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«Puedes mejorar la escritura de tu hijo con sencillos trucos»

LAURA PERAITA
El que sea una letra bonita o fea no depende de tener buena o mala letra, sino del nivel madurativo del niño y de factores como si une o no las letras, la presión que ejerce con el lápiz en el papel, si su movimiento es débil o no... Lo importante es que el niño tenga una letra lo suficientemente legible para seguir progresando en su aprendizaje.
Cristina López, presidenta del Círculo Hispanofrancés de grafología, asesora deRubio y psicóloga, explica que no hay que acelerar el proceso de aprendizaje de la escritura porque en nuestro país se presupone que a los cuatro años los niños ya aprenden a escribir y, por su proceso madurativo, agilidad y dominio de la mano es muy pronto. «No hay que olvidar que la mano debe seguir las órdenes del cerebro y para tener una psicomotricidad fina hay debe estar preparado», asegura.
Muchos padres se enorgullecen cuando sus hijos comienzan a escribir pronto, pero, sin ellos, saberlo —tal y como señala esta experta en grafología—, esto puede conllevar problemas futuros, ya que el aprendizaje temprano genera que el pequeño no coja bien el lápiz, no escriba en la dirección correcta... vicios que son después más difíciles de corregir.
Para que los niños puedan mejorar su letra, esta experta recomienda:
Reducir el tiempo de uso de las nuevas tecnologías, o al menos, combinarlo con el manejo de otros juguetes que le permitan utilizar y mover el resto de músculos implicados en la escritura. El uso de las tabletas a edad temprana solo les permite utilizar un dedo para pulsar en la pantalla, lo que hace que no ganen la fuerza suficiente en el resto de los dedos de la mano y les dificulte, posteriormente, el manejo de un lápiz.
—Facilitarles útiles de escritura en función de su edad. Es conveniente comenzar por ofrecerles pintura de dedos, papeles, lapiceros, rotuladores, pinceles... siempre ajustados al tamaño de sus manos. Lo más normal es que lo pidan a partir del año para hacer garabatos y estos utensilios deben ser ligeros y cómodos para que puedan manejarlos con facilidad y les permitan asombrarse con lo que son capaces de hacer con ellos.
—Cuando son más mayores se les puede dejar pinturas de colores más cortas y gruesas para facilitar la sujección o algunos que son más ergonómicos con forma triangular y que facilitan el gesto de hacer la pinza con los dedos para sujetarlos y evitar, de este modo, que lo cojan con el puño.
—También la superficie donde pintan debe ser facilitadora: una pared empapelada, pizarras... que, además, les permite libertad de movimientos del brazo. Se debe perseguir que la escritura les guste, logrando que los primeros trazos sean agradables y divertidos.
—A partir de los 5 años se les puede dar un cuaderno de aprendizaje, pero siempre acorde a su nivel. A veces, estos cuadernos combinan letras con dibujos sencillos y divertidos, series, vaivenes, círculos..., que deben hacer siguiendo con un lápiz unos puntos, lo que les permitirá avanzar en el trazo. Lo importante a estas edades tan tempranas no es que aprendan las letras, sino las formas.
—Es importante estar pendiente de la presón que ejercen. Cuando son pequeños tienden a apretar mucho la punta del lápiz sobre el papel. Es una buena señal porque indica que están poniendo interés y se esfuerzan en lo que hacen. No obstante, poco a poco, hay que invitarle a que presione menos para que pueda tener mayor libertad de movimiento en la mano y progrese adecuadamente.
—Hay casos en que los niños padecen hipotonía (un tono muscular inferior al normal) y hay que ayudarles para que realicen mayor presión al escribir y que su grafía sea más estable. En algunos casos necesitan ejercicios de psicomotricidad.
Cristina López recalca que los maestros son los primeros en educar y reeducar en la escritura, no los padres. «Los expertos en la materia reeducamos cuando hay dificultades o algún trastorno que le haga al niño ir más lento de lo habitual. Observo en muchos casos que, cada vez más, empiezan a escribir con letras mayúsculas, lo que hace que no presten atención a la lateralidad de las letras y comiencen a escribirlas por donde quieren, no de arriba a bajo, lo que hace que su letra no sea buena. Para estos casos es bueno que los niños usen cuadernos que estén indicados para personas mayores o con problemas cognitivos, ya que incluyen grafía y diversas actividades lúdicas, no solo copiar palabras, lo que para un niño puede suponer un divertimento mientras aprende y no lo asuma como el típico castigo de copiar varias veces la misma palabra hasta escribirla bien. Lo importante —advierte— no es que el niño tenga una letra bonita, sino lo suficientemente legible para que pueda seguir progresando en su aprendizaje».
ABC, Martes 04 de diciembre de 2018

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