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¿Es tu hijo hiperactivo?

GALIANA LEGORBURU

Si bien es cierto que los niños irradian energía y vitalidad, a veces estos impulsos pueden llevar detrás algún trastorno de hiperactividad o déficit de atención. Como es fácil confundirlo con cualquier otro problema de comportamiento, lo ideal es que un médico lo examine cuidadosamente. La psicóloga Alicia López de Fez nos hace un pequeño resumen de las claves para detectarlo desde casa.
  • Falta de atención: cuando mantener la concentración se vuelve un imposible para el niño, le cuesta seguir instrucciones y parece que no escucha a lo que le dicen,puede que estemos aunque un caso de TDAH o hiperactividad. ¿Lo mejor? Pedir la opinión a los profesores que le ven trabajar en clase, comparándolo con el resto de los alumnos.
  • Hiperactividad: hay que intentar descubrir si el niño es activo como parte de su personalidad o si lo es debido a otros factores. Esto puede detectarse cuando al pequeño le cuesta demasiado permanecer quieto y necesita moverse continuamente.
  • Impulsividad: cuando el niño interrumpe las conversaciones con frecuencia, contesta antes incluso de acabar de formular una pregunta o se manifiesta impaciente en muchos momentos del día, puede que sea debido a un TDAH.
  • Dificultad para las relaciones con otros niños y adultos: observar cómo se relaciona con su entorno y el resto de personas puede ser clave para detectar este tipo de trastorno. Cuando a un niño le cuesta adaptarse demasiado a la sociedad suele deberse a algún problema más grave que va más allá de la simple timidez.
  • Bajo rendimiento escolar: las notas bajas siempre son una alerta de que algo va mal. En este caso los profesores también juegan un papel fundamental a la hora de aconsejar a los padres y darles toda la información sobre su hijo.
  • Baja autoestima: cuando un niño recibe críticas por su comportamiento, tiende a compararse con los de su edad y se siente distinto o incluso inferior a ellos. El simple hecho de que les cueste mantener la atención ya provoca su frustración con pensamientos como "todo me sale mal". En este sentido, es importante apoyar al pequeño e intentar animarle a conseguir los objetivos.
 EL MUNDO, Miércoles 20 de agosto de 2014

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