ELENA SANZ
Con miel, tostadas, en ensaladas, integradas en magdalenas y
bizcochos, combinadas con queso azul o formando parte de una sustanciosa
salsa. Las nueces no sólo resultan deliciosas sino que además ayudan a forjar una salud de hierro. La ciencia ha demostrado sin lugar a dudas que, de todos los frutos secos, se llevan la palma en cuanto a propiedades saludables.
E incluso el mismísimo Popeye las incorporaría a su dieta si supiera
que contienen antioxidantes hasta 15 veces más potentes que las
espinacas, los tomates, las zanahorias o las naranjas.
Vivir más.
El simple gesto de llevarse un puñado de nueces a la boca cuatro o más
veces por semana puede alargarle la vida. Un estudio español basado en 7.000 personas de edades comprendidas entre 55 y 90 años reveló que quienes consumen más de tres dosis de 28 gramos de nueces semanalmente reducen su mortalidad en un 45%.
En concreto, los casos de cáncer caen un 40% entre los consumidores de
nueces, mientras que las enfermedades cardiovasculares disminuyen hasta
un 55%. Los expertos lo atribuyen a que es un alimento muy rico en ácido
alfa-linoleico (el equivalente en plantas al popular omega-3),
fitoquímicos, fibras y minerales como el calcio o el magnesio.
LUCIDEZ MENTAL
No existe una varita mágica que evite que el cerebro envejezca. Sin embargo, comer nueces puede ponerle freno al deterioro cognitivo.
Su efecto se debe a que contienen suficientes antioxidantes para
pararle los pies a los dañinos radicales libres en la mollera. Y así se
evita que menoscaben la salud de las neuronas, tal y como demostraron
James Joseph y sus colegas de la Universidad de Tufts (EE UU). Los
investigadores sospechan que las nueces también mejoran la comunicación
entre neuronas y favorecen la formación de células nuevas en la sesera
humana.
FERTILIDAD
Agregar un puñado de nueces a la ensalada (75 gramos, para ser exactos) tampoco viene mal si decide ser padre. Sobre todo porque su consumo ayuda a que los espermatozoides aumenten su concentración y se vuelvan más ágiles y robustos. La clave reside en los ácidos grasos poliinsaturados de los frutos secos,
que contribuyen a que el esperma madure y reduce las anormalidades
cromosómicas que causan esterilidad masculina, de acuerdo con un estudio
de la Universidad de California.
Colesterol a raya
Una dosis diaria de 43 gramos de nueces reduce los niveles de colesterol "malo" (LDL) y aumenta la concentración de colesterol "bueno" (HDL)
en la sangre, según se podía leer hace poco en la revista Journal of
the American Heart Association. Un efecto que los investigadores también
achacan a su contenido en ácidos grasos poliinsaturados.
ANTIESTRÉS
Si disfruta tanto como una ardilla comiendo nueces, no se reprima.
Además de deleitar al paladar, estos frutos secos mejoran la respuesta
del organismo ante situaciones de estrés. "No podemos evitar
exponernos al estrés en la vida cotidiana, pero sí podemos mejorar la
respuesta biológica a través de la alimentación", asegura
Sheila G. West, de la Universidad Estatal de Pensilvania (EE UU). En
concreto, las nueces mantienen la presión arterial baja en situaciones
de estrés, a la vez que reducen la proteína C-reactiva, lo que indica un
potente efecto antiinflamatorio.
PARA ENTRENAR
Salir a correr con un puñado de nueces en los bolsillos nos puede ayudar a llegar a la meta.
Por un lado estos frutos secos reducen la inflamación y, menos
inflamación implica también menos dolor cuando se trata de deportes de
resistencia. Por otro lado, cuando se consumen estos frutos secos el rendimiento aumenta y se retrasa la aparición del cansancio.
Y eso supone que los deportistas resisten más tiempo antes de sentirse
exhaustos, tal y como demostraba un reciente estudio coreano.
COLON PROTEGIDO
Ganarle la batalla al cáncer es más fácil comiendo nueces. Sobre todo al cáncer de colon.
El efecto se explica, entre otras cosas, porque este ingrediente actúa
como un probiótico a nivel digestivo, optimizando la composición de la
microbiota, es decir, de la comunidad de bacterias instaladas en nuestro
intestino. Y como resultado, el colon se mantiene más sano y protegido frente a los tumores, que se reducen a menos de la mitad.
SACIADOS
Que las nueces sean ricas en calorías no implica que consumirlas nos dé un susto al subirnos a la báscula. En lugar de eso, las grasas poliinsaturadas que contienen reducen el apetito y aumentan la sensación de saciedad, tal y como sacaba a la luz una investigación de la Universidad de Georgia (EE UU).
EL MUNDO, Martes 17 de enero de 2017
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