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Seis cosas que haces a diario con tu bebé y la tecnología que los expertos tildan de inaceptables

SARA NAVAS
El hijo de Sara (36 años) y Guillermo (38 años) acaba de cumplir ocho meses. Es el primer retoño de la pareja. Se llama Martín. La madre solo le dio el pecho los tres primeros meses. Ahora, el bebé se alimenta de biberones y verduras y frutas batidas.

Tanto el padre como la madre aprovechan la hora de la comida del niño para mirar la pantalla de su móvil: leer la prensa, revisar el correo, actualizar sus redes sociales... "Lo hicimos desde el principio, para aprovechar el tiempo. Martín se toma el biberón sin problema y en unos cinco minutos, así que no vimos nada raro en mirar al mismo tiempo nuestros móviles", comenta Guillermo.

Pero un día pasó algo. Pusieron al niño unos dibujos en el móvil para entretenerlo mientras le daban el puré de verduras, ya que la cuchara le cuesta un poco más que el biberón. Martín estaba realmente entretenido. "La sorpresa llegó luego. Le quite el móvil de las manos y Martín me dirigió un gruñido. No lloró: fue un gruñido de enfado. Era la primera vez que lo hacía", comenta Sara. Y a la pareja le saltó las alarmas.

Pero: qué estaba viendo el bebé en la pantalla que tanta rabia le originó que le quitaran.
Un objeto tridimensional con brillantes cables multicolores gira sobre sí mismo sin parar mientras de fondo suenan algunas de las composiciones más populares de Johann Sebastian Bach. Este viaje psicodélico ha sido concebido como entretenimiento educativo para niños menores de un año. Con un nombre que es una declaración de intenciones en toda regla, Baby Einstein, Disney pretende que los niños cosuman elementos audiovisuales de alta calidad cultural que permiten a los padres separarse del bebé durante un lapso prudencial para hacer la comida, atender una llamada, escribir un email o, simplemente, darse una tregua.
¿El secreto de su éxito? El cargo de culpa apenas existe; al contrario, los progenitores desarrollan sus tareas diarias con la sensación de estar creando "pequeños Einsteins". Pero, ¿es necesario que los conocimientos que se les proporciona a niños de tan tierna edad vengan de una pantalla?
"Con la tecnología todo es inmediato y a los niños les acaba generando la sensación de que el mundo real, que va a un ritmo mucho más lento, no funciona. Las pantallas producen un bombardeo estimular para el que el cerebro del niño, que aún se está programando, no está preparado. Hay una sobreestimulación que deriva en problemas de atención porque la realidad no tiene tanto movimiento ni color, en definitiva, tantos estímulos, como estos programas. Después de consumir programas como Baby Einstein o videojuegos, las clases en el colegio, por ejemplo, pueden resultarle algo soporífero y les cuesta prestar atención", explica María Jiménez, licenciada en Psicología y especialista en Intervenciones Sistémicas con un máster en Psicología Clínica y de la Salud
La Asociación americana de pediatría, por su parte, es tajante: cero uso de pantallas con menores de dos años. "Los bebés se quedan alucinados y absortos frente a una pantalla donde aparecen formas, colores y sonidos, pero no les estamos haciendo ningún bien. Con ellas, no cubrimos las necesidades del niño, sino las del padre que hacen uso de pantallas niñera para descargar responsabilidades y tomarse un respiro", asegura María Jiménez.
"Los perjuicios que este tipo de contenidos audiovisuales causan a un bebé son mayores que los beneficios. Los niños terminan haciéndose adictos a aparatos tecnológicos como tabletas y móviles y se aburren cuando participan en el mundo real", coincide con María Jiménez la psicóloga Rosario Linares, profesional de Prado Psicólogos.
Tres expertos en psicología y educación infantil analizan cuáles son los errores más comunes que cometemos con nuestros bebés y proponen alternativas para estimular la materia gris y el desarrollo psicomotor de los más pequeños.

Error 1. Darle de comer mientras tú miras tus redes sociales en el móvil

Es una escena común. En el trabajo, mirar el teléfono móvil es un gesto tan natural como estirar las piernas. En el metro, en una conversación con amigos o en el sofá, el teléfono se ha vuelto un compañero del que cuesta separarse. Por eso, cuando cuidamos o alimentamos a un bebé, este suele acompañarnos. Estamos más pendientes de lo que aparece en la pantalla que de las reacciones que tiene el niño con la comida. ¿Es inofensiva esta actitud? Rotundamente no. "La rutina alimentaria en España está muy mal instaurada. Durante las comidas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda charlar sin tener la televisión encendida. Es muy importante pasar tiempo de calidad comiendo en familia. De esta forma, se crea un vínculo y nos centramos en comer sin que otros estímulos nos distraigan", explica Gerardo Castaño, psicólogo clínico del centro Nuestro Psicólogo en Madrid.
"La hora de la comida es un momento muy bueno para interactuar con los hijos. Intercambiar miradas y hablar con ellos es clave para fortalecer el vínculo padre-hijo. No hacerlo genera futuras inseguridades porque el niño no recibe toda la atención y protección que necesita. El niño no sabe lo que es un móvil, pero si entiende que no se le está haciendo caso", apunta Rosario Linares.
Otro error típico que destaca la psicóloga María Jiménez es dar de comer a los niños con la televisión encendida para que se distraiga y no rechace ciertos alimentos: "Esto es un auténtico desastre. De esta forma, tardan mucho más en comer, se distraen y no saben qué comen ni si están llenos, porque no prestan atención a sus propias sensaciones".

Error 2. Ponerle dibujos en chino o inglés para que aprenda el idioma

Dora la exploradora, popular serie de dibujos infantiles, ahora, además de en inglés, también está disponible en chino. Una jugada maestra de Nickelodeon(productora de la serie) para ganarse a los padres preocupados porque sus hijos aprendan el que dicen que es el idioma del futuro y tengan el porvenir que merecen. Ahora, ¿de verdad sirve para algo ponerle a un bebé dibujos en un idioma que no ha oído ni estudiado todavía? "No tiene ningún sentido. Es como empezar la casa por el tejado. El cerebro del niño no está preparado. Para que el aprendizaje del lenguaje sea efectivo, hay que dejarlo para más adelante, cuando el cerebro esté más amueblado. Un niño debe adquirir el lenguaje interactuando primero con sus progenitores o cuidadores, no a través de una pantalla", señala María Jiménez.

Error 3. Dormirle con un programa de televisión

Entre la abundante oferta de Netflix se encuentra un programa que lo único que muestra es el crepitar de una chimenea durante horas (exactamente dos) hasta que esta definitivamente se extingue como ocurre en la vida real. La plataforma de contenido audiovisual descubrió que una simple hoguera puede resultan tan hipnótica como una serie desarrollada por un equipo de veinte guionistas. De ahí que programas muy similares han llegado al mundo de los bebés con el fin de ayudarles a dormir.
"Una vez más, los padres tiramos de pantallas niñera para cubrir nuestras necesidades, no las de los bebés", se queja María Jiménez. BabyTV, un canal de FOX International, ha creado el programa Hora de dormir. Aquí, relajantes imágenes de objetos abstractos y naturaleza acompañadas por una música tranquila relajan al bebé y le ayudan a retomar el sueño. "Cuando le ponga el programa a su bebé asegúrese de que la interacción con él sea mínima", recomiendan en la ficha técnica del programa.
Pero este no es el único que hay en la actual programación: Hora de ensueñoDulces sueñosLa luna y las estrellas o Abrazos de buenas noches son otros de los espacios pensados para ayudar a los bebés (y por ende a sus padres) a dormir plácidamente. "Ayudarse de este tipo de programas es peligroso porque nos exponemos a que nuestro bebé sea incapaz de dormirse sin ellos. Para que los niños concilien el sueño fácilmente lo que hay que hacer es generar una rutina del dormir sencilla. Unas horas antes de llevarlo a la cama conviene bajar la activación, darle un baño, bajar las luces de la habitación y ponerle el pijama. Mantener una rutina de horarios crea un entorno seguro y ayuda a que el bebé baje la guardia y se relaje", afirma Jiménez.

Error 4. Dejarle la tableta aunque sea para usar juegos infantiles

Los progenitores se convierten en un modelo de conducta para su prole desde el mismo día en que esta llega al mundo. El uso de tabletas se ha generalizado entre la población adulta y los niños maduran en un entorno rodeado de dispositivos. Si los usan los padres, ellos tienden a imitarles. Cuando los niños descubren que en esa pantalla salen formas, colores y voces se convierte en una distracción adictiva que sustituye los tradicionales juegos que implican movimiento e interación con los adultos. Los padres, por su parte, encuentran estos aparatos una tregua que les permite separarte durante un rato de los hijos, que están absortos con lo que ocurre en la pantalla. Sin embargo, esta es una tendencia peligrosa. "El uso prematuro de dispositivos como tabletas provoca sobreestímulos para los que el cerebro del bebé no está preparado. La tecnología refuerza la idea de la inmediatez: lo que quieren lo tienen al instante en una pantalla, y esto es muy peligroso porque no aprenden a gestionar la frustración ni desarrollan la paciencia", explica Linares.
María Jiménez coincide con Linares y anima a los padres a dar ejemplo:"Debemos esforzarnos por ser coherentes y limitar el uso de los dispositivos cuando estamos con los niños". ¿Quiere esto decir que no podemos usar el teléfono o la tableta cuando estamos con ellos? "No, claro que pueden usarse, pero con cabeza".

Error 5. Dejarle trastear con el teléfono móvil

Un bebé no puede decir qué es lo que le pasa. Su forma de expresión es mediante lloros, gestos y balbuceos ininteligibles. Por eso, cuando un padre desesperado encuentra que jugueteando con el teléfono móvil se calma no suele pensárselo dos veces a la hora de dejarle el dispositivo. Error. "Desaconsejo tajantemente dejar que el niño toquetee el teléfono móvil. Hay que enseñarle desde el principio que no es un juguete. Lo más recomendable es retrasar lo máximo posible el contacto de los pequeños con los móviles", explica la directora de Prado Psicólogos. Tal y como explica la psicóloga, es preferible estar con ellos, realizar actividades juntos e interactuar hablando con ellos e intercambiando palabras y miradas. "No hay que matar el aburrimiento con tecnología. Cuando el niño reclama atención necesita gastar energía y que jueguen con él", añade Gerardo Castaño.

Error 6. Ponerle programas de dibujos con música de Beethoven para despertar su interés por la música

"Si tienes que ponerle a tu hijo dibujos porque necesitas que esté entretenido un rato y no puedes sentarte a jugar con él, la opción menos mala es que sean programas con cierta querencia educativa. Pero hay que dejar claro que no es algo positivo. Siempre va a ser mejor no ponerles la televisión, sea el programa que sea el que esté en la pantalla", apunta Rosario Linares. Gerardo Castaño coincide e incide en que las pantallas generan demasiados estímulos por segundo: "Los niños se acostumbran a una cantidad de estímulos enorme que no se da en la realidad. Esto provoca que se aburran cuando interactúan con el mundo real y dificulta la capacidad de concentración".
Si lo que buscamos es despertar el interés por la música en el bebé, lo más efectivo es jugar con ellos haciendo actividades que impliquen cierto movimiento mientras suena música en la habitación. "El uso de pantallas como elemento educativo es inadecuado. Son las personas –padres, tutores, profesores– las que deben educar", remacha Linares.
EL PAÍS, Domingo 3 de junio de 2018

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