Ir al contenido principal

Cómo los americanos sobreestimulan a sus hijos (y los españoles les dan paseos)

MIGUEL AYUSO

Por mucho que creamos estar informados sobre la paternidad, la manera en que criamos a nuestros retoños tiene mucho de atávico. A nadie le sorprende que la crianza varíe en cada cultura, pero resulta cuanto menos curioso hasta qué punto difiere en países que, en términos sociales y económicos, son muy parecidos.
Pese a que los contenidos académicos sean, en términos generales, los mismos en cada país, los padres afrontan la paternidad con ideas muy distintas. Sara Harkness, profesora de desarrollo humano de la Universidad de Connecticut, lleva décadas recopilando información sobre la manera en que los padres de distintas culturas abordan la paternidad, y las cuestiones en las que se encuentran mayores diferencias. Harkness ha llegado a la conclusión de que la única característica compartida en todas las culturas es la necesidad de los padres de buscar lo mejor para sus hijos, pero los caminos para lograrlo son muy distintos.
Toda sociedad tiene unas creencias sobre la manera correcta de educar a los hijos que configuran lo que Harkness llama etnoteorías parentales. Este conjunto de creencias, que se trasmiten de padres a hijos, son mucho más poderosas de lo que pensamos. Por mucho que nos creamos originales, estamos educando a nuestros hijos siguiendo una convicción social.

Qué pensamos de nuestros hijos

Para observar las diferencias regionales en el cuidado de los niños basta preguntar a padres de distintos países sobre la manera en que ven a sus hijos y las actividades que realizan con ellos. A lo largo de sus investigaciones, Harkness ha llegado a las siguientes conclusiones sobre los padres de distintas regiones, incluida España. Valgan cuatro países occidentales como muestra de las diferencias. 

Estados Unidos
Los padres estadounidenses hablan de sus hijos siempre como inteligentes e incluso “cognitivamente avanzados” (sic). Algunos los clasifican como “rebeldes”, una característica que se ve como positiva en la niñez. Como los padres americanos creen que la inteligencia es el atributo más importante, su educación se basa en buscar actividades que estimulen a los niños, tratando de que cada momento sea un reto educativo, algo que tiene pros y contras, en la medida en que el overparenting, la sobreprotección parental, puede ser perjudicial para el desarrollo emocional e intelectual del niño. 

Italia
Los italianos nunca definen a sus hijos como inteligentes. Al igual que los americanos, ven cómo sus hijos hacen muchas preguntas, pero les definen como simpáticos. No entran a valorar si son más o menos listos, simplemente piensan si son lo suficientemente sociables. En Italia son los padres, no las madres, las que juegan con sus hijos. 

Holanda
En Holanda que un niño haga muchas preguntas es un atributo negativo: significa que el niño es demasiado dependiente. Para ellos es más satisfactorio que el niño esté tranquilo y sea regular en sus rutinas de descanso. 

España
En nuestro país las palabras que preferimos para referirnos a nuestros hijos son carácter y sociabilidad. Y la actividad que más nos gusta hacer es pasear con nuestros hijos, una costumbre que consideramos más estimulante que cualquier otra cosa. La educación que preferimos para nuestros hijos es, en cierta medida, más social: paseamos con nuestros hijos con la idea, también, de que se relaciones con otros niños y vecinos. 
EL CONFIDENCIAL, Lunes 15 de abril de 2013
Imagen: Diego Julio 2012

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com