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Cómo actuar si tu hijo tiene un tic nervioso

Escrito por Dra. María Teresa Romero Rubio, Pediatra
Los tics nerviosos son frecuentes en la infancia, sobre todo entre los niños más tímidos. Pese a que su presencia puede preocupar a los padres, en la mayoría de casos desaparece sin precisar tratamiento.
La mayoría de tics nerviosos remiten de forma espontánea antes de llegar a la adolescencia sin llegar a requerir ningún tratamiento. Por ello, la recomendación general sobre cómo actuar ante la aparición de un tic nervioso en tu hijo es “no hacerle caso”, ya que insistir al niño en que deje de hacerlo puede intensificar su angustia y empeorar el problema.
El castigo por parte de los padres o profesores no lleva a ningún lado, sino que puede conducir a un círculo vicioso difícil de solucionar. Se ha comprobado que cuanta menos importancia se le de al tic, más pronto desaparecerá, en un periodo que varía entre unos meses y un año. Si el niño pregunta qué puede hacer, los padres deberían tranquilizarle y minimizar el problema.
Por ello, algunas pautas de actuación ante un niño que presenta un tic son:
  • Evitar en la medida de lo posible las situaciones estresantes.
  • Analizar en qué situaciones se intensifica el tic y tratar de evitarlas.
  • Fortalecer su autoestima y premiar las cosas que hace bien.
  • Intentar restarles presión, especialmente en los niños muy perfeccionistas.
  • No sobrecargarle con actividades extraescolares.

¿Debo llevarle al pediatra si presenta tics?

En la mayoría de los casos no es necesario acudir al pediatra, ya que el hecho en sí mismo de considerarlo como un problema a ojos del niño puede hacer que su tic o tics empeoren. Sin embargo, en algunas situaciones será necesario consultar con un especialista:
  • Si el tic persiste durante más de un año.
  • Si se vuelve más intenso o frecuente.
  • Si llega a imposibilitar sus tareas cotidianas.
  • Si afecta a su rendimiento escolar.
  • Si afecta a sus relaciones con amigos y compañeros, ya que puede dar lugar a un trastorno depresivo de la infancia.
  • En el caso de que se trate de un tic vocal complejo (ecolalia, alilalia, coprolalia), ya que será necesario descartar el síndrome de Tourette.
El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que se caracteriza por la asociación de tics motores múltiples y tics vocales complejos, especialmente coprolalia (dice obscenidades). Un porcentaje de casos también se asocia a TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), que tiene un tratamiento médico y psicológico más específico.
Sólo en algunos casos muy seleccionados, los tics nerviosos precisarán tratamiento. Hay que tener en cuenta que la medicación trata el síntoma, pero no la causa; para ello pueden utilizarse relajantes musculares, neurolépticos, sedantes… Para tratar la causa del tic se emplean técnicas psicológicas de autocontrol, como el “procedimiento de la inversión del hábito”, aunque es difícil de aplicar en niños.
Afortunadamente, en la mayoría de casos a medida que el niño madura el tic nervioso se va atenuando hasta desaparecer de forma espontánea antes de la adolescencia, sin precisar ningún tratamiento.
WEBCONSULTAS, abril de 2017

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