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¿Qué has aprendido hoy?

NATALIA MARQUEZ
¿Te has parado a pensar alguna vez en cómo has llegado hasta aquí? Seguro que si tratas de responder a esta pregunta, llegas a la conclusión de que todo se debe a un proceso de aprendizaje continuo. Nos pasamos la vida aprendiendo. Nadie nace sabiendo. Aprendemos a comer, andar, estudiar, hablar, defendernos... Estudiamos para formarnos y ser expertos en un oficio. Aprender es difícil y a veces puede resultarnos hasta incómodo y darnos pereza.
Somos capaces de pasarnos los primeros 20 o 30 años de nuestra vida aprendiendo sin parar, pero también somos capaces de, llegada esa edad, pensar que ya lo sabemos todo o simplemente conformarnos con lo que hemos aprendido hasta ahí. Según vamos creciendo vamos generando obligaciones, personales y profesionales, que hacen que poco a poco vayamos reduciendo el tiempo dedicado al aprendizaje. Y de repente, llega un día en el que tu esfuerzo por aprender algo se ha quedado reducido a casi nada. 
Tengo que aprender inglés, me vendría bien hacer un curso de Excel, me gustaría aprender a patinar, tengo ganas de hacer un curso de cocina... ¿Te suenan estas expresiones? Seguro que alguna de ellas la has dicho tú en algún momento y si no lo has hecho es porque seguro que estas ocupado aprendiendo algo, pero siempre habrá alguien a tu alrededor que no pare de decirlo.  
A veces relacionamos aprender con sentarnos delante de un libro, estudiar y memorizar conceptos, pero aprender va mucho más allá de eso. Aprender es estar abierto a nuevas ideas, nuevas experiencias; es analizar las cosas desde otro punto de vista, aceptar que lo que siempre se ha hecho de una manera puede que funcione mejor si lo hacemos de otra. Mantener viva nuestra inquietud por aprender algo nuevo es fundamental para seguir creciendo, para no estancarnos. Intenta hacer ese curso en el que llevas tiempo pensando, haz algo para desarrollar ese talento que sabes que tienes, o al menos haz el esfuerzo de hacer las cosas de diferente manera a la habitual.
Pon interés por tu parte, despierta en ti nuevas inquietudes, ten fuerza de voluntad y mucha disciplina. Esa es la receta para que todos los días puedas terminar diciendo eso de "nunca te acostarás sin saber una cosa más".
HUFFINGTON POST, 3/11/2016

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