CARLOTA FOMINAYA
La entrevista con la investigadora asociada del Centro de
Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale Zorana Ivcevic tiene lugar durante en
un receso de la presentación del II Informe Internacional «Artes y Emociones que potencian la Creatividad», de la Fundación Botín.
Menuda, tranquila, rápida al hablar, se le iluminan los ojos cuando
menciona la palabra mágica, la creatividad. Desde su extensa experiencia
asegura que esta no se limita a la creación artística, sino que «existe
en todos los aspectos de la vida diaria: desde el momento en el que un
adolescente decora su "skateboard", pasando por el impulso con el que un
padre diseña una silla de ruedas para su hijo discapacitado, o el
instante en el que Steve Jobs y Apple reinventan el teléfono para
convertirlo en un ordenador de bolsillo».
—¿Cuál
es la ensencia, el objetivo de este informe, en el que han colaborado
también expertos de España, Reino Unido, Brasil, Grecia, Noruega y
Finlandia?
—El objetivo último es usar las artes para potenciar la
creatividad y generar desarrollo y empleo. Ya en el I Informe
internacional de la Creatividad de la Fundación Botín, presentado en
2013, se demostraba que una educación rica en artes aumenta en un 17,6% las posibilidades de cursar estudios superiores y de conseguir mejores trabajos, al tiempo que reduce en un 10% las probabilidades de caer en el desempleo.
Por el contrario, la carencia de este tipo de educación eleva en cinco
veces, a partir de los 26 años, las posibilidades de acabar siendo
dependientes de ayuda o asistencia pública.
—En
este segundo informe aboga por relacionar de forma urgente las artes
con el sistema educativo, pero también en la vida cotidiana, en el
ámbito profesional... ¿Por qué es tan importante la creatividad?
—Si, es necesario darles el lugar que se merecen en el
ámbito educativo, pero también hacerlas accesibes a todo tipo de
público. Debemos incidir y refozar su función social, por los numerosos
beneficios que aportan físicos, psicológicos y sociales, así como el
gran potencial que tienen para desarrollar la capacidad creadora de las
personas. Nos encontramos en un momento en que la imaginación, la
innovación y la creatividad son factores clave para avanzar y generar
riqueza económica y social.
—¿Cuál es el mayor error que comenten los centros educativos a la hora de integrar y fomentar la creatividad de sus alumnos?
—En los horarios escolares, las disciplinas centradas en el
desarrollo del pensamiento lógico y en la objetividad ocupan el lugar
privilegiado, pero la afectividad, la experiencia subjetiva y el
crecimiento emocional están en un segundo plano, y esto es un error. El
sector académico margina o trata de dirigir las realidades emocionales
de niños y adolescentes. Desde el principio se nos enseña a reprimir las
reacciones personales y a ejercitar la mente para que sea objetiva. Al
integrar razón y emoción en los procesos de enseñanza-aprendizaje, tanto
el desarrollo académico como el personal y social se incrementan.
Establecer, por ejemplo, un vínculo con una obra de arte nos exige
curiosidad. Concentrarnos en algo que nos interese el tiempo suficiente
para que las palabras se desvanezcan. Sean cuales fueren las
asociaciones que comienen a desarrollarse, supondrán un nuevo vínculo
con el poder de la imagen para despertar nuestra imaginación. La
creatividad comienza con una visión, una invitación a mirarlo todo como
si fuera la primera vez. Pintar, dibujar o modelar, los niños lo hacen
con todo su ser: emoción y razón integradas. Sin embargo, en la mayoría
de los centros educativos no se le presta atención a esta globalidad.
—¿Todo el mundo puede ser creativo?
—Definitivamente, todo el mundo nace con la capacidad de
ser creativo. Todos tenemos el potencial. Quizás no para ser Einstein,
Dali... pero todo el mundo es creativo de alguna manera. El grado
depende de las decisiones que tomemos en nuestra vida, de las
herramientas que aprendamos, del ambiente que nos rodea... y mucho de la
actitud de los padres.
—¿Qué podemos hacer los padres en casa con nuestros hijos?
—Los padres disponemos de muchas ocaciones para ser creativos
con nuestros hijos. Para empezar, es muy bueno que les dejemos jugar. Y
jugar de un modo libre, desestructurado, mediante el cual ellos puedan
expresar sus sentimientos y sus vivencias emocionales. Y también que
juguemos con ellos. A veces siento que la gente tiene miedo de jugar con
sus hijos. Piensan que no van a saber, o que no van a divertirse. A
este tipo de padres les recomiendo fervientemente que simplemente se
sienten con sus hijos, se relajen, y que vean qué tal. Se sorprenderán.
También aconsejo que aprovechen estos momentos para detectar cuáles son
los gustos, las preferencias, las habilidades de sus hijos. ¡Muchas
veces ocurre que no son las mismas que las que tienen los padres!. Por
último recomiendo que expongan a los niños a la mayor cantidad de
experiencias vitales posibles. Hacer cosas que nunca se hayan hecho
antes: Ir a museos, ir de camping, ir a ver animales... no importa qué
actividad se realice. Lo verdaderamente importante aquí es que ellos
experimenten una gran variedad de experiencias.
Artes y emociones que potencian la creatividad
El
informe explica de forma detallada como la música, la literatura, las
artes plásticas, el cine y el teatro y la danza son uno de los mejores
instrumentos para generar emociones que nos hagan más creativos en todos
los ámbitos de nuestra vida, personales, sociales, laborales,
familiares... He aquí algunas de las principales conclusiones del II
informe Internacional sobre Creatividad de la Fundación Botín:
1) El cine.
El cine es la suma de todas las artes, el espacio natural de la
imaginación y de la fantasía, elementos clave de la creatividad.
Contemplar imágentes aviva el pensamiento, estimula el recuerdo, fomenta
interconexiones, potencia la imaginación y la capacidad inventiva. El
cine se presenta enf orma de espejo sobre el que nos relacionamos, nos
exploramos y reconocemos. Por esto msimo, el cine exige mirar el mundo
de otra forma: la vida, los problemas, las situaciones cotidianas, la
realidad y la fantasía, y también a nosotros mismos.
2) La danza.
Existe una estrecha relación entre nuestra personalidad y la forma en
la que nos movemos. El movimiento físico, acompañado de visualizaciones
mentales, puede ayudar a mejorar la atención, la velocidad, la retentiva
y el disfrute del aprendizaje, así como reducir el estrés y aumentar la
satisfacción vital. La danza aporta beneficios a nivel físico,
psicológico, social y cognitivo. Proporciona una via de escape para
liberar emociones, fomenta la creatividad, reduce la depresión y el
insomnio y aumenta las emociones positivas, como la felicidad, la
alegría, la determinación, el entusiasmo, la inspiración y la atención.
3) La música.
La música tiene el potencial de modificar o gestionar un
comportamiento, puede ayudar a recordar el nombre de un producto e
incluso mejorar una imagen de marca. Participar en coros, orquestas y
bandas de música crea vínculos, promueve la cooperación y el trabajo en
equipo. Los sonidos tienen unos efectos sorprendentes sobre la
frecuencia cardiaca del feto y determinados sonidos musicales pueden
generar incluso modificaciones en el metabolismo de las personas.
4) La literatura.
A través de la lectura, el lector puede descubrir un nuevo mundo y
adentrarse en él. Leer nos ayuda a ser más empáticos, más tolerantes
ante lo diferente, porque podemos ponernos en la piel de los demás y
leer su mente, sin comprometer nuestras propias emociones. Las
investigaciones demuestran que aquellas personas que pasan mucho tiempo
leyendo son más empáticas. Leer no tiene un resultado físico. A pesar de
todo y, aparte de su carácter distintivo frente a otras formas
artísticas, existe el consenso de que la ficción evoca la creación de un
relato. El lector utiliza sus propias experiencias de lectura, en
combinación con experiencias reales de al vida cotidiana, para elaborar
juicios personales que ofrecen resultados positivos.
5) Artes plásticas.
Hemos nacido con el potencial de crear e interpretar imágenes. El acto
creativo es un estado de entrega total que tiende un puente entre todos
los aspectos del ser, conecta razón y emoción, sentimiento y
pensamiento, intuición y percepción, aumentando la creatividad y el
bienestar tanto a nivel social como personal.
6) El teatro.
El arte dramático proporciona un marco idóneo para desarrollar
habilidades sociales como la cooperación, el trabajo en equipo, el
liderazgo, la capacidad de escucha y autocontrol y ayuda a crear unas
condiciones afectivas apropiadas. El impacto de las pedagogías basadas
basadas en el teatro queda especialmente patente en el aprendizaje de un
segundo idioma y de la alfabetización en la lengua materna. El arte
dramático les permite mejorar la velocidad y calidad del aprendizaje del
idioma a través de procesos de imitación, repetición, gesticulación,
uso de la voz y otras acciones.
ABC, 22/09/2014
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