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¿Deberían nuestros hijos hacer deberes en Navidad?

S.F.
Tras la llegada de diciembre, uno de los meses más especiales y mágicos del año, las calles ya están llenas de luces de colores y el espíritu navideño parece que se ha apoderado de todos nosotros. Con estas fiestas tan especiales, también tenemos a la vuelta de la esquina las vacaciones de Navidad de las que, sobre todo, van a disfrutar los más pequeños de la casa.
Parece que en el momento que las clases acaban y el colegio cierra sus puertas, la jornada de los niños no acaba ahí, ya que tras la misma, quedan tareas y deberes que deben hacer en casa. Ahora bien, ¿debería ser realmente así? ¿Los niños deben seguir haciendo deberes incluso en unas vacaciones tan cortas como estas? Emma Pérez, Directora del Colegio Europeo de Madrid, destaca que cuando llegan las vacaciones de los adultos, nos centramos en que descansar y disfrutar sea nuestro único objetivo, ¿por qué debe ser distinto esto en los niños? Estas fiestas, más que otras si cabe, son para disfrutar rodeados de amigos y familiares y los niños, tras el esfuerzo y trabajo del primer trimestre del curso, también merecen ese descanso y disfrutar al máximo de unos días de relax. Estos momentos de desconexión son tan necesarios para los adultos como para los niños.
Por motivos laborales de los padres, muchos niños pasan estos días en campamentos donde, de forma diaria, realizan actividades muy divertidas que ayudan a potenciar su aprendizaje y capacidades sin necesidad de estar haciendo deberes como tal. Lo mismo debe pasar con aquellos niños que pasarán estos días en casa. Está claro que cada niño es un mundo y debemos ser conscientes de su capacidad de adaptación a cada situación. Es decir, hay niños que, si desconectan por completo de sus tareas habituales o de la materia trabajada en clase, pueden encontrarse un poco perdidos a la hora de volver a su rutina tras las vacaciones. No obstante, para ello no es necesario que durante las mismas tengan que sentarse en una mesa con un libro delante para hacer sus deberes, ya que los propios padres podrán ayudarles a realizar otro tipo de acciones o actividades que seguirán reforzando los conocimientos aprendidos en el aula.
La Directora del CEM añade que junto a ellos podemos realizar distintas labores que forman parte de nuestro día a día y que les ayudará a ejercitar la mente. Por ejemplo, ir a hacer la compra y que hagan cálculos en cuanto a cantidades y costes ayudará a que sigan trabajando con números y operaciones matemáticas, también pueden ayudar en casa haciendo su cama, ayudando a cocinar o a poner la mesa, fomentando en ellos valores de cooperación y compañerismo. Además, podemos aprovechar estos días libres para ver con ellos películas en otros idiomas que ayuden a seguir fomentando su aprendizaje en los mismos, podemos leer con ellos libros antes de dormir que incrementarán su interés y capacidad lectora e, incluso, visitar museos que les ayuden a conocer más sobre la historia o la historia del arte. Además, otro aspecto muy importante es hacer que se acuesten y se despierten a una hora prudente para que la vuelta a la realidad no sea más costosa de lo que esperamos.
Finalmente, cabe destacar que estas vacaciones duran poco más de dos semanas, por lo que la desconexión absoluta es difícil si los adultos ponemos de nuestra parte para que, cada día, sigan aprendiendo y reforzando los trabajos de clase sin darse prácticamente cuenta. Emma Pérez señala que aprender de forma divertida es la forma más eficaz y, de este modo, no dejarán de hacerlo pero sentirán la libertad y el descanso que tanto merecen y estaban esperando.
ABC, Lunes 23 de diciembre de 2019

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