La necesidad de ahorrar en la cesta de la compra ha hecho
que muchos padres recuperen hábitos de su niñez que ya estaban dados
casi por perdidos. El bocadillo de barra de pan vuelve a cobrar
protagonismo en las meriendas frente a la bollería industrial o los productos empaquetados
con soficticados diseños, muy atractivos para los más pequeños de la
casa, y que tan de moda han estado durante los años de bonanza
económica.
La mesa del desayuno también ha cambiado su aspecto. El vaso de leche, la tradicional galleta María para mojar y la rebanada de pan con mantequilla y mermelada recuperan, gracias a su bajo coste, a los adeptos que perdió hace años.
Récord de ventas
Así, al menos, queda patente en un reciente estudio de la consultora Nielsen
titulado «El comportamiento de los mercados de Gran Consumo en España»,
en el que se confirma la «vuelta al hogar» con un retorno a los
productos básicos. Entre sus datos se percibe un aumento de las ventas
de galletas frente a los cereales y los yogures. De hecho las galletas
han registrado un crecimiento del 4,8% en ventas, lo que supone todo un récord.
Los responsable del estudio explican este cambio haciendo
alusión a los precios: el litro medio de la leche básica cuesta 0,66
céntimos de euros, frente a la leche enriquecida (0,99) o los yogures
(2,29). En esa misma línea están las típicas galletas María cuyo valor
medio es de 2,06 euros frente a los cereales empaquetados, cuyo precio
estándar se sitúa en los 4,55 euros.
Productos frescos
«A pesar de que muchos padres y madres han recuperado
estos hábitos para sus hijos —asegura Gustavo Nuñez, director general de
Nielsen para España y Portugal—, las estrecheces económicas no han
modificado, en cambio, la compra de algunos artículos como los productos
frescos, que son esenciales en las dietas de las familias españolas, por
encima de las de otros países europeos. Las piezas de fruta, las carnes
y los pescados no sufren grandes alteraciones. De media, las familias
españolas gastan 60 euros a la semana en alimentación, de los que 40
euros los dedican a productos envasados y 20 a productos frescos».
Esa tendencia al ahorro y a la búsqueda de productos básicos también afecta a las comidas y cenas, en las que empiezan a reinar básicos como la pasta normal o el arroz, que
en los últimos meses han bajado su precio, frente a las conservas de
pescado o los vegetales, cuyo valor ha crecido. «Otro artículo que ha
repuntado sus ventas gracias a la crisis —prosigue Gustavo Nuñez— es el aceite de girasol cuyo precio medio del litro está en 1,30 céntimos de euros, frente a los 2,97 del de oliva».
Compra calculada
Del estudio también se desprende que las dificultades
económicas no han logrado que las familias dejen de valorar la
innovación e, incluso, la sofisticación en algunos productos, máxime si
estos les reportan comodidad y/o ahorro. «No existe un prototipo de consumidor único,
pero se aprecia una tendencia por formatos más grandes que facilitan el
ahorro, sobre todo en el caso de las familias numerosas.
Por el contrario, las familias más reducidas prefieren consumir formatos más pequeños puesto
que, aunque los de mayor tamaño salen más barato a la larga, en el
momento de comprarlos se ven obligados a pagar más y su economía semanal
no se lo permite», señala el director general de Nielsen.
Respecto a la forma de hacer la compra, el estudio destaca
que las familias se lo piensan más y la hacen de manera más calculada.
Además, en vez de desplazarse al hipermercado con el maletero del coche
vacío se opta por una compra en tiendas cercanas en las que se adquieren menos productos.
ABC, Lunes 2 de diciembre de 2013
Comentarios
Publicar un comentario