
Cada vez que veo por la mañana a un padre que lleva a sus niños en el
coche sin el cinturón de seguridad y la sillita correspondiente, y más
aún asomados entre los asientos, me pongo muy nervioso. Es una tarea muy
sencilla, cuando son muy pequeños, enseñarles que siempre que se suban
en un coche lo primero que deben hacer es sentarse y ponerse el
cinturón. Se puede hacer como un juego que hará sus desplazamientos más
seguros. Pero muchos padres pasan de sus hijos.
Estamos haciendo
una sociedad muy especial en la que la educación de nuestros hijos, que
antes era un tema prioritario, ha pasado a ser algo con poca
importancia. Pero hay que dedicarles el máximo de tiempo cada día,
porque son como un campo en el que se va sembrando y con el paso de los
años veremos el fruto de ese trabajo diario.
La Dirección General de Tráfico ha realizado hace un par de semanas una campaña de control de los vehículos escolares,
los que hacen las rutas de los colegios, para comprobar su seguridad.
Es una muy buena medida, por supuesto, pero tiene que ir seguida por
muchas más cosas para que de verdad nuestros hijos viajen seguros en los
vehículos. Y lo más importante sería conseguir que tuvieran la
educación vial necesaria.
La normativa actual permite que los
autobuses más viejos puedan no tener cinturones de seguridad para todos
los niños, pero en los más modernos sí son obligatorios. Pero esta
normativa no sirve de nada si los niños no los usan. Los que son más
mayores que viajan en el bus no se los ponen porque quieren hacerse los fuertes, los mayores, y pasan del cinturón. Pero solo demuestran que son más inconscientes e inmaduros.
Y los más pequeños solo quieren parecerse a los mayores
e imitan todo lo que hacen, incluyendo no ponerse el cinturón. Y el
resultado es muy malo, porque si se produce un accidente, o un frenazo
brusco, los niños se golpearán con el asiento de delante y se harán
daño, en el mejor de los casos.
Está demostrado que un cinturón de seguridad salva muchas vidas
humanas. Solo hay que ver videos en los que se puede comprobar los daños
que sufriría una persona que viaja en coche cuando se produce un
accidente, en función de que vaya con o sin el cinturón de seguridad
abrochado. La combinación de un cinturón bien puesto con un conjunto de airbags y una estructura del coche bien calculada nos puede salvar la vida en accidentes muy graves.
Pero
aún así, hay mucha gente que todavía no usa el cinturón de seguridad,
que es lo más fácil para reducir los daños en un accidente. Hay un dato
aterrador, un 20% de los muertos en accidente de tráfico no llevaba el
cinturón puesto. Sinceramente, no puedo entender que alguien que se sube
en el coche y sabe que ponerse el cinturón mejora su seguridad no lo
use.
Quizá es que hay personas que son masoquistas,
que les gusta el peligro, arriesgar su vida tontamente y sin ninguna
razón aparente. Pero lo que no tiene tanto sentido es no convencer a los
niños de que se lo pongan. Solo pensar en cómo sale despedido el cuerpo
de un niño cuando va sin cinturón entre los dos asientos y se produce
una frenada fuerte pone los pelos de punta. Si se produce un choque a 80
km/h, el niño romperá el cristal delantero con su cabeza y saldrá
volando fuera del coche.
Por favor, haga que sus niños siempre viajen con el cinturón de seguridad abrochado.
Los primeros días costará un poco de trabajo convencerles, pero luego
será una rutina que les puede salvar la vida algún día. Cuando esos
niños se hagan mayores y tengan sus hijos, desde el primer día les
convencerán para que usen el cinturón o lo que lleven los coches como
medida de seguridad en esa época.
EL CONFIDENCIAL, Lunes 1 de diciembre de 2014
Comentarios
Publicar un comentario