Los padres juegan ulo
más importante es que, desde que nace, los padres hablen mucho al bebé.
No solo le ayudarán en la adquisición de sus primeras palabras sino que
también le facilitarán algo tan importante en el ser humano como es la
comunicación.
n papel crucial en el
desarrollo del lenguaje de sus hijos. Hay muchas formas de estimular ese
aprendizaje en los niños, con actividades, juegos, gestos... pero
«En el bebé, la voz de los padres es la herramienta más útil», afirma Cristina Municio,
logopeda de la Consulta de Logopedia CMV, de Madrid. Y ya desde esa
etapa tan temprana se puede establecer una comunicación: el bebé
comienza a producir sus primeros sonidos, sonidos que los padres pueden
repetir. Es decir, el niño empieza a establecer sus primeras
conversaciones respondiendo a la voz de los padres con sonrisas y
arrullos: «Gorgojea, la madre repite, el niño se ríe, la madre responde
con alborozo y el niño vuelve a repetir», explica Municio. Desde luego,
usar juguetes con sonidos (por ejemplo, un sonajero) también ayuda a
establecer esos primeros intercambios.
A partir de aquí se inicia un
proceso de aprendizaje del lenguaje que irá evolucionando según las
diferentes etapas de desarrollo del niño. Cristina Municio ofrece una
serie de recomendaciones para que los padres faciliten a sus hijos ese
proceso hasta que comienzan a hablar:
1. Salvo en los momentos de juego, los padres deben dirigirse a los niños de forma clara y como a un adulto.
2. Las palabras se pronuncian y repiten siempre de forma correcta: «¿quieres agua?» y no «¿quieres aba?»; el adulto debe decir «perro» y no «guau, guau»...
3. Es muy importante hablar mucho al niño desde que nace. Así no solo desarrolla el lenguaje sino también la comunicación.
4. A la hora de corregir, hay que pronunciar correctamente la palabra o la frase y no pedir al niño que la repita hasta que sepamos que puede hacerlo correctamente. Un ejemplo de lo que no hay que hacer: es muy frecuente pedir a los niños que no han adquirido el sonido «r» que repitan el trabalenguas «el perro de San Roque...».
5. Lo más importante es la comunicación: que el niño sepa que le entendemos.
Por tanto, hay que prestarle atención a lo que quiere decir. Esto
implica una escucha y una actitud activas en la conversación. La
logopeda pone un ejemplo: «Si le preguntamos cada día al salir del cole
¿qué has hecho hoy?, probablemente la respuesta sea nada, no sé,
jugar... Tenemos que mostrar interés preguntándoles: ¿has jugado? ¿con
quién? ¿a qué? ¿dónde? ¿cómo?...».
6. Desde que
nacen, a través del juego y de la conversación se puede estimular el
lenguaje en el niño. Es necesario crear rutinas y tiempos de
comunicación adaptándolas a cada edad. Las actividades diarias ayudan
mucho. Por ejemplo, en el recién nacido podemos aprovechar el momento
del baño para hablarle, salpicarle, mover sus brazos y piernas y darle
crema en la piel, siempre hablándole. Cuando el bebé tenga 18 meses, esa
rutina seguirá siendo la misma pero cambiará el juego y las palabras:
soplar pompas, mover un juguete sumergiéndolo y sacándolo fuera de esta
forma se le puede enseñar las palabras dentro-fuera, al dar crema se
puede ir nombrando las partes del cuerpo...
7. Para ser activos en la comunicación hay que buscar tiempos de calidad: en el juego, en las actividades diarias y en actividades conjuntas.
8. Consultar al logopeda
cuando algo no funciona bien. No dejarse llevar por la creencia de que
el niño ya madurará, porque eso impide abordar de forma preventiva
dificultades que después se complican con el tiempo. La falta de
respuesta a los estímulos es una llamada de atención.
Cómo es el desarrollo del lenguaje
m. j. p-b. madrid
ABC, Miércoles 20 de noviembre de 2013
Imagen: Diego 21/09/2013
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