S.F.
La protección de la salud es una de las principales preocupaciones del ser
humano. Para disfrutar de una vida saludable a veces basta con seguir una serie
de hábitos que es importante que los niños aprendan desde bien pequeños para
que no los olviden ni dejen de practicarlo a lo largo de su vida.
Según Deanna Marie Mason, experta en formación y prevención sanitaria en la
infancia, hay una serie de pautas que son imprescindibles dar a conocer a los
hijos para que aprendan a cuidarse desde edades tempranas:
Las manos, lo primero. Como primera recomendación, y aunque
pueda parecer muy básica, deben hacerse un lavado adecuado de las manos. Se
trata de un pequeño gesto cotidiano que, sin embargo, puede evitar el
desarrollo de infecciones intestinales debido a las bacterias que residen en
las manos y otras con las que mantenemos contacto a lo largo del día. Por este
motivo, Mason asegura que los niños deben aprender desde pequeños que hay que
limpiarse las manos al menos antes de cada comida utilizando jabón en la medida
de lo posible y si se está fuera de casa es más aconsejable secarlas con un
papel.
Para una sonrisa perfecta. Por otra parte, Mason recomienda
prestar especial atención al cuidado de los dientes. Desde el nacimiento de la
primera pieza dental, lo más recomendable es empezar a limpiar la boca con un
cepillo o pañito adaptado al bebé. Hacerle ver la importancia de cepillarse
después de cada comida hará que asimile como propio el hábito y lo mantenga a
lo largo de toda su vida. Mantener la dentadura limpia no solo es importante
para tener una sonrisa bonita, sino también para una mejor salud bucodental, ya
que la placa puede provocar serias infecciones.
El agua como fuente de salud. Entre los consejos más
básicos también se encuentra la hidratación. En muchas ocasiones, nos preocupamos
porque los alimentos de los niños sean saludables dejando de lado la ingesta de
líquidos. Siempre es más recomendable ofrecerles agua, leche desnatada o
semi-desnatada y zumos de fruta naturales, intentando olvidar los refrescos o
bebidas más azucaradas.
Somos lo que comemos. Aunque en ocasiones cuesta que los
niños se animen a comer frutas y verduras, lo cierto es que se trata de
alimentos clave en su desarrollo. Hay que prestar atención al menú diario, ya
que este tipo de comida aporta nutrientes y vitaminas que protegen la salud de
los pequeños.
A todo ritmo. Finalmente, para conseguir que los niños
obtengan un desarrollo lo más completo posible, Deanna Marie Mason recuerda la
necesidad de practicar deporte. «Para conseguir que los más pequeños crezcan de
la manera más saludable posible, se calcula que deberían realizar una actividad
física diaria de unos 60 minutos. Esta hora no tiene que ser deporte puro y
duro, ya que con jugar, por ejemplo, al “pilla-pilla” los pequeños se mueven
consiguiendo una gran actividad», asegura.
Según esta experta, siguiendo estos básicos consejos y «explicando a los
niños que su salud depende, en gran medida de sus propios hábitos,
conseguiremos que de adultos tengan prácticas más saludables y equilibradas».
ABC, Jueves 7 de abril de 2016
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