S.F. / MADRID
Las últimas investigaciones llevadas a cabo a nivel mundial demuestran que la nutrición en los 1000 primeros días del niño –desde su concepción hasta los dos años de edad– es un factor fundamental para la salud futura de los niños. Durante las primeras etapas de la vida, se produce la programación metabólica, un proceso en el que el entorno y la alimentación juegan un rol fundamental y, por lo tanto, supone una oportunidad para incidir en la salud futura.
Recientes estudios científicos demuestran que una menor parte de la
salud del bebé dependerá de sus genes, pero que la mayor parte dependerá
de su entorno, donde la alimentación es un factor muy significativo.
Los requerimientos nutricionales de los niños no son iguales a los de un
adulto ya que tienen necesidades nutricionales específicas por estar en
un periodo de rápido crecimiento.
Desde el momento de la concepción, la nutrición de la
futura madre tiene un impacto en la salud futura de su hijo: mantener un
peso correcto en el embarazo, incrementar la ingesta de ciertas vitaminas y minerales, y la calidad de la dieta de la embarazada, son factores clave. Las futuras mamás no deben comer por dos, pero si pensar por dos. Una vez que el bebé ha nacido, la leche materna es la mejor forma de alimentarlo.
Por ello se recomienda la lactancia materna en exclusiva durante los
primeros 6 meses de vida del bebé. Una madre lactante es capaz de
producir leche con la cantidad adecuada de proteínas, grasas,
carbohidratos y minerales, incluso cuando no está recibiendo la ingesta
adecuada de estos nutrientes. Por el contrario, las vitaminas, yodo y omega 3 (DHA)
presentes en la leche materna están muy ligados a la dieta de la madre.
Por todo ello, es fundamental que las madres lactantes sigan una dieta
variada y equilibrada, ajustada a este periodo de necesidades
nutricionales específicas.
Hitos en la alimentación del bebé
La introducción de la alimentación complementaria, a partir
de los 6 meses, es el siguiente hito en los 1.000 primeros días del
bebé. Es importante la introducción de nuevos alimentos, sabores y
texturas para desarrollar unos hábitos nutricionales adecuados, además
de asegurar la ingesta de nutrientes adecuados en esa fase de importante
crecimiento y desarrollo, explican desde Danone Nutricia Early Life
Nutrition (ELN).
Los niños entre 12 y 24 meses siguen teniendo unas
necesidades nutricionales específicas que la dieta de los adultos no
puede cubrir. La cantidad de nutrientes que necesitan por kilo de peso puede llegar a ser de entre 4 y 7 veces más que las de un adulto,
de ahí la importancia de continuar con una dieta adaptada en esta edad.
Conscientes de este problema, Danone puso en marcha en 2012 el programa
educacional «Alimentando la Salud del mañana».
Bajo este paraguas, en 2013, llevó a cabo el estudio pionero Alsalma
2.0, en el que se analizaron los hábitos nutricionales de un grupo de
más de 1.700 niños españoles de entre 12 y 36 meses y las revelaciones
fueron muy señalables. Según las conclusiones de este estudio, el 95,9% de los niños de 12 a 36 meses consumen cuatro veces más proteínas de la ingesta diaria recomendada. También se observó que una mayor proporción en el consumo diario de proteínas se relaciona con un mayor índice de masa corporal. Además, los niños españoles no alcanzan la ingesta recomendada de micronutrientes como el yodo o la vitamina D.
ABC, Lunes 13 de julio de 2015
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