CAROLINA PINEDO Aburrirse es un arte que los niños tienen que aprender a base de experimentar cómo gestionar su tiempo en blanco desde el libre albedrío . Es como aprender la manera en que se enfrenta a la hoja en blanco un escritor o al lienzo vacío un pintor. El arte de no hacer nada parece proscrito en la sociedad de la acción para obtener resultados. Esto se refleja en los niños que no saben aburrirse porque están sobre estimulados con actividades extraescolares en su tiempo libre o con planes que llenan su ocio sin dejar ni un hueco para, simplemente, no hacer nada . “¿Por qué el empeño del adulto para que los niños estén ocupados todo el tiempo? ¿Por qué se les llevan un sinfín de juguetes para pasar la tarde fuera? Hay muchos motivos para apuntar a los chicos a extraescolares, uno de ellos es abarcar la tarde para que no se aburran. Igual que se llena una mochila de juegos y muñequitos para que la criatura no se aburra si se va a pasar la tarde fuera. Quizá, con esto lo
“Menos productos de lujo y más Hacendado, menos móviles y más tiempo en familia, menos juegos de consola y más bicicleta, menos recompensas materiales y más muestras de cariño, menos televisión y más paseos en la montaña observando la naturaleza, menos ruido y más silencio. Aprendiendo que lo bueno y lo valioso lleva su tiempo y esfuerzo” Catherine L`Ecuyer