
¿Es bueno que duerma en nuestra cama?
En torno al
colecho se han realizado un montón de estudios con rigor científico y en todos hay datos a favor y en contra. Cuando es una decisión libre de los
padres, tiene pocas consecuencias en el apego y la seguridad del niño. Pero
si es una respuesta de unos padres que no pueden más ante los
insistentes despertares y requerimientos del niño, entonces sí puede
tener consecuencias negativas en el desarrollo del pequeño. En cualquier caso, si se duerme con un
niño en la cama, hay que adoptar algunas medidas de seguridad:
- Los padres nunca deben tomar bebidas o fármacos que favorezcan un sueño profundo.
- Tampoco deben dormir con el pequeño si uno de los dos padece sonambulismo, epilepsia o trastornos similares.
- La cama debe ser amplia para poder albergar a tres personas (mejor de 1,50) y hay que evitar tapar al niño en exceso.
- Es mejor que el bebé duerma al lado de mamá o papá, pero no en medio, ya que los colchones con el tiempo suelen curvarse en el centro.
- Para prevenir caídas, es bueno colocar una barrera en el lado donde duerme el niño. Cuando empiece a gatear, habrá que cubrir el otro lado y proteger el suelo con cojines.
¿Se le pueden dar sedantes?
Los pediatras prefieren inculcar buenos hábitos de sueño en lugar de optar por los fármacos. Los
somníferos
relajan y ayudan a dormir, pero existe el riesgo de que el cuerpo se
acostumbre y la dosis tenga que ser cada vez más alta. Además, como
tienen efectos secundarios solo están indicados en casos muy concretos y
a corto plazo. El uso de un medicamento para dormir lo debe decidir el
pediatra o el médico experto en sueño. Además, la mayoría de los trastornos del sueño se deben a un problema de hábitos y no a un problema orgánico.
Los medicamentos solo resuelven el trastorno de modo temporal. Al
eliminarlos el problema de origen persiste, y vuelven las dificultades
para dormir.
¿Cuándo cambiarle de habitación?
Lo ideal es que duerma en
su propio cuarto antes de los 8 meses,ya que es en ese momento cuando suele aparecer la angustia de la separación de la madre. Pero
el traslado no debe coincidir con otras novedades, como la
reincorporación de la madre al trabajo, el destete o una enfermedad. Es
bueno dejar abierta la puerta de su cuarto, por si llora. Y tener algo
de paciencia, ya que todo cambio requiere un tiempo de adaptación.
¿Puede dormir con un peluche?
Cuando el bebé se despierta en mitad de la noche (todos los bebés lo
hacen), necesita comprobar que las cosas siguen igual para volver a
dormirse. Por eso, al iniciar el sueño es aconsejable rodearle de
elementos que le tranquilicen y le trasmitan seguridad y que, a
diferencia de papá y mamá, puedan permanecer toda la noche a su a lado
de forma autónoma. Un
muñeco de peluche,
suave y blandito (que no tenga elementos que el bebé pueda morder o
tragar) es una excelente opción y no solo para dormir, pues su compañía,
que representa lo conocido, le consuela y le ayuda a superar los
momentos difíciles, como el abandono del chupete o la separación de mamá
para ir a la
guardería.
¿Qué colchón elegir?
Es mejor que sea duro, de manera que el bebé no se hunda ni el
colchón se deforme con el peso del bebé. El
tamaño debe ajustarse al tamaño de la cuna, evitando espacios muertos
que permitan que un bracito o una pierna del bebé queden atrapados. La
altura del colchón hasta el borde de la cuna ha de ser de unos 40 cm.
Debe llevar una funda que pueda quitarse y lavarse. Es mejor evitar los
colchones plegables que dificultan el descanso y el relleno,
hipoalergénico. La
almohada se desaconseja durante el primer año de vida.
¿No quiere dormir boca arriba, le dejamos?
Una vez que el lactante puede girarse por sí mismo y es mayor de 6 meses, no es necesario insistir en que duerma boca arriba. Una de las teorías del Síndrome de
Muerte Súbita del Lactante
(SMSL) dice que está provocada por la autosofocación de un bebé que,
durmiendo bocabajo, no es capaz de levantar la cabeza o cambiar la
postura. Cuando el bebé ya sabe girarse solo, este riesgo ya no existe.
Además, al dejar que duerma en la postura que le resulte más cómoda, probablemente se despierte menos.
Por Natalia Diz
Asesor: Dr Gonzalo Pin, pediatra director médico de la Unidad de Sueño Infantil de la clínica Quirón, de Valencia.
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