ABC FAMILIA / MADRID
No sólo la piel hay que proteger del sol. También los ojos
están expuestos al gran astro, algo que muchas veces no se tiene en
cuenta, sobre todo cuando se trata de niños. De hecho, sólo el 2% de los menores utiliza gafas para protegerse, como advierte la Fundación Alain Afflelou.
Esta entidad recomienda a los padres que tomen medidas para prevenir
los riesgos que los rayos UV pueden causar sobre la vista de sus hijos.
Actualmente, nos encontramos ante el periodo de la historia
de mayor exposición a los rayos UV. Por un lado, España es uno de los
países con más días de sol (una media de 300 días soleados al año), lo que invita a salir a la calle y a adquirir hábitos de vida y rutinas al aire libre. Y además la capa de ozono,
nuestro principal escudo protector frente a los rayos ultravioleta,
está cada vez más dañada y deja filtrar la radiación solar. Motivos
suficientes para poner especial cuidado en proteger los ojos de los más
pequeños.
Evitar el amanecer
El sol no afecta de la misma manera a la piel y a la vista, como explica Elvira Jiménez,
óptico-optometrista de Alain Afflelou y Máster en Investigación
Clínica. Mientras que la exposición al sol en las horas centrales del
día (entre las 12 y las 16 horas) es extremadamente peligrosa para la
piel, los principales efectos dañinos de la radiación solar sobre
la vista se producen al amanecer y al atardecer, el momento en el que
el sol está más bajo y sus rayos inciden de manera directa en los ojos.
Jiménez subraya también que solemos identificar los
peligros del sol con la intensidad de la radiación, «cuando en realidad
el sol es igual de dañino para la vista aunque el día esté nublado.
Cuando el cielo está cubierto, las nubes absorben el calor y parte de
la luz, pero la radiación UV penetra igual. Aunque los efectos no nos
molesten directamente a los ojos y no nos demos cuenta, incluso en días
nublados la radiación solar puede generar problemas visuales a largo
plazo».
Los daños sobre los ojos
El daño ocular producido por los rayos ultravioleta es
acumulativo y permanente. Produce daños de efecto inmediato como la
queratoconjuntivitis y las quemaduras corneales y de retina, y daños a
largo plazo, como la pinguécula, el pterigium, las cataratas, la
Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) o el nevus.
Por eso, la Fundación ALAIN AFFLELOU alerta de la necesidad de proteger a los niños del sol desde pequeños para
evitar daños sobre la vista. Aún más cuando se sabe que antes de los 16
años los ojos reciben el 80% de la radiación solar que puede dañar la
visión.
Elvira Jiménez recomienda utilizar gafas de sol lo más envolventes posible
para evitar el paso de los rayos por zonas laterales; elegir lentes de
policarbonato, que son más resistentes a la rotura y, sobre todo,
filtran más los rayos UV que una lente orgánica normal. Además, aconseja
lentes de categría 3 (C3) para que absorban una cantidad de luz
suficiente para conseguir una mayor protección.
ABC, Lunes 23 de junio de 2014
Muy buena información.
ResponderEliminarSiempre es bueno mantener informado a los demás, sobretodo cuando se trata de cuidados importantes.
saludos