PATRICIA LOZANO
Todos
los padres quieren darle la mejor educación a sus hijos, pero nadie
tiene la receta mágica, y en algunas ocasiones, más de las que nos
gustaría, caemos en el error de decir cosas que pueden desmotivarles,
dinamitar su autestima o dificultar nuestra relación con ellos. Pero no
se fustigue. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha visto sobrepasado por el
cansancio de un duro día de trabajo y el no menos estresante tira y
afloja que le espera en casa? "Somos humanos y es normal equivocarse. Lo
importante es saber pedir perdón, algo que a muchos padres les cuesta.
Además, si lo hacemos, les estamos dando un gran ejemplo", explica María
Rueda, psicóloga de Cenit Psicólogos. "No se trata de retractarnos, ni
tampoco debemos compensarles con cariño y palabras bonitas. Lo que han
hecho está mal y debemos explicárselo para que aprendan a tomar mejores
decisiones la próxima vez. Además, deben saber que sus actos tienen
consecuencias", continúa. Así que hágaselo saber, pero desde un punto de
vista constructivo y empático.
Según los expertos, éstas son las frases que debería evitar en la comunicación con sus hijos:
1. 'Aprende de tu hermano'
Las
comparaciones siempre son odiosas, no sólo para los adultos, sino
también para los menores. Es muy fácil caer en ellas cuando se tienen
varios hijos, pero hay que tener cuidado porque "generan rivalidades en
la familia y son muy perjudiciales a la larga", afirma Rueda. El niño
percibe a su hermano como un modelo que nunca podrá alcanzar y esto
afecta a su autoestima, al considerar que a sus padres les gustaría que
él fuera de otra manera.
2. 'Me vas a volver loc@'
Puede
que esta afirmación sea cierta en muchas ocasiones y que usted se vea
al límite de la cordura, pero no tiene por qué hacerle partícipe de ello
a su hijo. "Utilizar la culpabilidad para motivar no es el mejor método
para cambiar su comportamiento. Además, puede generar un impacto
negativo en nuestra relación con ellos", afirma Rueda. "Les estamos
transmitiendo la idea de que nuestros problemas son culpa suya, y esto
les puede generar una gran ansiedad", afirma Inma Marín, consultora
pedagógica y presidenta en España de la Asociación Internacional por el
Derecho del Niño a Jugar.
3. '¿No te da vergüenza portarte así?'
Al
igual que la anterior expresión promovía la culpa, ésta fomenta la
vergüenza. Algunos padres tratan de imponer disciplina de esta manera,
principalmente delante de otras personas, "pero es mejor evitar las
críticas que no sean constructivas o sólo conseguirá humillarle y minar
su autoestima", argumenta Rueda.
4. 'Si no haces esto, te voy a castigar'
Las
amenazas, en cambio, utilizan el miedo y pueden llegar a erosionar la
confianza que los niños tienen depositada en sus progenitores. Además,
"con nuestro ejemplo, les estamos enseñando que para conseguir lo que
quieren es legítimo hacerlo a través de la intimidación", dice Rueda.
El
problema de abusar de esta frase u otras similares es que, en la
mayoría de los casos, es una expresión vacía. Por ejemplo, "si te portas
mal no te van a traer nada los Reyes Magos". "Sabemos que esto no va a
pasar nunca ya que no pretendemos dejar a nuestro hijo sin regalos. De
esta forma sólo conseguimos que nuestro hijo aprenda que sus acciones no
tienen consecuencias y perdemos credibilidad. Por lo que si se quiere
imponer un castigo, éste debe ser coherente y debemos estar dispuestos a
llevarlo a cabo en un breve periodo de tiempo", dice la psicóloga.
Otras
veces se utiliza este estilo comunicativo para hacer a los niños un
chantaje emocional: "Si te portas bien, te compro una chocolatina". De
esta manera se corre el riesgo de que el menor no aprenda por qué tiene
que hacer lo que se le ha pedido, sino que lo hace para obtener un fin
determinado.
5. 'Estoy hart@ de ti'
Cuando
un padre utiliza esta expresión, víctima del estrés, no tiene la
intención de herir los sentimientos de su hijo, ni mucho menos, pero hay
que ser conscientes de que este comentario, fruto de la exageración,
puede provocar que su hijo crea que es real y permanente, y provocar en
ellos un impacto negativo. "El amor de un padre hacia un hijo es
incondicional, y eso es algo que debemos hacerles saber en todo
momento", afirma Marín.
6. 'Eres un niño malo'
"Es
un error decirle a un niño que es malo porque éste pensará: 'Vale, soy
así y no puedo hacer nada por cambiarlo'", cuenta Rueda. Los expertos
aconsejan ser concretos a la hora de explicarles qué es lo que han hecho
mal y censurar sus acciones. "Diciéndoles que son malos les
transmitimos la idea de que son defectuosos. Por eso, es más aconsejable
centrar la atención en lo que pueden cambiar en el futuro para
conseguir un resultado más positivo". Es más constructivo usar otras
expresiones como: "No me gusta cuando haces..." para explicarles por qué
su comportamiento no es aceptable y ofrecerles alternativas.
7. 'Porque lo digo yo... y punto'
Los
adultos tendemos a pensar que siempre tenemos la verdad absoluta si
nuestro interlocutor es un niño. Y cuando llega un punto de la discusión
en el que ya estamos cansados de argumentar, recurrimos a esta frase
para darla por zanjada. Pero el imperativo por el imperativo no hace
otra cosa que erosionar la relación padre-hijo si no se les ofrece
ninguna explicación de por qué deben hacer lo que se les ha pedido.
8. 'No llores, que no es para tanto'
"Muchas
veces tendemos a infravalorar los sentimientos de nuestros hijos. Puede
que se hayan peleado con un amigo en el colegio y aunque esto para
nosotros carezca de importancia, para ellos la tiene y no debemos
quitársela", explica Marín. "También es habitual usarla con la intención
de distraerles de eso que les duele para que se sientan mejor, pero esa
no es la manera adecuada de ayudarles. Es mejor apoyarles y consolarles
para que sepan que cuando les pase algo malo nosotros les entenderemos y
estaremos ahí", continúa.
9. 'Deja, que ya lo hago yo'
El
mensaje que se lanza cuando se utiliza esta expresión es claro: "No vas
a ser capaz de hacerlo". Y si el padre lo cree, el niño también lo
hará, así que éste llega a la siguiente conclusión: "¿Para qué me voy a
esforzar la próxima vez?".
Además, de esta forma le estamos
impidiendo que aprenda por sí mismo, convirtiéndole en una persona
dependiente e insegura. Otras frases similares a ésta son "no sabes
hacer nada bien" o "no sé cuándo vas a aprender", afirmaciones poco
constructivas que "no valoran el esfuerzo, sino el resultado que se
obtiene", asegura Marín.
10. 'Eres un vago y así no vas a llegar a nada en la vida'
Los
estudios y las malas notas son uno de los principales frentes abiertos
cuando se trata de hijos adolescentes. La intención de los padres es que
se den cuenta de que no les aguarda un futuro prometedor si no hacen lo
que se espera de ellos y que llegará un momento en el que se
arrepentirán de haber tomado decisiones equivocadas, pero lejos de
provocar una reacción positiva en ellos, estas frases dañan la relación
parteno-filial y provoca en los jóvenes frustración y desinterés.
EL MUNDO, Lunes 16 de enero de 2017
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