, sugieren los autores de la investigación. Según el doctor Chee Chia, coautor del estudio, esta sustancia tendría el efecto contrarío, ya que “en lugar de ayudarnos a perder kilos, podría estar contribuyendo a la obesidad”.
El trabajo, que se ha dado a conocer recientemente, prestó atención a las medidas del cuerpo y al consumo de edulcorante de 1.454 hombres y mujeres de los Estados Unidos durante una media de 10 años, entre 1984 y 2013. Una vez se analizaron los datos, los resultados fueron esclarecedores. Quienes consumían edulcorantes artificiales tenían un índice de masa corporal más elevado: 2,6 centímetros más de circunferencia abdominal y un 37% tenían más prevalencia de obesidad abdominal.

La causa: el sistema de recompensas

Una posible explicación a este fenómeno podría ser que el sistema de recompensas que las comidas y bebidas producen en el cerebro se alteran con el uso de estos sustitutos del azúcar, es decir, aunque los productos que ingerimos tienen menos valor calórico no nos vemos saciados y comemos más. Aunque esta es una de las hipótesis que tiene mayor peso, el Dr. Chia apunta que se trata de una teoría, ya que solo han realizado un estudio de observación, y se necesitan nuevas investigaciones para esclarecer el impacto de estas sustancias “ya que tiene importantes implicaciones para la salud pública; realmente tenemos que trabajar más para ver lo que está pasando
Como Chia, la comunidad médica alerta de que la obesidad se ha convertido en un mal endémico de la sociedad actual, de hecho, según revela la revista científica The Lancet en el 2025 una quinta parte de la población mundial será obesa si la tasa de personas con sobrepeso sigue aumentando al ritmo actual. En España las cifras son alarmantes: en 2025 uno de cada tres españoles (el 29,5% de las mujeres y el 31,6% de los hombres) será obeso.
Sin duda este trabajo añade nuevos datos a una antigua polémica entre detractores y defensores de los sustitutos del azúcar. La última parte en opinar sobre esta cuestión ha sido la Asociación Internacional de Edulcorantes, quien asegura que el estudio realizado por los investigadores del Instituto Nacional de Envejecimiento de Estados Unidos ha sido meramente observacional y no prueba ninguna correlación entre el consumo de edulcorantes y el aumento de peso.
No obstante, no es el primer estudio que apunta que los edulcorantes de bajo contenido calórico podrían tener un efecto rebote. Una investigación similar realizada por el Weizmann Institute of Science en Israel, en 2014, y publicada por la revista 'Nature', descubrió que estos podrían contribuir al desarrollo de la intolerancia a la glucosa y la enfermedad metabólica. Para su experimento, se realizó una prueba con ratones y concluyeron que estas sustancias afectaban a la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa debido a que alteran la microbiota intestinal, encargada de convertir los alimentos en energía.

Llevan etiqueta light y no lo son

Al igual que recurríamos a la sacarina para endulzar el café, también solemos mirar con mejores ojos a aquellas bebidas catalogadas como light. Están endulzadas con edulcorantes, por lo que engordan menos, creemos, pero un nuevo estudio del Imperial College de Londres y dos universidades brasileñas, la Universidad de Sao Paulo y la Universidad Federal de Pelotas, ponen en entredicho esta teoría popular y argumentan que las versiones light de las bebidas no promueven un peso saludable.
Según recoge el 'Daily Mail', el profesor Christopher Millett, investigador de la Escuela de Salud Pública del Imperial, señala que hay una percepción común, posiblemente influenciada por la industria de comercialización, “que debido a que las bebidas light no tienen azúcar son más saludables y ayudan a perder peso cuando se utilizan como sustitutos de versiones completas de azúcar. Sin embargo, no se han encontrado pruebas sólidas para apoyar esta teoría”.
EL CONFIDENCIAL, Martes 17 de enero de 2017

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