
¿De verdad nos lavamos bien los dientes?
La respuesta es un rotundo «NO». Así lo considera, al menos, Caridad
Arias, profesora de Odontología Preventiva y Salud Pública de la
Universidad CEU San Pablo. «No solo por lo que percibimos en las
consultas, sino porque el 90% de la población mundial no se hace un
lavado correcto».
El desconocimiento en la forma de hacerlo bien y la falta de motivación, por no ser conscientes de las consecuencias negativas de
descuidar los dientes, son las principales causas de un mal cepillado.
Por eso, las consultas están llenas de problemas que se podrían haber
evitado en la mayoría de los casos, fundamentalmente caries y la
enfermedad periodental, de las encías.
Cómo hay que hacerlo y de qué manera según la edad
El ideal es que el lavado se produzca
después de cada comida, al menos cuatro veces al día. El cepillo
siempre debe moverse desde la encía al diente y el proceso completo debe
durar entre dos y tres minutos.
Muchos dentistas recomiendan a los padres de niños menores de un año comenzar limpiando la encía de sus hijos frotándola con una gasita. A partir de esta edad, cuando ya empiezan a tener sus dientes de leche y control de sus movimientos, ya se les puede dar un cepillo para
que empiecen, jugando, pero dándose cuenta que es un hábito saludable y
que tendrán que repetirlo varias veces al día. Posteriormente, se les
dará la crema dental fluorada, que en niños es imprescindible, y hará
que el esmalte dental sea más resistente. Al principio, por falta de
aprendizaje, tenderán a tragarse la pasta, pero poCo a poco sabrán
expulsarla en cada enjuague.
Los niños pequeños irán viendo cómo cada vez tienen más dientes y la separación entre ellos es notable notable. «A partir de los 6 años empieza
a salir la dentición permanente y los dientes tienden a estar más
juntos —apunta la profesora del CEU—. Es entonces cuando el cepillo deja
de llegar bien a todos los rincones, por lo que es una buena edad para
comenzar a utilizar, después de cada cepillado, la seda dental, que no
debe ya abandonarse para eliminar correctamente la placa bacteriana».
La mayoría de las personas se
cepillan dos veces al día, «y si lo hicieran de manera adecuada, en
principio, podría resultar suficiente. Pero la frecuencia no es tan importante como el cuándo —explica
Caridad Arias—. Antes de acostarse es imprescindible porque mientras
dormimos hay poca secreción de saliva por lo que se crea un ambiente
favorable para la formación de caries. Peor aún son peores las
consecuencias de no lavarse los dientes por la noche en los niños, ya
que generalmente por la tarde toman chocolates, alimentos azucarados y
caramelos. Los padres deben ayudar a sus hijos a concienciarse de la
importancia de un buen cepillado, lo primero por salud, y más
actualmente que hay una moda por cuidar la estética de nuestras
sonrisas».
Precisamente estos días se está celebrando la Semana de la Salud Bucodental–Semana de la Higiene Oral,
que organiza el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos (COEM) de la I
Región a través de su Fundación (FCOEM), en colaboración con todas las
universidades de Madrid que imparten estudios de Odontología. «Esta
campaña pretende concienciar a los futuros profesionales de la Odontología del papel esencial que tienen de cara a la sociedad como trasmisores de la importancia de la prevención como
parte fundamental en una correcta salud de los pacientes, así como la
necesidad de mantener unos adecuados hábitos de higiene para el éxito de
cualquier tratamiento", señala Marisol Ucha, vicepresidenta del COEM. "
Por ello, desde las facultades de Odontología se hará partícipe a los
estudiantes de otras facultades del campus, así como a todo el personal
de la comunidad educativa, trasladándoles este mensaje e
invitándoles a participar en charlas, talleres y otras actividades que
se organicen. La prevención, además de una medida de salud importante,
es una manera de evitar en un futuro tratamientos más complejos y, por lo tanto, más costosos», añade.
ABC, 14/04/2013
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