ANA VERÓNICA GARCIA
Hay momentos en el día en que más que fruta nos apetece
tomar un delicioso aperitivo y más aún a los más pequeños, que disfrutan
con todo tipo de chucherías, patatas, gusanitos y golosinas del estilo que tanto engordan y que tan poco beneficio les aporta. Por ello podemos optar por la fruta deshidratada,
que es muy fácil de hacer y que puede convertirse en la merienda más
saludable y rápida para los niños, que a su vez encontarán en estas
frutas una apetecible y dulce golosina sin azucares ni edulcorantes, potenciadores del sabor ni conservantes artificiales añadidos, en cuya elaboración también pueden participar.
Aunque se pueden encontrar hechas en gran cantidad de establecimientos,
supermercados y grandes superficies es preferible hacerlas en casa
porque, además de hacerlas con la nuestra personal selección de frutas
sale mucho más económico y son muy fáciles de hacer, además de
asegurarnos que sabemos perfectamente qué están comiendo nuestros hijos
sin tener que leer etiquetas y se pueden acompañar de las deliciosas lenguas de fresa hechas en casa.
Para conseguir frutas deshidratadas, que podremos almacenar durante mucho más tiempo que las frescas, sólo hace falta un horno para
extraer el agua que contienen y así evitar que se creen microorganismos
o bacterias, que son las responsables de su deterioro y putrefacción.
También se puede hacer con un deshidratador eléctrico pero no es un electrodoméstico muy habitual. Selecionamos las frutas que se van a deshidratar: manzanas, fresas, plátanos, kiwis, naranjas... e, incluso, algunas hortalizas como calabacín, berenjena, zanahoria...
Lo ideal es utilizar fruta de temporada y que esté bien madura. Lavar bien las frutas o verduras, quitarles los tallos y cortarlas en rodajas muy finas y extenderlar en una bandeja de horno, que no debe superar los 60°C, y dejarlas hornear durante un par de horas, con la puerta del horno abierta unos centímetros para que la humedad pueda salir. Si el horno tiene ventilador,
es preferible ponerlo para facilitar la evacuación de la humedad. La
prueba para saber que las frutas están listas es cortándolas y
comprobando que no sueltan líquido ni están húmedas en el interior.
El resultado será un crujiente y sabroso aperitivo que, además se pueden usar también para echarlas en el yogur o darle un toque crujiente a las ensaladas. Cuando estén frías, se pueden almacenar en botes de cristal y guardarlas así y utilizarlas para un aperitivo, darles una golosina a los niños, etc...
A las manzanas es
recomendable quitarles el corazón y bañarlas en el zumo de un limón
natural exprimido para evitar la oxidación. Igualmente se puede hacer un
llamativo postre si, por ejemplo, se ponen las manzanas en la bandeja
del horno (después de haberlas bañando en limón) y se espolvorean con un
poquito de canela en polvo antes de meterlas en el horno, o incluso
añadir una cucharadita de agave o miel. También los platanos,
cortados en finas rodajitas, hay que remojarlos en un limón y luego
admiten un poquito agave o miel. Hay que tener en cuenta que si echamos
miel o agave el tiempo de deshidratación será más largo.
ABC, 9/05/2015
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