DAVID SANZ EZQUERRO
Hasta 244 casillas forman el cuadrante que desde el
pasado 1 de septiembre se utiliza para detectar los contenidos
potencialmente perjudiciales para la infancia que se emiten en
televisión. Siete categorías, con diferentes variables y hasta nueve
criterios de gradación son las herramientas que configuran el nuevo
código. Un confuso embrollo de colores a primera vista, cuyo espíritu,
sin embargo, es aclarar las cosas lo máximo posible.
Antes de esta regulación, el análisis de los contenidos se hacía sobre cuatro categorías (comportamientos sociales, violencia, temática conflictiva y sexo). Ahora, con el nuevo código, los epígrafes son siete: violencia, sexo, miedo o angustia, drogas, discriminación, conductas imitables y lenguaje.
Sobre ellos se valoran factores como el grado de realismo, la
frecuencia o la intensidad de las escenas para delimitar si son o no
adecuadas para los menores de edad.
El nuevo sistema fue impulsado por la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC), a través de un grupo del que han formado parte las televisiones adheridas al Código de Autorregulación,
así como las principales asociaciones de consumidores. En opinión de la
CNMC, el resultado de este trabajo, que se prolongó durante meses,
"reduce la discrecionalidad, amplía la seguridad jurídica, mejora la
información que se facilita a los padres y es más garantista con los
derechos de los menores".
También los grandes grupos de televisión
privada en abierto de España consideran, en general, que el nuevo
sistema mejora el anterior. Fuentes de Atresmedia
consultadas por EL MUNDO valoraron que el nuevo código "es mucho más
objetivo, automático y riguroso que el que había antes, porque marca
unas pautas más claras y tiene más automatismos en su aplicación". En Mediaset,
comparten que el modelo supone un avance, aunque subrayaron que no
resuelve de forma completa el objetivo, porque en su aplicación "se
mueve en un plano de absoluta subjetividad".
Fuentes directivas de
Mediaset afirmaron en conversación con este diario que el nuevo sistema
"ayuda a establecer unas normas comunes para todos de forma más
concreta", pero apuntaron que "las cuestiones que clarifica son más de
método que de fondo". Como ejemplo, explicaron que durante las reuniones
para definir el nuevo modelo hubo largas discrepancias para determinar
la diferencia entre conceptos como "presencia" y "presentación".
Según especifica el mapa de cuadros del nuevo código, "la violencia física" es: Apta para todos los públicos, si tiene una "presencia accesoria, mínima o fugaz"; No recomendada para menores de 12 años, si es "explícita y realista"; o No recomendada para menores de 18 años
"si se recrea en el sufrimiento de la víctima". La aparición de "actos
sexuales con genitales no visibles" puede ser apta para menores de más
de 12 años si está basada "en el romanticismo o en una relación
amorosa"; en cambio, la edad mínima sube hasta los 16 años si hay una
"presentación explícita con connotación sexual". En cuanto al lenguaje,
las "expresiones ofensivas" suponen una calificación +7 si su presencia es "esporádica", +12 si son "frecuentes" y +16 si son "continuadas".
El
cuadro del código está repleto de conceptos de este estilo, muy
minuciosos pero que a su vez pueden dar lugar a diversas
interpretaciones. Las televisiones son las encargadas de etiquetar sus
programas según su propio criterio, pero es la Sala de Supervisión Regulatoria de la CNMC la que tiene la competencia para sancionar los posibles incumplimientos.
Otro punto difuso del nuevo modelo está en las películas. La CNMC constata que su calificación le corresponde al Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales
(ICAA), organismo que emplea criterios diferentes a los que marca el
propio código. De esta forma, las cadenas pueden afrontar sanciones aun
respetando la calificación de una película realizada por el organismo al
que la ley atribuye esa competencia.
En función de su
calificación, un programa, película o serie tiene vetados ciertos
horarios en televisión. Así, los contenidos para mayores de 18 años no
se pueden emitir entre las 6.00 y las 22.00 horas. Además, los días laborables entre las 08.00 y las 09.00 y entre las 17.00 y las 20.00, y los sábados, domingos y festivos entre las 09.00 y las 12.00 horas sólo están permitidos los espacios aptos para mayores de 12 años.
Actualmente, la CNMC está tramitando tres expedientes sancionadores
sobre protección de menores en televisión, dos de ellos referidos a
programas emitidos con posterioridad a la entrada en vigor de los nuevos
criterios.
Comentarios
Publicar un comentario