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Cómo evitar las niñeras digitales en verano

CARLOTA FOMINAYA
Con la llegada de los vacaciones de verano, muchos son los padres que recurren a las nuevas tecnologías para entretener a sus hijos por algún tiempo mientras los progenitores continúan con sus tareas diarias. «El hecho de recurrir a teléfonos móviles, ipads, ordenadores u otro tipo de dispositivos como medios de entretenimiento resulta uno de los recursos más atractivos pero, al no estar los padres presentes, es frecuente que los chicos aumenten el consumo de éstas. Pero un uso excesivo de estas "niñeras digitales" puede tener consecuencias negativas para los pequeños, como malestar transitorio o inadaptación», según apunta la neuropsicóloga y psicóloga infantil Rocío Juárez desde el Hospital Vithas Xanit Internacional (Málaga).

Poner límites

Los padres, advierte esta doctora, «deben poner límite», ya que puede traer consigo otras complicaciones como malestares transitorios o inadaptación, que a la larga pueden interferir en el desempeño académico y las relaciones familiares y sociales de los niños y adolescentes. Además, prosigue, «pueden conllevar la posible aparición de alteraciones como cambios en el humor, episodios de agresividad, bajo autocontrol, explosiones de ira e irritabilidad o trastornos del sueño».
La clave parece estar en el equilibrio. Porque según apunta la doctora Rocío Juárez, «el hecho de jugar a videojuegos o usar las nuevas tecnologías no tiene por qué ser perjudicial para el niño, siempre y cuando se lleven a cabo medidas de control». Es más, dependiendo del uso que demos a las nuevas tecnologías, está comprobado que poseen diversos beneficios como el desarrollo de la capacidad deductiva, la motivación por el aprendizaje y procesos cognitivos, así como la rapidez o el razonamiento.
El «problema» surge cuando se utilizan de forma inadecuada, corrobora Guillermo Cánovas, director del Observatorio para la Promoción del Uso Saludable de la Tecnología (EducaLIKE), autor del libro «Cariño he conectado a los niños» y del blog Kids and Teens On Line. Según explica Cánovas, puede parecer paradójico, pero necesitamos más que nunca que los niños tengan tiempo para aburrirse. «No pasa nada porque durante las vacaciones estén dándole al coco a ver en qué pueden emplear su tiempo libre». De hecho, añade, «es bueno que tengan tiempo para llevar a cabo actividades que no están previamente estructuras, organizadas y controladas por normas rígidas y preestablecidas. Es preciso que tengan la oportunidad de crear y de experimentar. Si les enchufamos durante horas a una pantalla, estarán perdiendo un tiempo precioso».

Lo ideal para los niños, continúa Cánovas, es el contacto con la naturaleza, «porque necesitan tocar, oler, sentir y expermientar en espacios abiertos y naturales. Por eso, mi consejo para los padres es que controle el acceso a internet y a las nuevas tecnologías. No deben convertirse en prioritarias ni conformar su principal forma de ocio».

Síntomas de uso patológico

Cuando el mal uso ya está instalado, algunos de los síntomas que pueden alertar a unos padres de un uso patológico de las nuevas tecnologías serían, según esta especialista, una disminución de las relaciones sociales con la familia o amigos, mayor irritabilidad o ansiedad ante la imposibilidad de hacer uso de los dispositivos, así como abandono de aspectos como la higiene o la comida. También hay que preocuparse si el niño muestra apatía ante actividades sociales y lúdicas, así como alteraciones en el sueño o la alimentación, «o si acude a sitios como el baño o la cocina sin abandonar el móvil o muestra sentimientos de euforia y placer ante el uso de las nuevas tecnologías», remarca.

Cómo controlarlo

Para controlar el uso de las nuevas tecnologías, la doctora recomienda «vigilar o hacer un registro» del número de horas que hace el menor uso de los dispositivos electrónicos y planificar de forma semanal este tiempo para que pueda alternar esta actividad con otras como la realización de actividades deportivas. También aconseja poner una hora fija de uso de estos dispositivos, y que éstos estén en un lugar visible del entorno familiar.
Cánovas recomienda además distanciar el uso de ordenadores, tablets o móviles de la hora de irse a la cama, porque «el sueño es fundamental, y el cerebro necesita un tiempo para volver a la normalidad tras los estímulos recibidos durante su empleo», además de prestar toda la atención posible a sus comentarios, preguntas y observaciones. «Nada de lo que dicen es superficial, aunque en un principio no lo entendamos», advierte.



ABC, 12 de agosto de 2016

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