Ir al contenido principal

Cinco razones para no vacunar a tu hijo

JOSÉ A. PÉREZ LEDO

Si has llegado a este artículo es porque tienes dudas sobre la conveniencia de someter a tu hijo o hija al calendario de vacunación infantil. Aunque, como habrás leído en otras webs, hay diversidad de opiniones al respecto, aquí te presentamos cinco razones para no vacunar a tu pequeño:

1. Le odias.
Es posible que la idea de ser padre o madre te resultase atractiva desde un punto de vista teórico, pero, en cuanto nació, te percataste de tu error. En efecto, algunas personas se dan de bruces con la realidad en los primeros meses de vida del bebé. Se acabó el cenar fuera. Se acabaron las series y los libros y el gimnasio. Se acabó tu vida. Esta situación, sin embargo, no es irreversible.
Aunque la ley española no permite arrojar bebés al contenedor orgánico, tenemos otras maneras de librarnos de ellos. La no vacunación es la más práctica y la menos traumática (para ti). Además, es casi imposible que un juez te encuentre culpable.
2. Tu hijo te resulta más bien indiferente, pero odias a los demás niños.
Una de las ventajas de no vacunar a tu hijo es que lo conviertes en un arma biológica andante.
Con el fin de maximizar su potencial destructivo, te recomendamos también que lo amaestres para que lama profusamente al resto de niños, especialmente a los muy gritones. Si bien nadie puede garantizar que el infante objeto del ataque sucumba, es probable que, al menos, tu hijo le cause algún problema psicomotriz permanente.
3. Quieres acabar con la humanidad.
Como quizás sepas, cuando un porcentaje suficiente de la población está vacunada, se genera lo que los médicos llaman inmunidad de grupo. Esto hace que disminuya enormemente la incidencia de algunas enfermedades y que otras acaben siendo erradicadas.
Pero, cuando no se alcanza un porcentaje de vacunación suficiente, esa inmunidad grupal queda rota y las enfermedades vuelven a campar a sus anchas. Es lo que está ocurriendo en distintos lugares de Europa. Y se trata de una noticia estupenda porque, como todo el mundo sabe, Europa no funciona.
4. Eres nihilista.
Existe la posibilidad de que, al levantarte de la cama, te mires al espejo y te topes con el reflejo de un individuo vacío, muerto por dentro y desprovisto de moral. Lo lógico es que la educación de tu hijo sea coherente con ello.
En este caso, no solo te recomendamos que obvies el calendario de vacunación infantil; también es deseable que enseñes a tu vástago diversas palabrotas así como a hacer sus necesidades en espacios públicos tales como autobuses o centros comerciales.
5. Te faltan lecturas.
Leer es agotador, sobre todo cuando las frases son muy largas y las palabras complicadas. La culpa la tuvo aquel profesor que te obligó a tragarte al Arcipreste de Hita en EGB.
Por supuesto, te encanta Paulo Coelho. Él te ha ayudado muchísimo en momentos complicados, pero, si lo piensas, es posible que Coelho no sepa gran cosa sobre los mecanismos fisiológicos que subyacen en la inmunología. Pero, oye, la incultura no es delito. Y la no vacunación, por ahora, tampoco.
EL DIARIO, 11/09/2018

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr

Qué le pasa a tu bebé cuando dejas que llore sin parar

  GINA LOUISA METZLER Muchos padres creen que es útil dejar llorar a su bebé. La sabiduría popular dice que unos minutos de llanto no le hacen daño, sino que le ayudan a calmarse y a coger sueño. Se trata de la técnica de la espera progresiva , que fue desarrollada por el doctor Richard Ferber, neurólogo y pediatra de la Universidad de Harvard en el hospital infantil de Boston (Estados Unidos) , y que sigue utilizándose en la actualidad en todo el mundo. Casi nadie sabe en realidad lo que ocurre a los bebés cuando siguen llorando, pero las consecuencias físicas y psíquicas podrían afectarles toda su vida. Cuando un bebé llora sin que sus padres lo consuelen, aumenta su nivel de estrés , ya que, a través de su llanto, quiere expresar algo, ya sea hambre, dolor o incluso necesidad de com

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer.