“Menos productos de lujo y más Hacendado, menos móviles y más tiempo en familia, menos juegos de consola y más bicicleta, menos recompensas materiales y más muestras de cariño, menos televisión y más paseos en la montaña observando la naturaleza, menos ruido y más silencio. Aprendiendo que lo bueno y lo valioso lleva su tiempo y esfuerzo”
Catherine L`Ecuyer
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Radiografía del niño en España
ISABEL F.LANTIGUA
Ilustraciones: MATEO Y MAURO AMADE (7 Y 8 años)
Les
cuentan los abuelos que cuando ellos eran pequeños el lujo era merendar
pan con chocolate. Les confiesan los padres que de chicos no existían
los videojuegos, que tenían menos cosas, pero que se entretenían más.
Les hablan del tiempo que pasaban en la calle, de los tirachinas, de la
rueda y de las cuatro esquinas. Les dicen eso de "Yo a tu edad..." y a
continuación un sinfín de frases variopintas. Y a fuerza de repetirlo, a
golpe de nostalgia por las infancias pasadas, da la sensación de que
los niños de hoy son menos niños. Pero basta con mirarles a los ojos y
ponerse un momento a su altura para desmontar el tópico.
"La esencia de los niños es la misma, están hechos de ilusión, imaginación y creatividad", afirma a EL MUNDO el maestro César Bona, seleccionado este año como uno de los 50 candidatos al Global Teacher Prize,
el premio Nobel de los profesores. E insiste en que "no son adultos del
futuro, sino habitantes del presente. Es ahora cuando hay que
invitarles a mirar alrededor e interactuar, porque entonces serán
imparables".
Coincide con su diagnóstico el director de Acción Social de la ONG Save the Children, Toni Pérez,
para quien "los niños son iguales y sus necesidades son las de siempre.
Lo que ha cambiado mucho en las últimas dos décadas es el entorno. Pero
ellos no. Siguen teniendo los mismos sueños y anhelos". Para el doctor José Tomás Ramos,
jefe del Servicio de Pediatría del Hospital Clínico San Carlos de
Madrid, "las circunstancias de alrededor han variado y la crisis, no nos
engañemos, ha hecho mucho daño a los niños, pero ellos requieren lo de
antes, dos cosas muy simples: cariño y comprensión".
Los pequeños
siguen pensando en ser superhéroes, disfrutan en los columpios y se
ensucian con la arena. Les gusta la pizza, los macarrones y tragan algo
con las lentejas. Y a estas alturas del año su cuento favorito es el catálogo de juguetes. Al menos así es para Hugo,
tres años y un disfraz favorito: el de Spiderman. No llega a levantar
un metro del suelo pero ya conoce la Guerra de las Galaxias, aunque no
sepa el significado de esta última palabra. Y, por si acaso hay
problemas con Correos, ya ha incluido algunas cosas en su carta a los
Reyes Magos, entre ellas una bici de pedales y varios accesorios de las
Tortugas Ninja.
Claudia se dibuja a sí misma
como profesora, que es lo que quiere ser de "grande", como ella dice -al
igual que el 24,3% de las niñas españolas, según la última Encuesta
Adecco '¿Qué quieres ser de mayor?', mientras que el 20,7% de los niños
quiere ser futbolista-. Tiene ocho presumidos años, sueña con inventar patines voladores y pinta casas con muchos colores y coches con muchas ruedas.
Los
niños de hoy son, de media, un poco más altos y, según los datos del
Ministerio de Sanidad, tienen más sobrepeso (27,8%) y obesidad (7,1%)
que las generaciones anteriores. Pero también son más tecnológicos, ven
más televisión (el 63,4% de los niños de 1 a 14 años consume al menos
una hora diaria) y están mejor informados.
El cambio de la tecnología
Para
bien y para mal, todos los expertos consultados coinciden en que el
principal cambio en la infancia viene dado por la tecnología. "Los niños
reciben mucha más información, por muchas más vías. Se relacionan más
con sus amigos por dispositivos y no tanto de forma presencial. Los
datos que les llegan ya no están monopolizados por los padres o la
escuela, sino por muchos otros canales. Y esto es un desafío", admite Gabriel González Bueno, responsable de Políticas de la Infancia de UNICEF.
Desde Save the Children el hecho de que "los chavales sean mucho más
digitales" es una ventaja clara, pero son conscientes de que la
disponibilidad de conectarse a Internet y a las redes sociales las 24
horas del día conlleva riesgos nuevos "como el ciberacoso".
César
Bona, en cambio, prefiere quedarse con los aspectos positivos. "Los
niños tienen ahora más necesidad de interactuar, de sacar lo que tienen
dentro. Por eso hay que invitarles a participar en la sociedad, porque
tienen más información y es el momento de estimular su
pensamiento crítico. Están preparados para mirar hacia fuera del colegio
y convertirse en seres globales". Y cita tajante una frase de
su libro 'La nueva educación':"Las puertas de las escuelas han de estar
abiertas no sólo para que entren los niños sino para que sus ideas
salgan y transformen el mundo".
Está de acuerdo González Bueno, que afirma que "la sociedad está pasando un poco de los niños,
cuando la infancia debería entrar con un lugar predominante en el
debate electoral, aunque no voten. Hay que tenerles en cuenta porque
tienen la necesidad de sentirse escuchados, de participar más, y estamos
corriendo el riesgo de dejar atrás el futuro".
La
tecnología ahora forma parte de todo, pero a pesar de los miles de
nuevos cachivaches, hay un ejemplo muy claro que demuestra que los niños
se comportan como niños. Lo pone el maestro Bona: "Les regalas algo y
juegan más con la caja que con lo que hay dentro. Son seres lúdicos y creativos por naturaleza. Tienen mucha imaginación y eso no cambia con nada".
También lo sabe de primera mano J.M., diez años como profesor en un colegio público del sur de Madrid:
"Ahora les flipan los videojuegos, es verdad. En general, a partir de
los 11 años todos quieren un móvil y son mucho más capaces que los
adultos para manejar cualquier aparato tecnológico", explica. Pero
reconoce que "en el fondo, les sigue gustando aquello que se pone de
moda, sea el patinete, las canicas o los muñecos de la última película.
Juegan mucho menos en la calle, pero la actividad preferida de los recreos siguen siendo el fútbol o el pilla pilla".
Los 'padres drones' o las nuevas familias
Otro
aspecto más o menos novedoso de los niños actuales es que lo que antes
era una cosa minoritaria ahora va camino de convertirse en norma. "El
niño de hoy tiene muchas posibilidades de ser hijo único o tener un sólo
hermano (el número medio de hijos por mujer en España es de 1,27, según
los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y esto
condiciona la relación con los padres", indica el responsable de
políticas de la infancia de UNICEF. "Además es una generación que ve menos a sus progenitores,
por la incorporación de la mujer al mercado laboral, y están cuidados
por personas ajenas. Esto no tiene que ser ni bueno ni malo, pero es
otra realidad", añade.
Para el profesor J.M., que los padres
pasen menos tiempo con los hijos hace que sean más controladores. "No
quiero generalizar pero hay muchos que se convierten en una especie de padres drones, excesivamente preocupados y protectores.
No es que antes los padres pasaran pero sí que daban más libertad a los
críos. Ahora es todo control y los chavales deben comportarse ante sus
ojos como niños adultitos", cuenta. Y explica que"los niños de ahora tienen más prisa por crecer".
Dentro
de los modelos familiares "también hay estructuras nuevas, como los
niños con padres del mismo sexo", apunta Pérez, de Save the Children,
quien alaba que España sea el país más tolerante en cuanto a los
derechos de los homosexuales pero destaca que "para muchos niños y
adolescentes gays sigue siendo difícil aceptar su realidad, porque
sufren exclusión y rechazo en determinados ambientes".
La hora del bocadillo... o no
Los
hábitos de consumo de la infancia son diferentes y avanzan con la
sociedad. Y esto, en el terreno de la alimentación, tiene "claroscuros",
según señala el nutricionista Javier Aranceta."Los niños comen más chucherías, bollos y comida rápida ahora que antes.
El bocadillo del recreo y de la merienda alguien lo tiene que hacer y,
ante la falta de tiempo, a veces es más fácil recurrir a un producto ya
envasado". Que la obesidad ha aumentado entre los niños españoles es un
dato que ofrecen las estadísticas año tras año y una realidad que
comprueban en la consulta médicos como el jefe de pediatría del hospital
Clínico San Carlos. "Es un problema, porque se trata de una patología
crónica y aumenta el riesgo de sufrir otras enfermedades".
El
doctor Aranceta reclama mayor atención e implicación de los colegios en
este tema. "Igual que es importante saber sumar y hacer una raíz
cuadrada, es esencial incorporar al currículo escolar el valor de los
alimentos. Los niños deberían salir de la escuela secundaria con unos hábitos alimenticios saludables, deberían saber freír un huevo y hacer unos garbanzos.
Parece nimio, pero es esencial". Según este nutricionista, "el
sedentarismo tiene un 60% de culpa en la obesidad y la alimentación el
40%". La solución pasa por "ponernos las pilas ya. Somos una sociedad
estupenda, con una dieta mediterránea que es la envidia del mundo y
tenemos que intentar que nuestros hijos sean mejores que nosotros".
La infancia oculta
Los números del INE dicen que el 27,5% de los niños en España viven en riesgo de pobreza relativa.
Las ONG hablan de uno de cada tres menores en riesgo de pobreza y
exclusión social. "En la actualidad, la diferencia entre niños ricos y
pobres es mucho más marcada que en lo adultos. No es un tema de
posesiones, sino de que estamos dejando atrás a una generación entera",
afirma Gabriel González Bueno. La pobreza infantil en España "es un hecho bastante invisible, hay negacionismo sobre el tema, pero lo cierto es que existe",
matiza Toni Pérez. Ambos, representantes de UNICEF y Save the Children,
argumentan que "los recortes se han notado mucho en las políticas de
infancia y que se invierte poquísimo en los niños"
Según explica
Bueno, "hay dos momentos clave para atajar problemas: la primera
infancia, de 0 a 3 años, que marcará al niño de por vida, y la
adolescencia, una etapa en la que ahora están mostrando mucho desapego
por las pocas perspectivas de futuro que tienen ante sí".
En
el ámbito sanitario, el doctor José Tomás Ramos, cuenta que "la crisis
ha influido en que algunos niños tengan dificultades para venir a las
revisiones". Este médico critica "la falta de psicólogos infantiles en
España" y reclama unidades de pediatría social "porque se debe atender
todo el contexto del niño para tratar mejor su sintomatología". Un
aspecto que le preocupa y que ha observado últimamente es que "los
adolescentes, ante la falta de futuro, se entregan a hábitos dañinos, como borracheras graves y relaciones sexuales sin protección".
Pero pese a todo, "que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde", que escribió Gil de Biedma.
Porque de niños la seriedad debería ser una quimera, lo menos
importante aunque las cosas se tuerzan, aunque la crisis de la que según
los políticos ya hemos casi salido del todo les muestre la cara más
cruda de la realidad antes de tiempo, aunque los datos les den la
espalda al incluirles en cifras negativas. A pesar de todo, los niños
siguen soñando con volar. Y se les escapa la sonrisa.
FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr...
ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada. El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer....
NATALIA LÓPEZ PEVIDA El encuadre no recogía más que algunos juguetes y dos caras, las de un padre y su hijo disfrutando de un buen baño, pero las críticas no se hicieron esperar cuando el bloguero y activista LGTBI Perez Hilton subió la fotografía a Instagram (imagen del artículo). El selfie solo podía ser el fruto de un " pervertido " o un " degenerado ", según algunas de las reacciones de quienes expresaron su horror ante la posibilidad de que el niño pudiese ver el cuerpo desnudo de su padre. Días después, Hilton zanjaba el tema declarando que se había duchado con el bañador puesto. ¿Por qué tuvo que justificarse? La desnudez paterna da lecciones que no todos entienden Mostrarse desnudo ante los hijos es un asunto delicado que cada familia gestiona a su manera, pero el choque entre las distintas perspectivas revela un oscuro tabú. Hay un punto de vista que enfoca la exhibición del cuerpo humano como algo indigno , probablemente una herencia d...
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