EL PAÍS / MADRID
Ramón Ruiz (Suesa, Cantabria, 1952) asegura que se ha encontrado con una
polémica que no esperaba. El consejero de Educación de Cantabria (PSOE)
ha aprobado con los sindicatos docentes un nuevo calendario escolar,
que incluye una semana de vacaciones cada dos meses de clase desde
infantil a bachillerato y FP. La federación de familias de la escuela
pública recela de su propuesta y otras comunidades autónomas, como
Madrid, la tildan de ocurrencia.
Ruiz admite que debieron informar mejor a los padres (que se
enteraron por la prensa de su plan) pero defiende que su modelo es “más
racional” y beneficia a los niños. “El debate de la conciliación tiene
que ir más allá del colegio”, reclama Ruiz, docente de formación. Antes
de ser consejero, fue maestro rural, jefe de estudios, inspector
educativo y director del centro de profesores de Santander.
Pregunta. ¿Por qué han cambiado el calendario escolar?
Respuesta. No ha surgido de forma espontánea. Es un
debate que iniciamos cuando estuvimos gestionando la educación en
Cantabria [fue director general de políticas educativas entre 2003 y
2011], con jornadas de reflexión sobre los tiempos escolares. Teníamos
claro que el calendario escolar irregularmente repartido. Todo el mundo
coincide en que tres meses de vacaciones es mucho, que había que empezar
antes y acabar después. Si le añadimos la tradición de deberes que hay
en España, el sistema está muy recargado para los alumnos, llegan al
final del trimestre muy cargados y desmotivados.
P. ¿Por qué considera que su modelo es mejor?
R. Porque racionaliza los tiempos lectivos con
periodos más equilibrados para el alumnado. Al funcionar por bimestres,
aumentamos el número de evaluaciones hasta cuatro. El alumno es más
evaluado y el equipo de profesores podrá reflexionar ya antes de la
Navidad sobre elementos correctores si va mal.
P. ¿Cómo quedan ahora las vacaciones de verano?
R. Pasamos de tres trimestres a seis bimestres.
Quiero recalcar que no es una ocurrencia, el horario de los colegios
españoles es irracional y supone una excepción en Europa, donde la
mayoría de los países hacen una parada en noviembre, como nosotros.
Nuestra propuesta es plenamente pedagógica. Los alumnos tendrán 15 días
menos de vacaciones en verano. Pero la filosofía no es solo esa,
seguiremos avanzando. Queremos que el curso acabe en julio y eliminar
los exámenes de septiembre.
P. Pero los padres de esos alumnos no tendrán vacaciones al mismo tiempo. ¿Cómo van a poder conciliar y cuidar de sus hijos?
R. Fuimos los primeros en implantar aulas gratuitas
de dos años, donde ya hay más de 3.000 alumnos. Con el calendario actual
ya hemos abierto los centros en Navidad y Semana Santa, ofreciendo
actividades lúdicas y comedor escolar gratis para los estudiantes
becados.
P. ¿No tendrán clase pero sí irán al colegio?
R. Pueden ir de forma voluntaria. No se abrirán todos los centros pero sí los suficientes para atender la demanda.
P. ¿Ningún niño se quedará sin plaza?
R. Hasta ahora ha sido así y no hay tanta variación.
Lo que hemos hecho ha sido agrupar los puentes sueltos en la semana de
vacaciones de noviembre. El resto coincide con lo tradicional de este
país: Navidad, carnavales y Semana Santa. Cada bimestre, hará un periodo
lectivo de unos 30 o 32 días, serán homogéneos. Y habrá 175 días
lectivos como ahora. En función de la edad, en esas semanas harán
actividades deportivas, artísticas, modelado o dibujo.
P. Las familias se quejan, entre otros motivos, porque no les han consultado.
R. No dio tiempo porque el calendario se filtró.
Pero ya hicimos jornadas sobre los tiempos escolares con expertos de
todo el país y las repetiremos en diciembre. Es el sistema educativo el
que está tirando de la modernización también en este caso. El problema
social que tiene este país con la conciliación tiene que ir más allá del
colegio. El debate debe abordarse en el conjunto del país, con los
empresarios. No se puede cargar todo al sistema educativo. Quizá no lo
hayamos explicado bien. Vamos a reunirnos con ellos. Cuando hay
innovación, hay resistencias al cambio. Explicaremos bien las ventajas
para el alumno.
P. A los docentes sí les ha gustado.
R. Hay que recordar que los profesores no trabajan
solo en el tiempo lectivo. Hacen cursos de verano, organizan grupos de
reflexión. No se puede decir que se ha hecho solo por la comodidad del
profesorado.
“Lo han aprobado en 10 días y sin explicarlo a las familias”
En Cantabria hay 93.438 alumnos y 318 centros afectados por el nuevo
calendario escolar. La FAPA de Cantabria representa a las familias de
165 centros públicos de la región, según sus propias estimaciones. Y sus
integrantes, como el resto de familias, se enteraron de la medida por
la prensa. La presidenta de la federación, Leticia Cardenal, asegura que
esa cuestión es la que más les ha molestado. “Nos sentimos un poco
ninguneados, nos llaman para hablar de algo que ya han decidido. No nos
gusta que un cambio de este tipo a espaldas de las familias”. LA
consejería sostiene que el debate es antiguo, que ya convocaron jornadas
de reflexión sobre horarios escolares e antes. “Si llevan desde 2008,
como dicen, ¿por qué sale ahora? Lo han aprobado en 10 días y sin
explicarlo a las familias. No entendemos muy bien la premura”, añade la
representante de las familias de la enseñanza pública.
La consejería de Educación cántabra ha convocado una reunión con la
FAPA para hoy en la que, según Leticia, esperan que atiendan parte de
los cambios que han planteado, aunque el calendario se aprobó el 7 de
junio con el respaldo unánime de cuatro sindicatos docentes (STEC, CC
OO, ANPE y UGT). El viernes , han convocado una asamblea en la que está
confirmada la asistencia del consejero para atender las preguntas de
todos los padres interesados. La reunión es en la sede de la FAPA,
aunque la propuesta afecta también a los centros concertados y privados.
“No tenemos una opinión formada sobre si es un calendario bueno o
malo para los alumnos, porque no nos han explicado las bondades y
ventajas pedagógicas que supuestamente tiene”, asegura la representante
de las familias de la pública. “Una de las cuestiones que nos preocupan
es que los alumnos lleguen a casa esas semanas con muchos deberes. Me
cuesta creer que en los cursos finales de primaria y en secundaria, los
alumnos puedan pasar una semana entera sin hacer deberes”. La propuesta
del Gobierno de Cantabria, según el consejero de Educación Ramón Ruiz,
no incluye más deberes. El Parlamento de Cantabria ha debatido una
propuesta recientemente para diseñar unas orientaciones que reduzcan la
dedicación a las tareas escolares y “más creatividad”, en palabras de
Ruiz. La FAPA también recela de que, al no tener clase, se generalicen
las actividades extraescolares externas o en academias, que no todo el
mundo puede pagar.
EL PAÍS, Jueves 9 de junio de 2016
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