Obligarles, ofrecerles lecturas aburridas, reprocharles su falta
de interés, comparar los libros con la tele y los videojuegos… muchas
veces, nuestra insistencia en fomentar la lectura en los niños tiene un
efecto totalmente opuesto al esperado.
Gianni Rodari, escritor y pedagogo especializado en
literatura infantil,
y autor de manuales tan útiles para escritores como “La gramática de la
fantasía”, escribió en 1988 un inspirador artículo titulado “Nuevas maneras de enseñar a los niños a odiar la literatura”.
Una guía imprescindible sobre lo que nunca debemos hacer si queremos
fomentar en nuestros hijos el saludable hábito de la lectura.
Presentar el libro como una alternativa a la televisión
“Si no lees, no verás tu serie de televisión favorita”. “Que no te vea leer mientras ves la tele”. La lectura como obligación, la tele como premio.
Decir a los niños de hoy que los niños de ayer leían más
De esta forma, los hijos identificarán la
lectura
como una actividad que pertenece al pasado, que hoy ya no se hace, y
que hay que leer para complacer a papá y mamá, no porque sea divertido.
Transformar los libros en un instrumento de tortura
Copiar las páginas de su primer
libro de lectura, dividirlas en sílabas, realizar fichas y resúmenes, entregar comentarios de texto…
“Tomen uno de los preciosos cuentos de Tolstói, condenen a un escolar a
analizar nombres y pronombres, verbos y adverbios, y les garantizo que,
durante toda su vida, asociarán el nombre de Tolstói a una sensación de
fastidio que lo mantendrá alejado de Ana Karenina como si de la peste
se tratara”, explica Rodari en su artículo.
Echar la culpa a los niños de que no prefieran la lectura
Según
el autor, lo cómodo es echar a los niños la culpa de su falta de
interés pero, ¿no habría que hacer un poco de autocrítica y mirar hacia
nosotros mismos para descubrir el problema? En muchas casas no entra un libro desde hace años, algunos padres no leen ni el periódico,
en las escuelas no siempre se fomenta adecuadamente el hábito de leer, y
muchas editoriales infantiles desechan criterios educativos en pos de
los puramente comerciales, señala Rodari.
No dejarles elegir
Exígeles
que lean los libros que a ti te gustaron o que tú has elegido para
ellos. Tendrán muchas papeletas de acabar arrinconados en la habitación.
Cada niño tiene sus gustos y, igual que tú no te lees cualquier libro, ellos también tienen derecho a escoger.
Niégate a leerles en voz alta
No tengas paciencia para contarles historias, para bucear con ellos en el mundo de los cuentos, no disfrutes con ellos de los buenos momentos de lectura juntos.
Oblígales a leer
Según Rodari, se trata del consejo más eficaz
para conseguir que los niños odien definitivamente la lectura. 100%
infalible. Sobre todo si se usa este método tan frecuente en los
colegios: “Lee de aquí hasta aquí. Y luego me haces un resumen”.
Por: Victoria González
Fuente: “Nuevas maneras de enseñar a los niños a odiar la literatura”, Gianni Rodari.
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