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Deja de beber en el mismo vaso una y otra vez, puede ser peligroso

 MARÍA PALMERO
Bebemos agua continuamente, y más en verano. Tenemos un vaso en la mesilla, al lado de la cama, para hidratarnos antes de acostarnos y cuando nos despertamos a medianoche. Tenemos otro en la mesa de trabajo, que vamos rellenando a lo largo del día. Y tan contentos, oye. Nos han dicho que beber de la botella de plástico es perjudicial para la salud, así que nos aseguramos de adquirir los suficientes niveles de H2O a través de nuestros preciados recipientes de vidrio. No los lavamos a menudo porque, total, solo es agua. Los enjuagamos y ya. Una práctica cotidiana que nos está enfermando.
Al menos esto es lo que asegura Aaron Margolin, profesor de microbiología en la Universidad de New Hampshire (Estados Unidos). El estudioso, en conversación con 'Men's Health', advierte de la cantidad ingente de gérmenes que ingerimos a cada trago que damos a estos vasos de vidrio que reutilizamos durante varios días. Estos recipientes son un caldo de cultivo perfecto para estas bacterias, ya que los microorganismos necesitan un ambiente húmedo para sobrevivir.
Aunque no los veas, y no seas consciente de ello, el vaso de tu mesilla de noche, el de tu mesa de estudio y el de tu lugar de trabajo están repletos de gérmenes que son potencialmente peligrosos para ti, porque a cada sorbo se transfieren microbios a tu cuerpo, pudiendo provocar virus y parásitos intestinales. Algo que se potencia si te encuentras ya enfermo.
Margolin advierte de que, en este caso, laves bien los vasos o tazas que vayas a usar y te asegures de que están completamente secos, pues de haber un mínimo de humedad "es suficiente para que el microbio se replique y la enfermedad aparezca de nuevo".

El agua que bebes también puede marcar la diferencia en este aspecto. El experto recomienda beber agua embotellada en lugar del grifo, ya que así estará exenta de cloro añadido y ayudará a detener el crecimiento de las bacterias.

Y si vas a compartir vaso o copa con alguien... piénsatelo dos veces antes. Todas esas bacterias, virus y parásitos intestinales pasan de ida y vuelta al recipiente y, por tanto, a tu cuerpo, lo que podría ocasionarte úlceras de estómago (cortesía de la bacteria Helicobacter pylori) o vómitos y diarreas agudas (provocadas por una infección por Norovirus). "Cuantas más personas que utilicen el mismo vaso, mayor será la probabilidad de que una de ellas sea la portada de bacterias que provoque enfermedades al resto", advierte Margolin.

¿Cómo puedo evitar enfermar al beber en un vaso?

Te estarás asustando, normal. El académico apunta que "los patógenos –los organismos que acaban provocando enfermedades– no aparecen de la nada, sino que tienen que ser introducidos por algo o alguien". El problema es que, una vez introducidos, es difícil expulsarlos, incluso fregando el vaso una y otra vez, y estando seguros de secarlo concienzudamente antes de volver a usarlo. Y todo ello porque los recipientes de vidrio crean rincones y grietas donde las bacterias pueden acumularse.
Pero que no cunda el pánico. ¡Podemos escapar de la enfermedad y seguir bebiendo agua de nuestros vasos! Margolin asegura que si los lavamos habitualmente, los secamos extremadamente bien, si los usamos solo nosotros y si los cambiamos de vez en cuando, detendremos el crecimiento de las bacterias en el recipiente. 
EL CONFIDENCIAL, Jueves 18 de agosto de 2016

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