
El universo de aplicaciones para dispositivos electrónicos destinadas
a los más pequeños es un auténtico laberinto. Son tantas las propuestas
que es difícil conocerlas todas y fácil perderse en el intento. Tal es
el boom, más en otros países europeos que en España, que herramientas de
recomendación de apps y portales especializados se han convertido en ayudas imprescindibles. Según Eduapps,
que empezó en 2010 como blog de clasificación y análisis de las
innumerables aplicaciones educativas, ya se rebasan las 80.000 ofertas
pensadas específicamente para el aula.
No obstante, aunque ya nadie duda de que la educación del futuro será digital y autodidacta, desde Plataforma Proyecta, iniciativa educativa de la Fundación Amancio Ortega y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre, consideran que “falta inversión destinada a innovación en los colegios” y que, por eso, “las apps están muy limitadas en el contexto escolar”.
La tecnología llama con insistencia a las puertas de la escuela, y
estas se van incorporando. Pero el binomio siempre ha sido complicado y
el avance no está exento de debate tanto en los centros de enseñanza
como en los hogares. ¿Qué apps son las adecuadas? ¿Cuánto
tiempo deben dedicarle nuestros hijos según edades? ¿No hay que empezar
nunca antes de los tres años como parece recomendable?
Padres y educadores deben ponerse a la tarea para que las
aplicaciones sean un instrumento más de aprendizaje. Los expertos son
unánimes: “Bien usadas, los beneficios son incuestionables”.
EL PAIS, 12/12/2014
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