Ir al contenido principal

Mi hijo no quiere recoger los juguetes

Esta es una de las quejas habituales que los padres y madres de niños pequeños suelen presentar. A continuación les facilitaré algunas pautas que les pueden ayudar.
1º. Deben considerar que es una norma que le pueden (y deben) exigir a todos los niños a partir de los tres años. Aunque a ustedes les resulte más cómodo recogerlos, lo más adecuado es enseñarles que deben hacerlos ellos mismos. Al principio costará un poco (o mucho) pero si son constantes, lo conseguirán
2º. La norma de recoger los juguetes se la deben presentar como algo razonable y justo: “tu has sacado los juguetes y has jugado con ellos, parece que lo más justo es que lo recojas tú.  Más que como una pesada obligación, deben intentar presentárselo como algo razonable y casi un privilegio.
3º. Recoger los juguetes debe ser algo cómodo para el niño. Para ello deben disponer de un espacio suficiente: una caja grande, un baúl… Quiero decir que conseguir que los juguetes quepan en su espacio no puede ser una tarea extremadamente complicada.
4º. Cuando decidan trabajar esta pauta deben tener claro que el objetivo es conseguir, desde la primera vez, que el niño recoja los juguetes. De ninguna manera deben terminar haciéndolo ustedes mismos. Si llora, se niega o hacen una rabieta, no puede terminar librándose de esa obligación. Si el niño lo consigue, ya sabrá qué hacer la próxima vez que no le apetezca hacerlo. Por tanto, pase lo que pase… tendrán que ganar ustedes esa primera “batalla” y el niño recogerá sus juguetes.
5º. Llegado el momento, le avisarán de que es la hora y que debe recoger los juguetes. Hagánlo con seguridad y cierta contundencia, hasta con cierto entusiásmo.  Si les ven titubear  o inseguros intentará escabullirse. No le den la orden preguntando: “Carino, ¿quieres recoger los juguetes?” Se arriesgan a un NO por respuesta. Si comienza a hacerlo, elogiénlo y feliciténlo por lo bien que lo hace. Si por el contrario se niega, no se enfaden, esperen unos minutos y expresen su sorpresa y sin gritar digan algo similar a esto: “¡Anda, si todavía no has recogido, venga empieza a recoger los juguetes”. Si hace algún intento, lo felicitarán y animarán a continuar.
6º. Si sigue negándose, no le podemos dar alternativa. Debe recoger los juguetes y no pasar a otra actividad hasta que no lo haga, esto es muy importante. Lo más adecuado es que no le prestemos especial atención mientras se niegue: simplemente no le dejamos  hacer otra cosa. Si comienza a recoger, entonces sí acudiremos y le animaremos. Sin enfadarnos, deben ver que no le vamos a dar otra alternativa.
7º. Finalmente cuando los juguetes estén recogidos, lo felicitaremos y daremos muestras de satisfacción por el buen trabajo realizado.
Las primeras veces serán las más complicadas. No se extrañen. Sobre todo si está acostumbrado a no hacerlo. Pero si son constantes, en poco tiempo el niño comprenderá que no tiene alternativa y lo realizará sin crear más problema.
Así que les animo a ponerlo en práctica: seguro que lo logran. 
www.jesusjarque.com

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr...

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer....

El tabú de estar desnudo en casa delante de los hijos

NATALIA LÓPEZ PEVIDA El encuadre no recogía más que algunos juguetes y dos caras, las de un padre y su  hijo  disfrutando de un buen baño, pero las críticas no se hicieron esperar cuando el bloguero y activista LGTBI Perez Hilton subió la fotografía a Instagram (imagen del artículo). El  selfie  solo podía ser el fruto de un " pervertido " o un " degenerado ", según algunas de las reacciones de quienes expresaron su horror ante la posibilidad de que el niño pudiese ver el cuerpo desnudo de su padre. Días después, Hilton zanjaba el tema declarando que se había duchado con el bañador puesto. ¿Por qué tuvo que justificarse? La desnudez paterna da lecciones que no todos entienden Mostrarse desnudo ante los hijos es un asunto delicado que cada familia gestiona a su manera, pero el choque entre las distintas perspectivas revela un oscuro tabú.  Hay un punto de vista que enfoca la exhibición del cuerpo humano como algo indigno , probablemente una herencia d...