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«La conciliación es mentira, las madres sólo sacrifican»

PINO ALBEROLA
Cuarenta años de experiencia han sido el mejor argumento para que este profesional escriba un libro con sus vivencias y consejos para las madres.
Después de 40 años de experiencia como pediatra publica el libro «Tú eres la mejor madre del mundo» ¿Qué ha querido plasmar en esta obra?
No he pretendido escribir un manual. Simplemente, después de todos estos años de hablar con madres y recopilar experiencias, pensé que era un desperdicio no plasmar todas las cosas que he aprendido haciendo pediatría. Con este libro he rehuido de dar consejos de manual, así como de cualquier pretensión de hacer de gurú, algo muy fácil en esta sociedad. Y es que, cuando ha caído la familia tradicional y se leen cantidad de libros porque no se sabe a quién preguntar, muchas veces se recurre a gurús.

Dejar llorar al niño, cogerle en brazos. Educar, a veces, parece una cuestión de modas. ¿Cómo afecta a las madres este bombardeo de consejos ?
Justamente he querido escribir sobre ese bombardeo que sienten las madres de mensajes contradictorios. Las madres hoy en día hacen lo que pueden y hasta hace muy poco ellas eran las que se encargaban de todo. Sólo recientemente he empezado a ver padres en la consulta. Otro capítulo lo dedico a la culpabilidad. En mis años de experiencia he visto a madres sentirse terriblemente culpables porque sus hijos han cogido una bronquitis. Eso es algo que no sienten, por lo general, los hombres. El último capítulo lo dedico a decir que el mito de la buena madre no es verdad, porque para un bebé cada madre es la mejor madre y cada una hace lo que puede y sólo por eso es la mejor madre del mundo.

¿Por qué las madres se sienten tan culpables cuando vuelven a trabajar?
Porque la conciliación es mentira. Las madres van de carrera de obstáculos en carrera de obstáculos y no concilian, sacrifican. Los proverbios nos han hablado de la mujer hacendosa y cuando ella va a trabajar, si es porque necesita contribuir a la economía familiar, aún se disculpa más. Pero no así en las mujeres a las que les gusta su profesión y van a trabajar, no por necesidad, sino porque les gusta. Ahí es mayor el sentimiento de culpa. La mujer y el hombre tienen derecho a desarrollarse plenamente, a tener una paternidad bonita y a desarrollar su profesión sin culpa. Los gobernantes son culpables por no hacer leyes para conciliar. Hacen planes para rescatar a los bancos, pero no a las madres que quieren conciliar.

Tras estos 40 años de experiencia en consulta, ¿diría usted que las madres de ahora son más histéricas?
Hay un mito que dice que lo peor de la pediatría es tratar a las madres, y a mí me parece un mito absurdo. Al final te das cuenta que tienes que hacer caso de lo que te dice la madre, porque ella es la que mejor conoce a su hijo.

¿Deberían las madres confiar más en su instinto a la hora de cuidar de sus hijos?
Yo critico los libros que se basan en decir que sigas tu instinto, porque en realidad ese libro tendría que tener sólo una pagina. No hay un instinto de crianza, sino mecanismos de vinculación increíbles que son dirigidos por el bebé. Por eso, a un bebé hay que tratarlo con el mismo respeto que a otra persona, más porque está desvalido. Para mí, lo de dejar llorar es una barbaridad. Tú no vas por la calle y ves a una persona llorando y la dejas. La base de la crianza es tratar a los bebés como otras personas y no armar líos de que tienes que ser perfecto. La perfección no existe porque somos humanos.

DIARIO INFORMACION, 5/11/2013

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