L.PERAITA
El ser humano es el ser más juguetón de la
Tierra. Al menos así lo considera Paulino Castells, profesor titular de
Psicología de la Universidad Abat Oliba CEU y autor, entre otros
libros, de «Consejos del Doctor para padres principiantes».
Asegura que el niño necesita el juego
casi tanto como la alimentación porque es su alimento espiritual durante
los primeros años de vida, puesto que aprende a conocerse a sí mismo y a
comprender a los demás. «Es el maravilloso aprendizaje de la futura vida en comunidad. Una especie de miniatura del día de mañana, con todas sus esperanzas, sus alegrías y frustraciones...», asegura.
Insiste en que durante el primer año, imitará, jugando, el movimiento de las personas, y luego, a los dos años,
hará lo mismo con el movimiento de los objetos. Se calcula que al año y
medio dedica a jugar el 60% del tiempo que está despierto. Más tarde, con tres años, con sus gestos y posturas aprenderá los comportamientos sociales.
Aún así, Castells advierte de que
cuando un niño no juega es porque se siente abandonado, porque para
jugar, aunque sea solo, necesita saber que cuenta con personas
vinculadas a él que acudirán a su ayuda si lo precisa. Tampoco jugará si
siente hambre o sueño.
Este psiquiatra de familia asegura que en principio, el juego es individualista (etapa de juego en solitario) aunque esté rodeado de otros niños. Más adelante le gusta estar entre otros pequeños (juego
paralelo), pero continúa jugando solo, y solo se interesará por los
demás si tienen un juguete que él quiere y puede arrebatárselo, hasta
que finalmente juega con los demás (juego asociativo o compartido), etapa que se consolida a los tres años y medio, aproximadamente.
La última etapa del juego se produce cuando se desarrolla el juego simbólico o de fantasía,
que sirve para jugar a papás y mamás, a la escuela, etc., y su función
es ayudar al niño a asimilar la realidad. «Entienda —señala Paulino
Castells— que el juego simbólico es la forma de pensar del niño. Como su
pensamiento (mental) es demasiado inmaduro para "pensar" sobre sus
experiencias, el pequeño, en su lugar, debe representarlas y así los
niños se adaptan a lo que les pasa. Además, —continúa— el niño que
realiza un buen juego simbólico tendrá un buen desarrollo del lenguaje.
Están estrechamente relacionados».
Etapas del juego infantil
—3 meses
Alcanza los juguetes que están cerca (móviles)
—3-6 meses
Juega con sus propios gestos.
—6 meses
Incipienteinterés por los juguetes (manipulándolos).
—12 meses
Imita movimientos de personas y realiza actividades «instrumentales» con los juguetes (golpearlos, agitarlos, tirarlos, etc.)
—13-14 meses
Imita movimientos de los objetos y realiza actividades
«funcionales» con los juguetes, utilizándolos para lo que sirven (hacer
correr un coche, peinar con un peine....
—24 meses en adelante
Capacidad de juego en ausencia de objetos (juego
simbólico o de fantasía), y empieza a compartir juguetes y actividades
con otros compañeros (aunque no se consolidará antes de los 3 años y
medio).
ABC, 30/03/2013
Imagen: Diego junio 2012
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