ABC FAMILIA / MADRID
La Fundación Alain Afflelou ha
puesto en marcha una campaña de sensibilización para concienciar a la
sociedad de la importancia de proteger a la población infantil frente a
los rayos solares. En concreto, esta entidad quiere destacar la
importancia de la protección de los niños en países como España en los
que se produce una alta exposición al sol, especialmente cuando
recientes estudios han venido evaluando el riesgo atribuible a la
exposición solar acumulada durante la infancia como factor etiológico en
la aparición de enfermedades en la edad adulta.
Para ayudar a los padres en la protección de los ojos de
sus hijos, la Fundación echa por tierra seis falsos mitos que sobre los
efectos del sol en la vista durante el verano. A continuación se
reproducen los consejos de esta entidad:
1. Los niños están exentos de los peligros del sol si están debajo de la sombrilla en la playa o en la piscina.
Es falso. La tela de la sombrilla no es un filtro UV. Bajo
la sombrilla se mantiene un 35% de la radiación solar. Por tanto, se
puede generar el efecto contrario al deseado haciendo que la exposición
sea más prolongada y se acumule más radiación UV, tanto en la piel como
en los ojos.
Además, hay que tener en cuenta que la luz que nos llega
reflejada de otras superficies, como la arena y el agua del mar, hará
que la radiación solar sea más intensa, aumentando así su potencial
dañino.
2. Es suficiente proteger a mi hijo con una gorra.
Es falso. El uso de sombrero o gorra con visera puede
reducir la exposición de los ojos a los rayos UV hasta en un factor de
cuatro. Pero para protegerles mejor de los rayos directos y periféricos
es obligatorio el uso de gafas de sol envolventes.
Los niños necesitan incluso mayor protección UV que los
adultos. El riesgo de daño a los ojos y la piel de la radiación UV solar
es acumulativo a lo largo de la vida, es decir, el peligro sigue
creciendo a medida que vamos acumulando horas de exposición al sol
durante toda nuestra vida. Por esta razón, es especialmente importante
para los niños proteger sus ojos del sol. Además, suelen pasar mucho más
tiempo al aire libre que los adultos.
Cuando vaya a la playa o a la piscina no se olvide del kit completo: la sombrilla, el sombrero y las gafas de sol.
3. No es necesario utilizar gafas de sol si el día está nublado.
Es falso. La radiación solar siempre está presente, desde
que amanece hasta que anochece. Es más, incluso en los días nublados,
con nubes altas, el índice de UV sólo se atenúa ligeramente a 0,9 en
lugar del 1,0 existente cuando no hay nubes o éstas son mínimas. Sólo la
lluvia, la niebla y las nubes bajas reducen significativamente la
exposición a la radiación UV.
4. La exposición al sol en las horas centrales del día son las más peligrosas para la vista.
Es falso. El motivo es que a esas horas el sol se encuentra
en su punto más alto y, aunque sí te quemes la piel, los ojos están más
protegidos por la sombra de los párpados.
Al contrario que ocurre con la piel, los principales
efectos de la radiación solar sobre la vista se producen al amanecer y
al atardecer, el momento en el que el sol está más bajo y sus rayos
inciden de manera directa sobre los ojos.
5. A diferencia de la piel, mis ojos no tienen memoria.
Es falso. Además de efectos a corto plazo en los ojos, como
la queraconjuntivitis, el daño ocular provocado por los rayos
ultravioleta es acumulativo y permanente. Aunque no notemos el daño, la
radiación produce patologías crónicas como la pinguécula, el pterigium,
las cataratas o la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE).
6. Las gafas de sol que compras en la calle protegen igual que las de la óptica.
Es falso. Todas las gafas de sol deben estar homologadas,
de no ser así suponen un grave peligro para la salud visual. Siempre
debes comprar las gafas en un establecimiento especializado con la
supervisión y recomendación de un experto.
ABC, Miércoles 25 de junio de 2014
Imagen: Diego junio 2014
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