M.J.PÉREZ-BARCO
El pan nunca debe faltar en la mesa. Ni para los adultos ni para los más pequeños de la casa. «Debe formar parte de todas las comidas», como
aconseja Beatriz Navia, profesora de la Facultad de Farmacia de la
Universidad Complutense de Madrid y portavoz de la campaña «Pan cada día».
Esta es una iniciativa promovida por las empresas de la cadena de
trigo, harina y pan con el objetivo de fomentar el consumo de este
alimento básico como parte de una dieta sana y equilibrada.
Y por mucho que al pan se le haga
responsable de esos kilos de más, Navia defiende que muchos estudios han
demostrado que comer este alimento en su medida no es motivo para aumentar el peso ni contribuye al sobrepeso ni a la obesidad.
Equilibrar la dieta
Por el contrario, el pan aporta los hidratos de carbono
necesarios para una dieta equilibrada. «Ahora hay un exceso de consumo
de grasas y proteínas, y deficitario de hidratos de carbono, por eso
incluir pan en todas las comidas va a suponer una ayuda a la hora de
equilibrar la dieta», sostiene esta profesora. Y cuanto antes se
adquiera esta costumbre, mejor. Por eso, Navia ofrece unas pautas para
saber cómo y cuándo tienen que comer pan los más pequeños de la casa:
1. Se deben consumir entre 6 y 8 raciones de cereales al día. Por tanto, al menos, hay que comer cuatro raciones de pan en
cada jornada. Cada ración de unos 40 gramos, más o menos del tamaño de
las famosas pulgas de aperitivo. Navia aconseja que si un niño come una
cantidad mayor, por ejemplo, en la merienda, tendrá que comer algo menos
en las demás comidas para compensar.
2. En un niño los hidratos de carbono deben suponer, al menos ,el 50% del total de la energía de su dieta. Por tanto, puede repartir la ingesta de pan en una ración en el desayuno, otra en la comida, otra en la merienda y la última en la cena.
3. Es mejor que el pequeño coma pan integral:
contiene mayor cantidad de fibra, así como vitaminas y minerales. Hay
estudios que señalan el papel protector del consumo habitual de cereales
integrales frente a enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2,
obesidad y algunos tipos de cáncer.
La fibra previene del aumento de
peso, reduce los niveles de colesterol en sangre y posee efectos
directos en la resistencia a la insulina.
4. Se puede elegir el pan que más guste al niño entre la gran variedad de panes que
existen hoy (de centeno, de molde, de cereales, pan de leche...), que
haya tantos tipos de pan ayuda a no consumir siempre el mismo.
5. Muchos niños retiran la miga al pan o los bordes de las rebanadas del pan de molde, no importa. El valor nutricional del pan que comen es el mismo.
6. Los colines
acompañan muy bien determinadas carnes y quesos. No hay ningún problema
si el niño los come, es cuestión de gustos. Si no hay otra forma de que
coma pan, hay que dejarle.
7. El consumo de pan de segunda cocción está
aumentando considerablemente. Ofrece la posibilidad de consumir en
cualquier momento del día. «Se trata de un producto elaborado de la
misma manera que el pan tradicional y que en un momento dado se congela
—dice Navia—. Aporta las mismas características nutricionales y
beneficios para la salud que el pan común».
ABC, 17/09/2014
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