
Los perros son animales fieles, sociables y honestos por naturaleza,
pero cuando hay niños en casa toda precaución es poca a la hora de
incluir a un miembro más en la familia. Aunque la mayoría de los canes
poseen estas características, hay algunos más apropiados que otros para
compartir vivencias y juegos con los más pequeños. ¿Cuáles son?
José
Luis Blázquez, veterinario y fundador de Openvet, recomienda cuatro
razas cuyo carácter es adecuado para convivir con niños, en función de
la edad de los mismos. El boxer, corpulento y enérgico, es un deportista
nato. Por ello es el ideal para los más mayores, ya que pueden
colaborar en su paseo. El labrador, incansable en el juego y tolerante
con las trastadas, es el complemento perfecto para los menores con una
edad superior a los 10 años: una mascota con su misma mentalidad les
hará quemar toda su energía. El tamaño reducido del schnauzer miniatura
permite que los niños de cualquier edad se manejen a la perfección con
ellos. Además, son muy pacientes y activos. Por último, el golden
retriever, una raza que está de moda en los últimos años, tiene un
carácter equilibrado y juguetón, y una mirada de bueno que conquista.
Eso sí, prepárese a recoger mucho pelo blanco por toda la casa...
A
pesar de la predisposición de estos animales a entenderse con los
niños, es importante tomarse su tiempo en educarles de una manera
adecuada, un trabajo que empieza desde que son cachorros, ya que deberán
aprender a tolerar los habituales tirones de orejas y rabo. "Las
hembras son más dóciles y pacientes que los machos por instinto",
asegura Jesús García, presidente de la Sociedad Española de Pediatría
Social. Pero también es necesario enseñar a los niños a respetar y
cuidar al animal: su nuevo compañero no es un juguete más y hay que
evitar que le hagan daño. "El menor no conoce los límites a la hora de
tratar a un perro y mostrarles qué se puede hacer y qué no corre a cargo
de los padres", afirma el pediatra.
Beneficios en el desarrollo
De
esta relación no sólo saldrán beneficiados los canes, también lo harán
los niños. Las ventajas de que se críen compartiendo experiencias con un
amigo peludo son enormes, como demuestran las cada vez más numerosas
terapias con animales que se están implantando en medicina y psicología.
"Esta convivencia les hace más sociables, les enseña a compartir, a ser
responsables de otro ser vivo, a ofrecer cariño a cambio de nada y a
superar sus miedos", explica Blázquez. Un planteamiento con el que está
de acuerdo el doctor García: "Tener un can en casa tiene un efecto muy
importante en la autoestima de los niños. Además, les da seguridad,
estabilidad, y les produce un gran desarrollo intuitivo y del sentido
del humor", afirma. A muchos adolescentes con problemas de aislamiento o
acoso en el colegio les resulta muy beneficioso la compañía de una
mascota, "ya que les aporta confianza en sí mismos. El perro está
siempre ahí con ellos, parece captar su estado de ánimo y nunca les deja
de lado, y a cambio piden muy poco", asegura el pediatra. Estos efectos
tienen una gran repercusión llegada la edad adulta, ya que "mejora los
vínculos afectivos que se forjan con sus semejantes".
Para un
bebé, se trata de un estímulo muy importante porque intentará seguir los
pasos del perro, imitándole mediante sonidos guturales para comunicarse
y gateando detrás de él. Esto, aparte de las evidentes mejoras en su
desarrollo, conlleva algunas otras encubiertas: "Un perro en casa ayuda a
prevenir problemas de estrabismo en los niños, ya que los que no
aprenden a gatear tienen más posibilidades de padecer este problema de
visión que los que lo hacen", afirma el doctor García. Y es que resulta
que el gateo ofrece un estupendo ejercicio muscular para los ojos y
favorece el enfoque.
A medida que los niños van creciendo, se
hacen poco a poco más responsables de los cuidados de su mascota, tareas
menores como ponerles el agua o la comida, lo que les ayuda a aprender a
organizarse mejor y a adquirir conocimiento de sus labores cotidianas.
Menos alergias
Esta
simbiosis entre humano y animal no se trata solamente de una cuestión
de desarrollo emocional, ya que también tiene una clara influencia en el
ámbito de la salud: según un estudio realizado por la revista 'Journal
of the American Medical Association', los menores que conviven con
mascotas tienen un 50% menos de probabilidades de padecer algún tipo de
alergia, así como a sufrir infecciones respiratorias y de oído, ya que
desarrollan un sistema inmunológico más fuerte. De manera indirecta, un
can también ofrece beneficios en el menor por el ejercicio físico que
realizan al tener que sacarle a pasear diariamente. "Está demostrado que
los niños que tienen perro dedican mucho menos tiempo a los videojuegos
que aquellos que no lo tienen", afirma el fundador de Openvet. Una idea
con la que está de acuerdo el pediatra Jesús García: "Los adolescentes
ya se pueden hacer cargo de sus cuidados veterinarios y de sacarles a
pasear, lo que conlleva un menor tiempo frente a la televisión y que
pasen más rato en la calle. En realidad, suponen un cambio en el ritmo
de toda la familia", afirma García.
La importancia de la higiene
Por
mucho que se intente evitar, los niños acabarán compartiendo lametazos,
pelos e incluso comida -el perro comerá de la mano de los pequeños y
ellos tendrán curiosidad por las bolas de pienso y se lanzarán a
probarlas en cualquier descuido-. Una estrecha relación que requiere una
atención especial en la higiene. Blázquez recomienda "desparasitarle de
manera interna, además de tenerlo correctamente vacunado y realizar
revisiones anuales para asegurar el buen estado y la salud del animal".
El
pediatra recuerda que "es importante lavarse las manos con asiduidad
después de haber estado jugando con el perro y evitar que el animal
duerma en la cama del niño, ya que puede tener cuerpos extraños que se
queden adheridos en las sábanas".
Si la opción que se baraja es la
de adoptar, José Luis Blázquez recomienda observar cómo se comporta el
perro antes de llevárselo a casa. "En ocasiones han sido víctimas de
malos tratos y pueden no reaccionar bien a las trastadas. Estos perros
necesitan personas que les den el cariño que no recibieron antes y
requieren tiempo para volver a confiar en los humanos", asegura.
Lo
primero es tener clara la idea de que acoger a otro miembro en la
familia es una decisión importante que implica un esfuerzo y un gasto
económico que debemos ser capaces de asumir. "No hay que dejarse llevar
por las peticiones de los hijos. No se trata de un juguete más". También
hay que ser conscientes de que a pesar de que se llegue al acuerdo de
que serán ellos quienes se encargarán de sus cuidados y paseos, "debemos
tener claro que en el 95% de los casos acabarán siendo atendidos en
mayor medida por los padres", afirma Blázquez.
Características de las diferentes razas
Golden retriever.
Muy similar de carácter al labrador, pero con un aspecto diferente por
su corpulencia y apariencia de ser más bruto... y lo es. Le encanta
lamer y saltar, y no controla tanto sus fuerzas por lo que es
recomendable para familias con niños más mayores si quiere que colaboren
en sus paseos. Es un deportista nato, le encanta el ejercicio y toda la
familia disfrutará de grandes momentos con él haciendo largas caminatas
por el campo.
Boxer. Es una raza apropiada para
cualquier edad. Se trata de un perro muy tolerante con las trastadas y
se comporta como un niño pequeño. Ahora bien, si lo coge de cachorro
tenga paciencia ya que su carácter juguetón y su fogosidad hará que sus
hijos reciban algún que otro empujón. Un perro con la mentalidad de los
más pequeños e incansable en el juego que les hará quemar toda su
energía.
Labrador. Muy similar de carácter al
labrador, pero con un aspecto diferente por su corpulencia y apariencia
de ser más bruto... y lo es. Le encanta lamer y saltar, y no controla
tanto sus fuerzas por lo que es recomendable para familias con niños más
mayores si quiere que colaboren en sus paseos. Es un deportista nato,
le encanta el ejercicio y toda la familia disfrutará de grandes momentos
con él haciendo largas caminatas por el campo.
Schnauzer miniatura.
Es un animal resistente y activo que requiere muchos paseos, por lo que
es perfecto para largas caminatas familiares. Tiene un carácter fuerte
pero noble, y un tamaño reducido que permite que los niños de cualquier
edad se manejen perfectamente con él. Es de los más apropiados de entre
los perros de tamaño pequeño por su gran paciencia, lo que evitará algún
que otro enfado ante los tirones.
Dónde conseguirlos
La
mejor opción es ir a un refugio y adoptar un perro (...)
EL MUNDO, Jueves 5 de noviembre de 2015
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