LAURA PERAITA
David Fernández
siempre ha sentido pasión por la escritura. Desde muy joven reservaba
momentos para escribir relatos y cuentos infantiles que sus amigos
después leían con gran emoción. Con el paso de los años, aquella
aficción se convirtió en profesión. Tras estudiar la carrera de
Veterinaria y quedar en paro, decidió poner en marcha en enero de 2015
la editorial «Pastel de Luna», una apuesta que pretende a través de sus libros que los lectores desvien su mirada hacia el este asiático.
El nombre de la editorial, «Pastel de luna», ya es una
invitación a hacerlo. Se trata de un pastelito real muy dulce que se
regalan las familias de origen chino en la Fiesta de Medio Otoño. Una
celebración que se realiza en honor de la luna y mucos pueblos del Asia
Oriental se reúnen para celebrarla. «Nos encanta la cultura asiática y los libros que escriben porque están hechos con muchísima calidad y
sus textos y sus preciosas ilustraciones potencian al máximo la
capacidad de imaginar de los niños y su creatividad», señala David
Fernández.
El joven editor señala que es una lástima que los padres no dediquen más tiempo a potenciar la lectura de sus hijos desde edades bien tempranas. «Sé que es difícil porque con la vida ajetreada que llevan muchas familias resulta más sencillo dejar al niño frente a la pantalla del televisor o de un ordenador. Sin embargo, los padres deben pensar en los grandes efectos tan beneficiosos que supone dedicarle un rato cada día, primero a leerles cuentos, cuando son más pequeños, y más tarde a ponerles un libro en sus manos e invitarles a leerlo
o a disfrutar y dejarse llevar por las buenas ilustraciones. Con los
libros la imaginación trabaja, con las nuevas tecnologías no, se queda
en estado plano, con todo lo que eso conlleva para el desarrollo de los
niños».
La lectura conjunta
—tal y como quiere remarcar Fernández— «consigue aumentar el vínculo
afectivo entre padres e hijos, conocer un poco más a los pequeños y
disfrutar al hacerles descubrir nuevos mundos reales o fantásticos».
Mentes viajeras
A estos álbumes ilustrados se suman también libros de «cosecha propia». David Fernández apunta que «tal y como decía Sartre "todo se decide en la infancia"
y con nuestros libros vamos a intentar que los niños decidan volar, que
sus mentes viajen, que sueñen despiertos. Nuestro objetivo es llenar
sus cabezas de pájaros y con el batir de sus alas, las cabezas puedan
llegar hasta las nubes o más allá. Cuanto más lejos mejor».
ABC, Sábado 23 de mayo de 2015
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