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Qué puede procesar un niño hasta los seis años en cuanto a sexualidad

CARLOTA FOMINAYA
A raíz de la noticia de la implantación del programa Skolae en los colegios navarros, que propone enseñar a los niños y niñas navarras de 0 a 6 años juegos eróticos como forma de «Reconocimiento de la sexualidad infantil desde el nacimiento despenalizando el reconocimiento y la vivencia de dicha sexualidad en el ámbito de la escuela y la familia», hemos preguntado a la psicóloga Silvia Álava, del Centro de Psicología Alava Reyescuál es el mejor momento para comenzar a hablar a un niño sobre la sexualidad, y qué pueden procesar estos en esta franja de edad. «Esta es una de las dudas frecuentes en todos los padres y madres. La mayoría intenta retrasar este tema el máximo tiempo posible e incluso optan por evadir las preguntas de los niños», asegura, pero esto, a su juicio, es también «un claro error».

En principio, añade, «en esa franja de edad (más hacia los cinco o seis) es muy probable que se toquen, pero todo forma parte de un juego exploratorio, donde lo que realmente están haciendo es observar las diferencias que existen entre un niño y una niña. Es una forma de explorar su sexualidad». «No deberíamos preocuparnos, pero tampoco es que haya que promover ese tipo de conductas desde la escuela», matiza Álava.
Lo mejor, afirma esta experta, «es comenzar esta educación en casa, para poder enseñar la parte afectivo sexual, y antes de que los niños lleguen a la adolescencia, ya que en esas edades la figura del padre y de la madre cambia para ellos y tienden a prestarles menos atención. Es algo de lo que se les debe hablar desde que son pequeños, y sobre todo hay que intentar tratar el tema con toda la naturalidad posible».
Empezar en el hogar «es importante, además- continua- porque de esa forma se consigue que el niño vea a sus padres como personas accesibles, a las que pueden preguntar las dudas que les vaya surgiendo según la edad de forma espontánea. Los niños son curiosos, y se acaban enterando de las cosas, o porque se las han explicado sus padres, o porque lo han escuchado en el colegio, o en el patio. Y ahí sí que no hay filtro posible».

Cómo responder a preguntas comprometidas

Aprender a responder a las comprometidas preguntas de los niños es algo que según Álava, todo padre debería hacer. «Los niños quieren saber todo acerca del mundo que les rodea y hacen preguntas que nos pueden resultar difíciles de responder, por ejemplo, ¿cómo entró el bebé en la tripa de mamá? Es importante afrontar esas preguntas con la misma naturalidad que ellos las plantean. De hecho la claridad y la brevedad son dos premisas fundamentales para que el niño no se aburra». En este sentido, prosigue, «es importante analizar la edad para saber adecuar el lenguaje con el que debemos responderle».
Además, según expone Álava, «no es adecuado que el niño aprecie que el adulto se pone nervioso, ya que este tema le parecerá mucho más llamativo. Una buena táctica es preguntarles qué opinan ellos, porque de esta forma conoceremos el nivel de información que tienen y ellos mismos nos darán pistas sobre lo que pueden (o no) procesar».

Errores habituales al hablar de sexo con un niño

1. Evitar los besos, caricias y abrazos. El contacto corporal es importante para poder desarrollar una sexualidad sana.
2. No nombrar las cosas por su nombre. Los niños tienen que conocer su cuerpo y aprender cómo se llaman las diferentes partes de la anatomía. Hay que utilizar con naturalidad las palabras como pene, testículos, vagina o vulva.
3. No contestar a sus preguntas. Si ven que sus padres no satisfacen su curiosidad, buscarán por otros canales (que pueden ser menos recomendadas).
4. Mentirles. Si no sabemos la respuesta debemos admitirlo, pero evitando siempre las mentiras.
5. No respetar los silencios. Hay que respetar el pudor de los niños, sin insistir ni presionar.
ABC, Martes 23 de octubre de 2018

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