PILAR CORNEJO
Existen dos tipos de exámenes visuales: los objetivos, en los que no
es necesaria la colaboración del paciente, y los subjetivos, que
requieren de su participación para tener en cuenta sus respuestas.
Habitualmente, a la hora de realizar un examen visual, medimos de
forma objetiva la prescripción del paciente con el auto-refractómetro,
un aparato que gradúa la vista de forma automática. Posteriormente,
realizamos un examen visual subjetivo. Pero este no es el caso de los
bebés y niños muy pequeños, que no pueden colaborar. La técnica aplicada
para ellos será la retinoscopía, que nos permitirá valorar la existencia de algún defecto visual.
Al nacer, se realiza un examen completo de la morfología ocular y, en
el caso de existir alguna condición específica o antecedentes
familiares, se procede a un examen más exhaustivo para detectar posibles
problemas de visión. A los 3 años, si no se ha encontrado ningún
defecto previo, recomendamos el primer examen visual y, a partir de los 5
años, pruebas anuales.
Los defectos visuales más comunes en niños menores de 6 - 7 años
Los defectos visuales refractivos (aquellos en los que por mal
funcionamiento óptico, el ojo no es capaz de proporcionar una buena
imagen) más comunes son:
- La hipermetropía: ven mal de cerca.
- La miopía: ven mal de lejos.
- El astigmatismo: visión deformada.
En estos casos, la solución siempre pasa por el uso de gafas. Además,
hay que considerar el ojo vago (ambliopía) y/o estrabismo y los casos
de daltonismo (fallo en la visión de colores).
¿Pero cómo puedo detectar síntomas de problemas de visión, aunque al nacer el bebé no fuera diagnosticado?
A menudo, dejando aparte las patologías, los niños no se quejan de
ver mal cuando sufren alguno de los trastornos visuales más frecuentes,
como son los defectos de refracción y el estrabismo. Por eso, es
importante observar si el niño desvía un ojo, si guiña siempre el mismo
cuando va por la calle, si tuerce la cabeza al prestar atención, si se
acerca mucho los objetos, si tiene dolores de cabeza, si se le enrojecen
los ojos frecuentemente o si se frota los ojos o parpadea demasiado.
Consecuencias de la detección tardía de un problema visual
La falta de detección de los problemas visuales puede provocar
ambliopías y estrabismos, ya que un ojo que no ve bien tiende a
empeorar. El hecho de ver con un solo ojo (ambliopía) provoca la pérdida
de la visión del espacio tridimensional. Los niños que no ven
correctamente, ya sea con un ojo o con los dos, pueden tener un bajo
rendimiento escolar o ser más “patosos”, con pocas habilidades
deportivas o manuales. Los que son daltónicos, al tener alterada la
visión de los colores, podrían mostrar un menor rendimiento escolar.
Los tratamientos más frecuentes para niños de corta edad (< 7 años)
Las soluciones visuales siempre pasan por una buena corrección con
gafas, en ocasiones complementada con terapia visual y, solo en casos
especiales, se recomendará cirugía.
¿Existe prevención para los trastornos visuales?
La hipermetropía y el astigmatismo no se pueden prevenir, porque
dependen del tamaño y forma del ojo, además del componente hereditario.
Sin embargo, ciertos tipos de miopía pueden prevenirse con unos
buenos hábitos visuales, es decir, con pautas de conducta que promuevan
actividades al aire libre. El tratamiento del ojo vago y el estrabismo
requieren de una detección temprana. El daltonismo es un defecto
congénito, por lo que no tiene prevención.
Ciertos hábitos perjudiciales para la salud visual
El abuso de dispositivos electrónicos en condiciones de baja
iluminación puede constituir un factor de riesgo importante para la
salud ocular y visual a largo plazo. En la infancia, la pupila es mayor y
sus medios oculares más transparentes, lo que permite que la radiación
que entra en el ojo sea más intensa. A corto plazo, este uso en
condiciones de iluminación desfavorables se puede traducir en fatiga
visual y sequedad ocular, que conlleva incomodidad y molestias en los
ojos. En este punto es recomendable limitar el uso de dispositivos y,
durante su utilización, hacerlo siempre con una buena iluminación y
descansando la vista a menudo.
*Pilar Cornejo es experto óptico en Essilor España, profesionales en lentes oftálmicas.
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