La revolución digital lo ha inundado todo tan rápido que
apenas hemos tenido tiempo para asimilarlo. Internet, videojuegos,
teléfonos móviles… forman parte de nuestra vida y han transformado la
manera de informarnos, relacionarnos y entretenernos, ofreciendo oportunidades hasta ahora desconocidas,
pero implicando también nuevos riesgos. Los niños y los jóvenes son los
más vulnerables y también los más versátiles y los que tienen más
capacidad para reconocer y explotar las ventajas que ofrecen las nuevas
tecnologías. Ellos han nacido inmersos en la cultura digital y la
asimilan de forma natural, a diferencia de sus padres, produciendo la
conocida brecha digital.
Quizá por primera vez en la historia los hijos saben mucho
más que sus padres sobre algo que resulta fundamental en la
configuración de la personalidad. Ante la falta de conocimiento puede
existir la tentación de prohibir a los hijos que utilicen estas
tecnologías audiovisuales y de comunicación, pero es un error. Internet
es necesario y cada vez más. En lugar de poner puertas al campo, los padres deben fomentar un uso seguro, responsable y crítico,
estableciendo normas desde la infancia. Es necesario delimitar el
consumo de medios, controlar el acceso colocando las pantallas fijas en
lugares comunes de la casa y evitando o vigilando el uso de dispositivos
móviles. También hay que determinar los contenidos que pueden ver, y
establecer filtros y sistemas de seguridad para evitar contenidos
inadecuados. Cuando los hijos llegan a la adolescencia, tienen que
seguir existiendo normas, pero negociadas y razonadas, y en todas las
etapas es necesario dialogar y acompañar a los hijos.
Los padres no están solos en esta tarea. Cada vez hay más iniciativas orientadas a su formación en
el uso y comprensión de las tecnologías digitales. El Foro de
Generaciones Interactivas, Protégeles, el Defensor del Menor o la
Asociación Infancia y Comunicación Kids&Com son algunas de las
plataformas que investigan estos temas y ofrecen, a través de sus
páginas webs, información muy útil que animo a consultar. Aprender para
enseñar.
ABC, Domingo 19 de mayo de 2013
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