
Del mismo modo que en verano se protege a los bebés del sol
y del calor, también en otoño e invierno se deben tener ciertas
precauciones para que las inclemencias del tiempo (frío, viento...) no
incidan más de lo debido sobre su salud. Cómo abrigarle, si dar un paseo
cuando hace frío... son algunas de las dudas que se plantean muchos
padres durante esta época. Para ayudarles en esta tarea, el equipo
médico del Programa Materno Infantil de Sanitas les ofrece esta
recomendaciones:
1. Hidratar la piel: Es
fundamental que los padres continúen cuidando y protegiendo la piel de
los pequeños de los factores externos como el frío, el viento y, por
supuesto, del sol en los meses de otoño e invierno. Así, la piel de los
niños, especialmente de los bebés, se caracteriza por su sensibilidad
por lo que los padres deben mantenerla bien hidratada ya que un descenso
de la humedad del aire en esta época del año produce sequedad en su
piel que puede provocar irritaciones.
2. Cambios de temperatura:
Hay que vigilar estos cambios concienzudamente ya que es fundamental
evitar que sean bruscos. Cuando el niño se encuentre en casa, su
habitación debe tener una temperatura que debe rondar los 20-22 grados,
evitándose en todo momento la sequedad ambiental, pero sin olvidarse de
mantener el hogar ventilado.
3. Paseos, aunque haga frío: Las bajas temperaturas no
deben ser un impedimento para salir a pasear con el pequeño. Utilizando
la ropa adecuada para abrigarle como abrigo, gorro, bufanda y guantes, y
protegiendo su piel de las posibles inclemencias del tiempo como el
viento, un paseo a media tarde asegura que el niño reciba una dosis de
luz natural y aire fresco.
4. Seguir el calendario de vacunas:
Es en esta época del año cuando los niños son más vulnerables a padecer
ciertas enfermedades respiratorias. Sin embargo, es posible evitarlo
con cuidados específicos y manteniendo actualizado el calendario de
vacunas.
5. La alimentación también protege:
La alimentación continúa teniendo un papel clave a la hora de evitar
que los niños se contagien de resfriados o gripes. Así, si el niño es
todavía muy pequeño y continúa en la etapa de lactancia materna, la
composición de esta leche le protegerá frente a diversas enfermedades.
Si por el contrario, la alimentación del pequeño está
basada en alimentos más sólidos, para evitar posibles problemas de
salud, es necesario que lleve una dieta sana, variada y equilibrada que
incluya frutas y verduras ricas en vitamina A y C sin olvidarse de la
leche, el pescado e incluso la pasta, entre otros.
ABC, Jueves 3 de octubre de 2013
Imagen: Diego enero 2012
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