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«El niño dibuja como fórmula para encontrarse a sí mismo»

MÓNICA SETIÉN
Cuando empiezas a hablar con Antonio Manchón no puedes evitar contagiarte de su entusiasmo. A un cuerpo enjuto y una sonrisa casi permanente, se une una mirada inteligente que no pierde ni un detalle. Esto le ha ayudado mucho en su trabajo. Este profesor de Bellas Artes ha dedicado su vida a los niños, concretamente a sus dibujos. Ha elaborado una teoría por la cual los pequeños expresan su sentir desde el primer garabato.

-¿Es necesario el dibujo para el desarrollo de la mente de un niño?
-No sólo es necesario, es determinante. No es un pasatiempo. El niño dibuja como fórmula para encontrarse a sí mismo. A través de su pintura los pequeños pueden investigar y encontrarse con su yo interior. Con un lápiz y un papel pueden expresar sentimientos, ya que el grafismo es el yo y el papel representa su relación con el medio.
-¿Qué persigue el niño con el dibujo?
-Según la edad es diferente. Los primeros garabateos le permiten exteriorizarse y mostrarse a sí mismo. Las manos se convierten en la extensión de su cerebro. Con los garabatos refleja su “yo” interior. En la etapa de los 3-4 años el garabato pasa a convertirse en el renacuajo, una figura hecha de círculos que representa por primera vez su “yo” físico. Poco a poco los dibujos de los pequeños irán evolucionando hacia la representación esquemática y el realismo
-¿Se puede ver la evolución de un niño a través de sus dibujos?
-Los niños lo cuentan todo a través de su dibujos. Cuando un pequeño tiene un problema tiende a representarlo en su obra.
-¿Es el dibujo parte del juego, un pasatiempo más?
-Aunque el dibujo y el juego desempeñan un papel fundamental en el desarrollo personal y cognitivo del niño, son actividades distintas: con el juego el niño persigue la conquista del medio exterior que le rodea y su adaptación a él. Con el dibujo, sin embargo, tanto el espacio como los objetos han de ser inventados y creados por el propio niño tras un proceso de investigación y experimentación.
-¿Se pueden detectar problemas de los niños en sus dibujos? ¿Tiene el dibujo un poder terapéutico?
-El simple hecho de pintar, el dibujo automotivado es ya una terapia para el niño. Los maestros deberían saber esto y dejarles vía libre.
-¿Deben los educadores dirigir los procesos creativos del niño?
-La autoexpresión es espontánea en el niño y no puede ser enseñada. Los padres y educadores deberían conocer los procesos evolutivos de los pequeños acompañando al niño en su desarrollo para facilitarle que a través de su expresión, el niño adquiera su experiencia y su valor educativo. A los pequeños hay que dejarles que dibujen libremente, no hay que ponerles un modelo, ni enseñarles lo que en realidad pueden aprender solos... Cualquier intromisión puede entorpecer el desarrollo de los menores.
-Entonces su relación con el mundo es detectable a través de sus obras...
-Claro. De hecho, pintar es una de las maneras que los niños tienen de relacionarse con su entorno y de expresar sus sentimientos.
-¿Hay que intentar descifrar los dibujos o dejar que el niño explique lo que ha intentado expresar?
-Hay que descifrar según la edad, conocer los procesos, pero nunca interpretar delante de él, pues se puede meter la pata estrepitosamente.
-¿Por qué un niño deja de pintar?
Aquí hay dos supuestos. Si es pequeño y no quiere pintar, puede ser que se sienta muy presionado para hacer las cosas bien, o que esté intentando ocultar un problema mayor. En cambio, cuando llegan a la preadolescencia y les deja de interesar el dibujo, pude deberse a que se dan cuenta de que nos son genios en el campo del arte y esta actividad deje de interesarles.
ABC, 17/10/2016
Imagen: Un achuchón a papá (Diego 4 años)

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