LORENA ORTEGA
"¡Atención! Se ha perdido un niño, tiene seis años y lleva un bañador
de Mickey", alertaban los altavoces hace unas semanas en una playa de Castellón
para solicitar la colaboración de los bañistas en la búsqueda de un
chiquillo extraviado. El reclamo se escuchó media decena de veces. La
última, más de un cuarto de hora después, para anunciar que había sido
encontrado y dar las gracias por la ayuda. Los bañistas aplaudieron.
Pero el Ayuntamiento
de esta ciudad mediterránea ha decidido cambiar la megafonía por el
chip. Se trata de un servicio pionero que facilita el reencuentro en
menos tiempo. El sistema consiste en unas pulseras inteligentes que
llevan un chip donde se graban los datos de contacto de los familiares
del niño perdido. No hay ningún dato visible para respetar el derecho a
la protección de datos.
La concejal encargada de las playas, Patricia Puerta, asegura que son
las primeras de este tipo distribuidas en las costas españolas. Existen
otros sistemas como las pulseras con código QR o con un número de
registro asociado a un contacto que sólo está a disposición de los
efectivos de seguridad.
Inés Casanova, técnico del Patronato de Turismo local, asegura que ya
se han puesto sesenta pulseras. Sólo hay que ir a un punto concreto de
una de las playas de Castellón
y pedirla. Seis niños que se extraviaron la llevaban puesta. Pero son
los menos. "De los que se han perdido hasta ahora casi ninguno la
llevaba", explica Simón Casinos, el jefe de los socorristas.
De media, se "desorientan" —o los padres se despistan— entre dos y
tres menores al día, sobre todo entre seis y diez años. Eso sí, al día
siguiente los padres vienen a enseñarle que su hijo ya la lleva puesta,
asegura Casanova.
Gratuitas
"Mi sobrino me la vio y se la quiso poner, le dijo a su madre: 'No es
para hacer bonito, es por si me pierdo", cuenta Mónica Grecu. Su
sobrino tiene seis años y es uno de los usuarios de estos artilugios que
se ven en Castellón.
Las pulseras, gratuitas, disponen de la tecnología NFC (por sus
siglas en inglés Near Field Communication), un sistema instalado en la
mayoría de dispositivos móviles para la transmisión de datos y que
posibilita, entre otras cosas, el pago a través del teléfono. Castellón
lo ha implantado en sus playas como proyecto piloto.
EL PAÍS, Lunes 20 de julio de 2015
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