NORA KURTIN
Un consejo para tener niños más sanos, tranquilos y felices: Contacto con la naturaleza y juego al aire libre.
Este verano muchos niños tendrán la suerte de ir "al pueblo con los abuelos". Allí
podrán hacer lo que nosotros hacíamos de pequeños, estar fuera de casa
con otros niños, trepando a los árboles, jugando en la plaza, al
escondite o montando en bicicleta. Estas son las experiencias que nos
traemos de la infancia, de nuestros veranos activos, divertidos y sanos.
Pero también serán muchos los niños que pasen la mayoría del tiempo
en espacios cerrados, como lo hacen durante la mayoría del año. Por este
motivo, cada vez es más común que cuando se les da a elegir a qué
jugar, prefieran los aparatos electrónicos, las pantallas.
Recordemos que, tanto nosotros como los niños, necesitamos estar al
aire libre y hacer ejercicio físico. Como ya defendía hace 10 años
Richard Louv en su best seller Last Child in the Woods
(El úlimo niño en los bosques), las salidas a la naturaleza nos
fortalecen física y emocionalmente. Nos conectan con nuestros hijos y
con la naturaleza, tan necesaria para nuestra salud y equilibrio.
Numerosos estudios demuestran que los niños que tienen acceso a la naturaleza y al aire libre aprenden mejor,
son más tranquilos, se comportan de forma más adecuada y son más
felices. Además, son más sanos porque reciben suficiente vitamina D, que
influye en el buen ánimo, y son menos propensos a tener sobrepeso, ya
que al hacer actividad física están combatiendo la obesidad y la
diabetes.
Además, los niños que juegan al aire libre tienden a hacer juegos menos estructurados y
esto favorece la creatividad y la imaginación. Les ayuda a ser mejores
estudiantes, ya que están preparados para una mayor tolerancia a la
frustración y tienen mayor capacidad de atención.
Aprovechemos estas vacaciones para compartir paseos en bicicleta,
avistamiento de animales, recorridos por un parque, caminatas por el
campo o por alguna de las múltiples rutas que nos ofrece la geografía
española. Y dejémosles espacio para estar con otros niños y vivir sus
propias experiencias, siempre en función de su edad.
Pero antes, me gustaría compartir unos consejos prácticos, el primero: tengamos en mente que la salida debemos disfrutarla todos los miembros de la familia, para lo que tendremos que elegir un paseo adecuado para todos y que podamos hacer con comodidad. Y el segundo y más importante: apaguemos el móvil. Seguro
que podemos dejarlo en modo avión durante una horita o dos, ¡o incluso
un día! y claro, si vuestros hijos también tienen teléfono, debéis
pedirles a ellos también que lo desconecten.
Debemos saber que al desconectar los teléfonos, estaremos reconectando con ellos y la naturaleza que nos rodea.
Disfrutemos con nuestros hijos de los grandes beneficios de la vida
al aire libre. Creemos momentos inolvidables en la infancia de nuestros
hijos.
¡Feliz verano!
¿Cuáles son tus mejores recuerdos de la infancia?
Este fin de semana, dentro del evento Gestionando Hijos que se
celebró en Barcelona, acudimos a un interesante taller sobre
sobreportección y autonomía en los niños. En él, Heike Freire,
conductora del taller, nos propuso un sencillo ejercicio práctico muy
interesante que os recomendamos hacer a todos los padres.
Para ello, solo tendréis que cerrar los ojos relajaros, respirar
tranquilos y buscar un recuerdo agradable de vuestra infancia, recrearos
en él, sentir sus olores, saborear el momento, la compañía, si la
hubiera, la experiencia... Quedaos unos minutos en este recuerdo y
volverlo a guardar lentamente en el lugar de donde lo rescatásteis y
donde su riqueza lo mantendrá siempre en un sitio privilegiado de
vuestra memoria.
Contestad luego a estas preguntas:
- ¿Ese recuerdo tenía lugar al aire libre?
- ¿Había algún adulto presente?
- ¿Estábais en compañía de otros niños?
- ¿Experimentásteis alguna sensación "prohibida" o asumísteis algún riesgo en aquel momento?
Reflexiona sobre tus respuestas y trata de dar a tus hijos espacio y libertad para vivir experiencias similares que son las que les dejarán recuerdos más felices de la infancia.
- ¿Ese recuerdo tenía lugar al aire libre?
- ¿Había algún adulto presente?
- ¿Estábais en compañía de otros niños?
- ¿Experimentásteis alguna sensación "prohibida" o asumísteis algún riesgo en aquel momento?
Reflexiona sobre tus respuestas y trata de dar a tus hijos espacio y libertad para vivir experiencias similares que son las que les dejarán recuerdos más felices de la infancia.
EL MUNDO, 6/07/2015
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