Ir al contenido principal

La crianza respetuosa: ¿Qué significa realmente?

YOLANDA SALVATIERRA FERRÓN
Se habla mucho de respetar a los niños, de la crianza respetuosa pero ¿qué significa realmente respetar la infancia y su proceso de desarrollo?
Desde hace unos años, los grupos de crianza y especialmente de crianza respetuosa han aumentado debido a la actitud de las familias por las nuevas formas de crianza. También cada vez son más las consultas que nos llegan a los psicólogos pidiendo pautas para actuar ante comportamientos de rebeldía o comportamientos inapropiados.
¿Cuál es la actitud óptima? ¿Hay que permitir que los peques hagan los que quieran? ¿Dónde está la línea roja entre el respeto y la permisividad?
Situaciones del tipo “hemos de salir y está viendo los dibujos, le cierro la tele y la arma”, “ha de bañarse y se pone como una fiera porque no quiere dejar de jugar”, “es un drama cada vez que hemos de irnos del parque porque se hace la hora de cenar”… ponen a la familias en la encrucijada de no saber cómo actuar.
Os explicaré una anécdota personal que quizás nos ayuden a reflexionar sobre el tema. Suelo desplazarme en transporte público, especialmente en metro que es un medio rápido en las grandes ciudades y cómo yo lo hacen a diario mamás con bebés en sus carritos. En la mayoría de ocasiones ese bebé en su carrito no deja de ser un bulto más que se aparca y al que no se le presta ninguna atención o se le da algo con lo que entretenerse. Eso ocurre hasta que llega el momento de apearse y sin decir ni una sola palabra se acciona el carrito y a seguir camino ¿qué supone todo eso para el bebé? No debe costar mucho ponerse en su lugar y sentir que todo lo que está ocurriendo está en manos de mamá y que es mamá quien decide, sin tener en cuenta que le ocurre a su bebé ¿se desorientará por no tener ninguna información de dónde está?, ¿se inquietará por lo inesperado del momento?, ¿se sentirá como un objeto con el que no hace falta interaccionar porque no tiene sentimientos?
Un poco duro, ¿no?
Mucho más duro es cuando a ese peque se le da un móvil para que se entretenga y lo hace porque los estímulos que ese móvil contiene han estado diseñados para enganchar su atención lo cual le va a desconectar mucho más de entorno que podría ser una preciosa oportunidad de aprender de la experiencia.
Pues eso ocurre en la mayoría de las situaciones. Creemos como adultos que la vida de nuestros hijos está en nuestras manos porque somos nosotros los que manejamos el carrito. Queremos respetar sus deseos sin tener en cuenta sus necesidades. Nos cuesta ponernos en su lugar y darnos cuenta que para ellos la historia de dibujos que están viendo en la tele tiene una trama y un desenlace que es vital respetar ¿te gusta que te saquen del cine o te cierren inesperadamente la televisión en tu programa favorito? Nos cuesta ponernos en su lugar y darnos cuenta que para ellos sus juegos son su manera genuina de aprender la relación causa-consecuencia que toda actividad tiene ¿cómo reaccionas tú si interrumpen una actividad importante para ti que tiene una finalidad concreta? Nos cuesta ponernos en su lugar y darnos cuenta que para ellos no existe el tiempo y que el aquí y ahora en el parque es todo su mundo ¡claro que a veces lloran desconsoladamente como si se les fuera la vida porque se les va!
Y si eres tú quien acompaña a alguien sin saber a dónde va ¿cómo te puedes sentir si no te dice nada al respecto?
Hay que ponerse en el lugar de los niños para entenderles.
Hay que dar importancia que cada uno de los momentos infantiles tiene para ellos.
© Yolanda Salvatierra Ferrón – Psicóloga infantil en KASH-LUMN Family Care www.kash-lumn.com – Equipo El médico de mi hij@
EL PAÍS, 8/06/2018

Comentarios

Entradas populares de este blog

«Los buenos modales no están de moda, pero es imprescindible recuperarlos»

FERNANDO CONDE Hoy en día es frecuente enterarte por los medios de noticias relacionadas con la falta de respeto, el maltrato, el acoso, etc. Podemos observar muchas veces la ausencia de un trato adecuado a los ancianos, la agresividad incontrolable de algunos hinchas de fútbol; la poca estima a la diversidad de opiniones; la destrucción del medio ambiente; el destrozo del mobiliario urbano y un largo etcétera que conviene no seguir enumerando para no caer en el pesimismo que no conduce a nada y el problema seguirá ahí. Un problema que podríamos resumir en que se ha ido perdiendo el valor de la dignidad humana en general. Los modos para alcanzar la felicidad, siempre deseada, se apartan de las reglas y normas de conducta más elementales de convivencia colectiva que han acumulado las culturas y los pueblos a través de los siglos. La idea de que «la dignidad empieza por las formas» que resume este artículo es una afirmación bastante cierta, porque la forma, no pocas veces arrastr...

¿Qué hay detrás de las mentiras de un niño?

ISABEL SERRANO ROSA Los niños no son mentirosos, pero mienten . Lo hacen cuando tienen algo que decir o que aprender. Hasta los cuatro años, con sus historietas sorprendentes, quieren narrarnos su mundo de fantasía. Somos la pantalla en la que proyectar su película. Entre los cuatro y los siete años construyen su mini manual de moralidad con ideas muy sencillas sobre lo que está bien y mal, basado en sus experiencias "permitido o no permitido " en casa y en el colegio. Con su gran imaginación, las mentiras son globos sonda para saber hasta dónde pueden llegar. Entre los ocho y los 12 años la realidad se abre camino y la fantasía se vuelve más interesada.  El pequeño pillo de nueve años desea ser bueno, pero se le escapan las trolas por el deseo de gustar a los demás, ocultar alguna debilidad o evitar castigos. En general, mienten a sus crédulos coetáneos o, por el contrario, les escupen a la cara alguno de sus descubrimientos del trabajo de campo que significa crecer....

El tabú de estar desnudo en casa delante de los hijos

NATALIA LÓPEZ PEVIDA El encuadre no recogía más que algunos juguetes y dos caras, las de un padre y su  hijo  disfrutando de un buen baño, pero las críticas no se hicieron esperar cuando el bloguero y activista LGTBI Perez Hilton subió la fotografía a Instagram (imagen del artículo). El  selfie  solo podía ser el fruto de un " pervertido " o un " degenerado ", según algunas de las reacciones de quienes expresaron su horror ante la posibilidad de que el niño pudiese ver el cuerpo desnudo de su padre. Días después, Hilton zanjaba el tema declarando que se había duchado con el bañador puesto. ¿Por qué tuvo que justificarse? La desnudez paterna da lecciones que no todos entienden Mostrarse desnudo ante los hijos es un asunto delicado que cada familia gestiona a su manera, pero el choque entre las distintas perspectivas revela un oscuro tabú.  Hay un punto de vista que enfoca la exhibición del cuerpo humano como algo indigno , probablemente una herencia d...