ABC MADRID
A pesar del entusiasmo inicial generado por el
descubrimiento de la plasticidad del cerebro más allá de edades
tempranas y la posibilidad de entrenar la mente para conseguir un
«rejuvenecimiento» cerebral, actualmente muchos investigadores
cuestionan la eficacia del entrenamiento cognitivo basado en aplicaciones informáticas y tecnológicas. La idea de que el entrenamiento mental,
en el futuro inmediato, acabará formando parte de nuestra agenda
cotidiana, del mismo modo que hoy en día lo hace el fitness (ejercicio
físico), se ha extendido en los últimos años tanto entre científicos
como entre la sociedad. La proliferación de utensilios, juguetes y
programas informáticos que prometen combatir los efectos del
envejecimiento cerebral es amplia y todos conocemos ejemplos de ello.
Sin embargo, cada vez más investigadores cuestionan la
metodología de la experimentación científica que supuestamente avala
toda la oferta de «gimnasia mental»
que se encuentra en el mercado. A pesar de todo lo publicado en el
pasado, especialmente por parte de las empresas que comercializan
programas de entrenamiento mental, no parece haber una correlación entre
los ejercicios propuestos por dichos programas y la mejora de las
capacidades intelectuales. «La mayor parte de las tareas incluidas en
los diversos paquetes de software de entrenamiento cerebral están
empobrecidas y tienen escasa relación con las actividades en el mundo real», afirman dos investigadores de la Universidad de Princeton en un artículo publicado recientemente
Según estos científicos, para que exista realmente una
transferencia entre el entrenamiento cognitivo y los mecanismos
cerebrales relacionados con la inteligencia y con la capacidad
intelectual en general, dicho entrenamiento debería incluir tres
componentes fundamentales: complejidad, innovación y diversidad. De los
tres, los programas que se comercializan bajo las etiquetas de «gimnasia
mental» y similares solamente cumplen con la primera condición
(complejidad), mientras que ignoran las otras dos (innovación y
diversidad).
Reto corporal e intelectual
Existen diferentes modos de incorporar la complejidad, la
innovación y la diversidad al diseño de actividades. Sin embargo, una
característica común a todas ellas es que deben combinar de una forma
adecuada por un lado actividades complejas relacionadas con el
movimiento y por el otro actividades cognitivas. Dos ejemplos de
actividades que cumplen con estos requisitos son tocar un instrumento
musical y la práctica deportiva. Basándose en las evidencias
proporcionadas por ambos tipos de actividades, hay que pensar que
cualquier programa informático de entrenamiento cognitivo debería
incorporar retos tanto en el plano cognitivo como en el plano de la
ejecución de movimientos.
No toda la oferta comercial de actividades intelectuales
basadas en sistemas informáticos o en equipamientos de última tecnología
satisface los requisitos de complejidad, innovación y diversidad. Para
que haya mejora intelectual, parecen decirnos los científicos, debe
haber también actividad motora. Un ejemplo de un programa que incorpora
dispositivos de control del movimiento y que por tanto combina el reto
corporal con el reto intelectual puede ser el nuevo sistema Kinect de Microsoft. Otro puede ser la
práctica del cálculo mental basado en la manipulación de un ábaco, con
lo que se cumplirían así los requisitos de reto cognitivo y esfuerzo
motor. Solo de esta forma es posible mejorar la cognición, asegura Lluis Segura, responsable de UCMAS, una empresa especializada en enseñar este método ancestral.
ABC, Miércoles 23 de julio de 2014
Considerar las herramientas como el fin, es el mayor error en la educación. Sea Tablet o sea ábaco (ojo, hay que saber usar estos últimos), todo depende del manejo que se le dé
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