Inculcar a nuestros hijos el amor por la
lectura quizá sea uno de los mejores regalos que podemos hacer a la
progenie. La lectura favorece un mejor desarrollo afectivo y psicológico
en los niños, les da la oportunidad de experimentar sensaciones y
sentimientos con los que disfrutan, maduran y aprenden; con los libros
ríen, sueñan y viajan a otros mundos; comparten momentos gratos en
familia reforzando así el vínculo con los padres... En definitiva, con
la lectura los niños crecen en todos los sentidos.
Está demostrado que la lectura mejora
la capacidad y el progreso lingúístico de los niños. De hecho, cuanto
antes se expone a un niño a la lectura, mejor es su capacidad
lingüística y sus habilidades. Aprenden las palabras con mayor rapidez,
mejoran su comprensión y ejercitan su cerebro para la adquisición del lenguaje que se produce entre los 10 y 30 meses.
La exposición temprana de los niños al lenguaje narrativo y
poético, a los juegos de palabras y las rimas contribuye a una
apropiación distendida del lenguaje y a la comprensión de las
estructuras profundas de la lengua materna. «Este hecho redundará en una
alfabetización gradual, segura y feliz.
Antes de los tres años, a los niños les interesa más la sonoridad que
el contenido, pero es muy útil para que vayan interiorizando el lenguaje
y los silencios; a nivel cognitivo, les ayuda a crear asociaciones
entre su experiencia y el mundo exterior», explica la doctora Esther
Serrano, pediatra de Atención Primaria. Esta profesional aconseja «leer en voz alta a los niños incluso antes de que empiecen a caminar».
Los diez consejos para leer
Aprovechando el Día Internacional del
Libro, la Asociación Española de Pedriatría de Atención Primaria
(AEPap) ha lanzado una serie de recomendaciones para fomentar desde casa
que los niños lean y su desarrollo del lenguaje resulte el mejor
posible. Y ha puesto en marcha en su web (www.familiaysalud.es) una campaña de promoción de la lectura durante todo el mes de abril. He aquí algunas de sus recomendaciones:
—Organizarse:
la desorganización puede estar reñida con la lectura. Por eso los
pediatras recuerdan que es importante ayudar a los niños a organizar su
tiempo y su biblioteca.
—Ser constantes: todos los días hay que reservar un tiempo para leer, en momentos relajados y con buena disposición para ello.
—Pedir consejo:
es importante pedir consejo en el colegio, las bibliotecas y las
librerías sobre los libros más adecuados para cada niño y cada edad.
—Escuchar: en las preguntas de los niños y los adolescentes está la clave para aprender sobre sus gustos y motivaciones
—Estimular y alentar:
cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los
libros. Por ello recomiendan dejar siempre libros al alcance de los
niños.
—Dar ejemplo:
las personas adultas son un modelo de lectura para niños y jóvenes, que
muchas veces los imitan; es importante leer delante de ellos.
—Respetar: los niños tienen derecho a elegir. Hay que estar pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
—Proponer, no imponer: es mejor sugerir que imponer. Hay que evitar tratar la lectura como una obligación.
—Acompañar: el apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No conviene dejar a los niños solos cuando aparentemente saben leer.
—Compartir: El hábito de la lectura se contagia leyendo junto a los niños.
Los errores que más se comenten
La AEPap también dice a los padres lo que nunca hay que hacer:
—Crear contradicciones entre el método de la escuela y el empleado en casa.
—Emplear textos inadecuados por su extensión, por su interés o por su tema.
—Introducir un ritmo de aprendizaje excesivo.
—Repetir o enseñar lo ya sabido, provocando aburrimiento.
Cinco motivos por los que leer en voz alta
m. j. p-b. madrid
El papel de la familia resulta
fundamental a la hora de que los hijos adquieran un buen hábito de
lectura. Y de eso se hace eco EU Read —un consorcio europeo que agrupa a
diversas organizaciones para fomentar la lectura— a través de su
campaña «Reading aloud, reading together («Leyendo en voz alta, leyendo
juntos»). Se trata de una iniciativa para leer en voz alta a los niños
desde su más tierna infancia, desde que están en la cuna. Los beneficios
no tienen precio: aumenta la capacidad lingüística del pequeño,
comienza a distinguir letras, aumenta su conciencia fonológica, tiene
mayor desarrollo del lenguaje oral, consigue un vocabulario mayor y más
rico... Pero, sobre todo, padres e hijos disfrutan de momentos
inolvidables mientras se refuerza su vínculo. El pedagogo Jorge
Casesmeiro, director de Psicopaidos y asesor del Colegio de Pedagogos de
Madrid, explica los beneficios de tan buena costumbre:
«Leer en voz alta en grupo transforma un ejercicio intelectual en una experiencia social. Cuando nos leemos (sin las presiones del estudio, la memorización, etc) activamos tres funciones básicas: nos comunicamos, nos entretenemos y aprendemos.
Este «comunicarse» en familia mediante la lectura es muy válido para reforzar el vínculo afectivo.
Se trata de un estar juntos, una forma de relacionarse, de compartir.
Durante la infancia esto es lo primordial, y una buena forma de trabajar
la autoestima del menor.
El «entretenimiento» es la segunda gran función de la lectura en la infancia. Contarse historias alimenta la inteligencia simbólica, permite elaborar y compartir mundos mentales, activa la dimensión más lúdica, intuitiva y creadora de la inteligencia.
Y «aprendemos» porque desarrollamos competencias cognitivas
relacionadas con el lenguaje, que es el vehículo de transmición de la
lectura. Así trabajamos la escucha, la memoria oporativa, la expresión
verbal, la lectura y, por lo tanto, la familiarización con el lenguaje
escrito...
Esto implica también un contacto con la cultura literaria y
—si tenemos criterio en la elección de los materiales que le
presentamos al menor— una iniciación a la formación y desarrollo de su sensibilidad estética.
Por todo ello —y así lo acreditan estudios como los que
aporta el consorcio de la EU Read— es evidente que un hábito de lectura
en familia desde la primera infancia favorece la formación y el
desarrollo social, cognitivo y emocional del menor. Y que todo ello
puede ser un buen predictor de éxito académico y prevenir el fracaso escolar».
ABC, Martes 23 de abril de 2013
Comentarios
Publicar un comentario