L.PERAITA
Deseperación. E impotencia. Así es como se sienten muchas madres y padres cuando tienen un hijo que ante una negativa pierde el control y monta en cólera y, se diga lo que se diga o se haga lo que se haga, no logran apaciguar la situación.
Algunos expertos en educación explican que antes de llegar a esta situación es cuando hay que actuar para evitar estos «numeritos» tan desagradables. Es decir, la clave está en saber prevenir.
Algunos padres, desesperados, aseguran que ellos han observado atentamente a sus hijos, les han escuchado y mostrado interés por
lo que cuentan, validado sus emociones, hablado sobre los sentimientos,
ayudado a encontrar soluciones o alternativas, les han mostrado lo
importante que son para ellos... Y, aún así, los «numeritos» no cesan.
Para Carla Herrera, educadora certificada en Disciplina Positiva, asesora de Crianza Respetuosa y directora de Pequeño Gran Humano,
no todo esta perdido. Todavía es posible que los padres consigan que
los niños, poco a poco, vayan logrando inteligencia emocional y
asertividad al momento de manifestar sus emociones. Estas son las
técnicas que recomienda esta experta para lograrlo:
1) Rueda de opciones para el control del ira:
Se trata de una técnica de Disciplina Positiva que consiste en crear
junto al niño una rueda con opciones de cosas que él puede hacer para
calmarse cuando se siente enojado frustrado. Esta rueda en forma de
pastel se dibuja sobre una cartulina y en lo que sería cada «rebanada» o
«porción» se dibuja o pega una imagen de las opciones que el niño haya
mencionado: Por ejemplo: tomarme unos minutos a solas, expresar con
palabras cómo se siente, dibujar, contar hasta diez, saltar, etc. Las
opciones deben ser acciones válidas y que respeten la integridad del
niño y sus familiares.
2) Tiempo fuera positivo:
Esta es otra herramienta de Disciplina Positiva. Consiste en crear un
lugar especial dentro de la casa o el aula, al que el niño/a pueda
recurrir para calmarse y volver a su centro (estado emocional
equilibrado) cuando se sienta alterado o fuera de control. Este lugar
debe ser escogido y decorado en conjunto con el niño/a y debe contener
elementos que lo inviten a relajarse y a sentir paz, como por ejemplo:
libros, música, juguetes, hojas y colores para dibujar, una pizarra,
peluches, plastilina, etc.
3) El semáforo:
Es una técnica efectiva para autorregular en los niños comportamientos
impulsivos, arranques de ira o agresión y consiste en entrenar al
pequeño para que cuando sienta que está por caer en estos
comportamientos «actúe» como lo hace un semáforo. ROJO para DETENERSE;
es decir, quedarse quieto tal cual lo hacen los coches en la ciudad.
AMARILLO para PENSAR lo que está sucediendo y detectar posibles
SOLUCIONES y VERDE para ACTUAR llevando a la práctica alguna de esas
opciones.
Para que el niño/a comprenda bien esta técnica, es
recomendable estimularlo creando una simple gráfica con él/ella y
colocarla donde pueda verla. Esta gráfica que contiene el dibujo de un
semáforo y unas sencillas instrucciones ayudará al pequeño a recordar
cómo funciona.
Estas son algunas frases que propone Carla Herrera:
—Luz Roja: ALTO, tranquilízate y piensa antes de actuar.
—Luz Amarilla: PIENSA soluciones o alternativas y sus consecuencias.
—Luz Verde: ADELANTE y pon en práctica la mejor solución.
4) Tocar agua o arena:
Esta herramienta holística logra que los niños más sensoriales se
calmen al estar en contacto con elementos de la naturaleza. Si tu hijo
tiene esta sensibilidad, cada vez que se enfade, puedes ofrecerle una
pequeña cubeta con agua para que meta sus manitas y agregarle shampoo
(opcional) para que cambie la textura y el aroma, lo cual podría serle
más atractivo y relajante.
También puedes tener una caja o cubeta con arena para que
el niño esté en contacto con ella. A muchos les encanta tocar y jugar
con la arena porque los distrae y entretiene. Si prefieres, también
podrías poner en la caja juguetes de plástico o madera como palitos,
rastrillos, etc.
5) Escuchar mantras:
Seguro que alguna vez has oído la frase «la música calma a las fieras».
Esto hace referencia al poder tranquilizador que la música ejerce sobre
la mente de las personas al activar ciertas áreas de nuestro cerebro
que nos brindan calma y relax. Así que si a tu niño le gusta escuchar
música o es algo habitual en la casa, cuando se sienta estresado, puedes
ponerle un mantra o música relajante, o por qué no, también estimulante
(dependiendo de cada niño) para ayudarlo a volver a su centro.
6) Soplar burbujas:
Está técnica es para lograr la calma a través del control de la
respiración. Consiste en imaginar que se hacen burbujas, para lo cual es
necesario controlar la respiración soplando suavemente para que las
burbujas se formen. El adulto puede acompañar al niño respirando
calmadamente con él para demostrarle cómo se hace.
Otra variante es soplar burbujas en un vaso con agua con la ayuda de una pajita.
7) Meditación del globo:
Aquí enseñas al niño a sentir su abdomen como un gran globo que se
infla y desinfla al respirar. En cada inhalación su tripa se inflará y
en cada exhalación se desinflará. Esta consciencia corporal unida a la
respiración le proporcionará calma mental.
8) Ofrecer un abrazo y contención:
El amor y el contacto afectuoso producen oxitocina, una hormona que
regula las emociones estresantes y proporciona bienestar. Es bueno
recibir abrazos y cariño, sobre todo de quienes queremos. Sin embargo, a
muchos niños y personas les cuesta recibirlos en el momento justo en el
que están tan enfadados. Es normal. Así que para aplicar esta técnica
de forma respetuosa y que realmente funcione, Carla Herrera sugiere
preguntar antes al niño si un abrazo le ayudaría a calmarse o si
prefiere usar otra herramienta.
9) Fabricar una bolita antiestrés:
Esta técnica tan conocida en el mundo adulto, perfectamente la podemos
poner en práctica con los niños y más si los ayudamos a construir sus
propias «pelotas antiestrés». Es muy sencillo y divertido. Solo tienes
que conseguir un globo grueso (o tratar de meter uno dentro de otro) y
rellenarlo con alpiste o arroz. Ten en cuenta que el tamaño de la
pelotita debe ser el adecuado para que quepa en la palma de la mano de
tu hijo. Y como siempre, si quieren llevar las técnicas a un nivel más
de atracción, pueden pintarle caritas y ¡hasta ponerle un nombre!
10) Tú:
la herramienta más eficaz para modelar el autocontrol en tus hijos. Más
allá de cualquier técnica que pongamos en práctica para ayudarlos a
calmarse, la forma más efectiva y eficiente de lograrlo es a través del
propio ejercicio y autocontrol emocional. Las personas tenemos en
nuestro cerebro un mecanismo de imitación para el aprendizaje conocido
como «neuronas espejo». Estas neuronas tienen la función de imitar el
comportamiento de las personas que están a nuestro alrededor con la
finalidad de aprender de ese entorno. De esta manera, si tú eres un
ejemplo de conducta, si ante el estrés tú como padre eres capaz de no
perder el control y lograr hacer algo efectivo para calmarte, ten por
seguro que estarás dando a tu peque el mensaje más poderoso y le estarás
obsequiando una habilidad para la vida.
ABC, Lunes 18 de mayo de 2015
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