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Por qué es bueno celebrar el Carnaval

SAPOS Y PRINCESAS
Disfrazarnos nos permite actuar de forma desinhibida o de manera diferente a la habitual, dejando de lado la vergüenza y la timidez. Eso es algo que bien sabían los reyes y nobles de Venecia en la Edad Media, quienes se disfrazaban con máscaras para no ser reconocidos durante el Carnaval y poder relacionarse con la gente del pueblo. Celebrar esta fiesta nos brinda la oportunidad de explicar a los niños su origen y hacerlos partícipes de nuestras costumbres, algo que hará que desarrollen un sentimiento de pertenencia y arraigo.

Beneficios de las máscaras y el maquillaje

Las máscaras pueden ayudar a los niños a desarrollar su expresión artística y a que se olviden del miedo escénico, pues al verse amparados en el anonimato, abandonan la timidez y dan rienda suelta a su imaginación, potenciando sus habilidades interpretativas. Otro elemento original con mucha tradición para que los niños den rienda suelta a su creatividad y completen su disfraz es el maquillaje. Anima a tus hijos a que se maquillen ellos mismos, estarás reforzando su autoestima y autoconfianza.

Descubre lo que aprende un niño cuando se disfraza

Celebrar juntos el Carnaval os ayudará a fortalecer los lazos familiares y mejorará vuestra relación. El ponerse en la piel de otro personaje permite a los niños aprender a empatizar y comprender los sentimientos de las otras personas y explorar nuevas facetas de su personalidad. Disfrazarse fomenta en los niños más pequeños la coordinación de movimientos, mientras que los mayores, podrán desarrollar y favorecer su destreza manual si para su disfraz necesitan maquillaje o realizar alguna manualidad para sus caretas o complementos.

Beneficios de disfrazarse por edades

De 1 a 3 años
Ponerse un disfraz y adquirir otros roles ayuda a los niños y niñas a actuar de forma más libre y desinhibida. Por eso, los disfraces son un excelente recurso para canalizar la expresión de sentimientos o vencer problemas de relación como la timidez. Además, comprobarás que, incluso a tan corta edad, comenzarán a imaginar y mejorar su expresión verbal y enseña a los niños más pequeños a diferenciar fantasía de realidad. 
Una vez disfrazados, la exhibición social del carnaval invita a desfilar y seguir el ritmo de la música carnavalesca o de las fiestas de disfraces, fomentando en los niños más pequeños la coordinación de movimientos. La música, además, proporciona una interacción con los otros a través de la fiesta que fomenta el lenguaje mediante canciones y músicas típicas de esta celebración y más aún si sus disfraces les invitan a bailar. No olvides que los disfraces, sobre todo a edades más tempranas, deben ser cómodos, calentitos y no poseer muchos accesorios.
De 4 a 6 años
El ponerse en la piel de otro personaje permite a los niños aprender a empatizar y comprender los sentimientos de las otras personas y explorar nuevas facetas de su personalidad, sobre todo a partir de los 4 años.
Los disfraces de profesiones también son muy populares en estas fechas. Con ellos tus hijos se podrán poner en la piel de los adultos mientras descubren las reglas sociales y las diferentes funciones que realizamos en nuestro día a día. Si deciden disfrazarse de personajes históricos, tenemos la oportunidad de enseñarles un poco más acerca de ellos, puesto que el disfraz nos permite indagar y descubrir juntos muchos aspectos sobre el personaje en cuestión, desde sus características físicas hasta sus señas de identidad.
Intenta que lleven siempre una camiseta interior para resguardarse del frío y calzado cómodo para poder jugar con sus amigos sin que les duelan los pies.
A partir de los 7 años
El Carnaval nos invita también a dejarnos llevar por la imaginación eligiendo disfraces y complementos originales. A partir de los seis o siete años, serán ellos mismos quienes decidan qué disfraz quieren, cuáles son los complementos que más les agradan y qué maquillaje quieren utilizar, con lo que podrán desarrollar y definir su propia identidad.
No es extraño que a estas edades, para su disfraz necesiten un maquillaje más elaborado o incluso tengan que realizar alguna manualidad para sus caretas o complementos, desarrollando y favoreciendo su destreza manual.
Además, a partir de los siete años, ya comienzan a salir o a hacer fiestas con sus amigos o compañeros de clase y a querer ser parte de disfraces grupales, con lo que deberán aprender a cooperar entre ellos.

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