CAROLINA PINEDO
La
Navidad será este año diferente también para los niños. Las reuniones
familiares tendrán medidas preventivas y restricciones que van en contra de la
naturaleza habitual de los pequeños, como abrazar, cantar o hablar con el tono
elevado. La mejor forma de conseguir un entorno seguro con los niños en el
marco que nos impone la pandemia con los eventos familiares navideños es darle
la vuelta a estas medidas necesarias y convertirlas en una oportunidad para que
los pequeños jueguen y aprendan cosas nuevas.
Este
año se coló en la Navidad un polizón inesperado e indeseado, la covid-19 que nos
obligará a plantear las reuniones familiares de estas fechas de una manera
inusitada y diferente a lo habitual. En el marco de la pandemia “los contextos
más problemáticos en este sentido son las reuniones sociales con amigos, y los
encuentros de familiares en domicilios. Además, la idiosincrasia de nuestra
cultura y costumbres juegan en nuestra contra, ya que en casa, con cenas y
comidas prolongadas, los participantes se quitarán la mascarilla y, es posible,
que eleven el tono de voz. Con lo cual, el riesgo de emitir partículas aéreas a
través de la boca será alto y aumenta el riesgo de contagio. Por tal motivo,
estas navidades parece razonable limitar las reuniones. De hacerse, ha de
tenerse en cuenta que se debe restringir el número de participantes presenciales
en dichas reuniones al máximo posible. Hay que tener especial cautela con los
amigos y familiares mayores de 60 años. Preocupan más ellos que los niños,
cuyas infecciones son, en general, menos frecuentes y más leves”, explica Iván
Carabaño, pediatra y editor de la Revista de Pediatría de Atención Primaria
y profesor asociado de la Universidad
Complutense de Madrid.
Las
familiares durante la pandemia son un caldo de cultivo para que se produzcan
contagios. “Resultan poco seguras, independientemente de si hay niños o no.
Aunque, desde el punto de vista afectivo, la reunión de la familia es buena
para los pequeños, pero hay que tener en cuenta que, en estos eventos, se dan
las circunstancias más favorables para la infección y expansión del virus, como
personas sin mantener la distancia de seguridad; en espacios cerrados; no
ventilados, donde se mantienen suspendidas las partículas que contienen el
virus hasta varias horas y que se producen al hablar, pero sobre todo al cantar
y gritar. Estas son situaciones típicas de las reuniones familiares navideñas”,
comenta Jesús Ruiz, jefe de servicio e infectólogo pediátrico del Hospital 12
de Octubre de Madrid.
Conviene
informar a los niños de la situación excepcional a la hora de reunirse este año
en Navidad, pero dándoles alternativas para que puedan gestionar la situación
desde el juego y la creatividad. Las pautas que los niños deben conocer a la
hora de reunirse esta Navidad en familia para participar en la prevención de
contagios pasan por cuestiones como las que plantean el infectólogo Jesús Ruiz,
el pediatra Iván Carabaño y Joan Carles March Cerdà, profesor de la Escuela
Andaluza de Salud Pública, entre ellas:
- Explicar a
los niños las razones por las que este año la Navidad es distinta y hay
que plantear las cosas de una manera similar a cómo se hace en el colegio,
como lavarse las manos al llegar al punto de encuentro.
- El uso de
mascarilla se puede plantear de una manera lúdica con juegos de
manualidades para fabricarla con motivos navideños y así los niños estarán
entretenidos mientras se prepara la comida o la cena.
- Hablar en
tono bajo; no gritar ni cantar. Para los niños puede resultar complicado
frenar su expresividad, pero les podemos ayudar con el planteamiento de un
juego antes de llegar al punto de encuentro, como el pequeño reto de
mantener un tono de voz bajo o el juego del silencio. De
forma que, quien mejor lo haga, tendrá una recompensa al final de la
reunión familiar.
- Ventilar
bien las estancias. Abrir las ventanas y crear corrientes de aire. Si los
niños están en una estancia aparte de los adultos, explicarles que es
importante ventilar la habitación cada cierto tiempo.
- Enseñarles
a los niños a mantener la distancia social, sobre todo con los abuelos,
con pautas como los abrazos a la cintura o el choque de codos y mantener
una distancia con ellos de cuatro metros.
- Procurar
que los niños tengan su propio espacio en la mesa. Para conseguirlo, se
pueden extender al máximo las mesas donde se va a hacer la comida de
celebración para que la distancia entre comensales sea la mayor posible.
En caso de disponer solo de una mesa pequeña, se pueden organizar dos
turnos; uno infantil y otro de adultos. Es preferible reunirse al aire
libre. Como en el caso de que se tenga terraza y se pueda colocar una
estufa. En caso contrario, ventilar mucho el espacio de la reunión.
- No
compartir cubiertos, vasos o platos. Colocar pegatinas en los utensilios
de los niños para que distingan los suyos. Conviene que la mesa la ponga
solo una persona y no pasar de mano en mano el pan, la sal o cualquier
otro alimento.
- Limitar al
máximo el tiempo de la reunión familiar. Cuanto menos tiempo de
exposición, menor riesgo de contagio.
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EL PAÍS, 11 de diciembre de 2020
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